domingo, 6 de abril de 2025

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 132

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 132

Continuación...

39- Vigilar es hacer oración y adorar a Dios toda la noche (hacer un culto de madrugada).

No sé si hoy se practica, pero hace años, era muy común. El caso es que quedarse un viernes o un sábado después del culto para orar, adorar, y alabar (bajito para no hacer mucha bulla), resultaba en una experiencia que comenzaría a las 10 de la noche normalmente y terminaría a las 5 o 6 de la mañana del siguiente día. No seré mezquino, eran noches de gran bendición pues nos dedicábamos al Señor. Otros a pasar una noche diferente a las otras y si se podía a tertuliar como en todo hay gente. Era la forma si se hacía localmente, pero había super cultos de vigilia multitudinarios en algunas iglesias en el centro de la capital que eran muy concurridas y tremendamente populares. ¡A tiempos aquellos!

Eso mantenía en el fuego a los creyentes que las frecuentaban. Se transformó en toda una cultura.

Por supuesto lograron su propósito de concientizar a toda una generación en la importancia de “velar y orar para no entrar en tentación” como dijo el Señor. Quizá la literalidad de como lo aplicábamos nos mantendría espiritualmente satisfechos pues era como el Señor lo había hecho con sus discípulos la noche de su arresto. Bueno, al menos eso pensábamos y creíamos de todo corazón.

Interesantemente no se ve al Señor ni a nadie antes ni después de aquella singular noche de la pasión en un culto con todas las de la ley como lo practicábamos nosotros. Eso realmente no sucedió así en el primer siglo. Muchas veces los hermanos se quedaban orando por las noches intercediendo a favor de algún apóstol preso como sucedió con Pedro, pero era más clamor e intercesión que otra cosa. O a los apóstoles cantando en la noche al estar presos en una cárcel. Igualmente la noche que Pablo se extendió en su discurso y un joven cayó desde un tercer piso del sitio en que se encontraban y aunque murió de la caída, Pablo lo resucitó y siguió su disertación durante la madrugada.

Continuará…


domingo, 30 de marzo de 2025

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 131

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 131

Continuación...

Es necesario padecer para ser perfeccionado, no hay otro camino.

Dios no nos evita estas cosas porque es lo mejor para nosotros. La fidelidad es el tesoro que se obtiene en medio de la tribulación, no está en otra parte.

Por ello cuando llega el dinero no nos mueve ni nos inmuta. Podemos manejarlo a él y no él a nosotros porque ya sabemos lo valioso no por información sino por experiencia.

Correr hacia las riquezas no es sabio, es verdaderamente un peligro. Curte nuestro corazón. No contamos con la capacidad porque no hemos sido procesados.

Se ha demostrado que los dineros obtenidos de forma abundante de un momento a otro no hacen más que empobrecer a quienes lo obtienen de esa forma porque los enloquece y al faltar, el estado subsiguiente es mucho peor que antes.

Así que sepamos confiar en Dios en todas las cosas, que tenerlo a Él es tenerlo todo, y no tenerlo es ser verdaderamente miserable.

Cuando hay necesidad, Dios usa personas y situaciones para proveer esas necesidades, y aprendemos a ser usados por Él cuando tenemos el recurso. Ese es el sentido bíblicamente hablando de cuando hay dinero.

Acapararlo en ninguna forma es funcional y esclaviza.  De nuevo, el dinero es para usarse y para ponerse a trabajar, porque al guardarse, se pudre. De allí que el poder de las riquezas sanas está más en la inteligencia que en algo místico como ya mencionamos o inclusive espiritualoide. Dios da la inteligencia al que la necesita dice la Palabra.


Veredicto: no crea a las mentiras y no se deje manipular por inescrupulosos que lo ven como mercancía.


Continuará…