domingo, 26 de octubre de 2025

¿Se trata entonces de satanizar un local? Parte 9

¿Se trata entonces de satanizar un local? Parte 9

Continuación…

Recordemos que si hablamos de la característica de la reunión para edificación continua que tienen los santos según la doctrina Neotestamentaria, dicha mutua edificación ordenada en la Palabra, sería imposible en una reunión multitudinaria.

¿Por qué?, porque si cada uno tiene su turno para participar como plantea el Nuevo Testamento que es la reunión de los santos, debe ser una cantidad muchísimo más pequeña para que tengamos el tiempo suficiente para aprovecharlo sin tener que durar un mes en esa única reunión sin salirnos de ella.

Y si agregamos que dicha reunión fue diseñada por Dios para que en ella partiéramos el pan y cenáramos juntos, pues no solo la capacidad sino también las condiciones de una casa son extremadamente favorables.  Y así Hebreos 10: 25 (el versículo completo), tiene total cumplimiento y sentido.

No invento formas ni trato de justificar nada, …todo esto está claramente expuesto en el Nuevo Testamento. El sistema religioso no ha querido verlo, ni le interesa porque allí moriría.

De seguro usted lo ha leído en su biblia pero como a todos, nos parecía un asunto practicado por los hermanos de la iglesia primera como su forma a falta de un local (risas) nunca como la normalidad de la poderosa vida de iglesia que tuvieron ellos durante 300 años hasta que la religión acabó con ello.

Si vamos a evangelizar para presentar el mensaje de salvación, ni siquiera ocupamos sitios con grandes escenarios, luces, ni rótulos o pantallas que impresionen, solo oyentes que presten atención y entre los cuales estén aquellos en cuyos pechos palpiten corazones previamente preparados por el Espíritu Santo para recibir la Palabra. Y/o también solo necesitamos abrir nuestra boca en cualquier lugar y decir la buena noticia o compartirla con aquel que va a nuestro lado. Lo demás sale sobrando sin añadir el despilfarro de las toneladas de dinero que ameritan nuestras modernas y equivocadas formas.

Continuará…


domingo, 19 de octubre de 2025

¿Se trata entonces de satanizar un local? Parte 8

¿Se trata entonces de satanizar un local? Parte 8

Continuación…

En alguna ocasión anterior hace mucho, hablé de esa situación sobre qué deberíamos hacer con los locales. En la era moderna estos se convirtieron en activos levantados con recursos de los santos y continúan siéndole una carga. Por eso cualquier cosa que hagamos con esos edificios, deberían estar beneficiándoles. Así que, ¿por qué no los ponemos a producir?

Podrían convertirse en centros de enseñanza para formar a las personas, brindándoles costos muy accesibles. Podrían ponerse en alquiler a otros grupos de creyentes que quieran seguirse reuniendo a la manera tradicional porque para ellos eso sigue siendo iglesia. Podrían ofrecerse en alquiler para eventos tipo convenciones o charlas. En fin, todo cuanto genere recursos que por supuesto contribuya en su mantenimiento, quizá genere trabajo para los mismos santos y cuyas ganancias sean utilizadas para expandir el reino y atender las necesidades de los santos que los edificaron. Eso estaría mejor que mantenerlos cerrados el 90% del tiempo y gravando a los santos con su mantenimiento. Hay mucho que se podría hacer verdaderamente beneficioso con esos locales.

Y cuando necesitemos aprovechar la enseñanza de un maestro de la Palabra que nos bendecirá con su denuedo y lo recibido de Dios, para ello ocupamos un lugar grande que pueda albergar a la mayor cantidad de santos con las condiciones favorables para cómodamente recibir ese tremendo discurso y bendición.

O quizá requiramos reunir a la mayor cantidad de santos para la toma de decisiones como cuerpo de Cristo.  Solo para eso un edificio físico grande, o un lugar de gran capacidad según la Palabra, es útil. Ambos requerimientos podrían solucionarse usando esos edificios, pero no necesitamos edificarlos propios si no los tenemos.

Y cuando se utilicen, todos los reunidos allí deben asumir los gastos que produzca específicamente el momento. Pero eso no definirá jamás ningún edificio como casa de Dios, ni lo santificará, aunque todos los santos se metan en él, ni pretenderemos seguir metidos todos allí.

Continuará…