domingo, 26 de septiembre de 2021

Las “tres partes” del hombre 1° Parte

Las “tres partes” del hombre  1° Parte

¡Qué importante conocer la doctrina bíblica sobre cómo conformó Dios al ser humano! Su importancia radica en el hecho de que conociéndolo adecuadamente, podemos comprender aspectos que conciernen no solo a nuestro presente sino a la realidad de nuestro destino.  Y aunque usted no lo crea también podemos comprender el funcionar de la iglesia el cuerpo de Cristo.

Para muchos creyentes de años inclusive, todavía existen misterios sobre el tema. Hay infinidad de doctrinas y teologías que han querido explicar el asunto, pero muchas en vez de arrojar luz, no han hecho más que complicar las cosas y hasta confundirlas.

Antes de conocer cada parte del hombre, debemos saber cuántas partes le conforman.

He revisado toda la Escritura y le diré que a lo largo y ancho de ella el hombre es relacionado con tres conceptos: espíritu, alma y cuerpo; pero no espere otro estudio del hombre tripartito, no; saberlo no necesariamente toma la posición de definir que el ser humano lo sea. Quizá porque lo único a lo que yo le llamaría “parte” de esos tres conceptos es al cuerpo por su materialidad. En ese sentido los otros dos no son sino esencias inmateriales dados por Dios de los cuales uno somos nosotros.

¿Cómo los percibo?

El hecho es que si fuesen mezclables cuál ingredientes y manipulables aun para Dios y de las tres resultamos nosotros, pues sí, las vería como partes, pero no.

Le diré que es como el amor. No podemos dividirlo en partes más pequeñas sino reconocer sus diferentes manifestaciones en que se cumple o expresa. 

Al cuerpo sí lo podemos dividir pero ni al alma ni al espíritu; sólo Dios por medio de su Palabra. No como una partición para dejarlas segmentadas, sino para discernir como dice la Escritura los pensamientos y las intenciones del corazón (Hebreos 4: 12). Más como un scanner que como una disección literal.

Continuará…


domingo, 19 de septiembre de 2021

Conversando con los pecadores 12° y última Parte

Conversando con los pecadores 12° y última Parte

Continuación

10-     Cierre bien su mensaje

Note como siempre que se evangelizaba en la Palabra, como parte de ese evangelizar iba implícito el bautizarse. Hoy casi nadie habla de esto esperando solo que el pecador reconozca su pecado y crea. Sin embargo el bautismo forma parte esencial de ese mensaje y de ese creer. Tan necesario como el creer. No estaban desasociados. Por ello también es que ha de haber confianza entre quien evangeliza y el evangelizado para no dejar ese importante punto por fuera. Se sella un nuevo nacimiento con el bautismo en agua. Esto es testimonio y obediencia al mandato del Señor. Y muy importante! ordenanza escrita (Marcos 16: 16; Hechos 2: 38).

Puedo decir que a falta del bautismo, hay muchos, muchísimos por allí que no entran en una relación de compromiso genuino con el Señor.

¿Por qué?, porque el bautismo es una especie de Contrato que se genera para cada nuevo creyente.

El Señor, dice la Palabra, acabó su obra de salvación en su muerte cuando dijo: “consumado es”,  pero con todo ello, no nos hubiese beneficiado si no resucita. El apóstol Pablo dice que si el Señor no hubiese resucitado, nuestra fe sería vana, aún estaríamos en nuestros pecados. 1° Corintios 15: 17  

Entonces a la muerte de Cristo, debemos también nosotros responder con muerte para que a su resurrección nosotros también resucitemos a una nueva vida (Romanos 6: 4). Eso es el bautismo. Un Contrato de salvación “firmado” por Cristo con su muerte y confirmado por su resurrección. Un contrato que se le da espiritualmente hablando a quien confiesa a Jesús como Señor y ha creído en su corazón que Dios lo levantó de los muertos (que resucitó). Cuando el nuevo creyente se bautiza en agua, representa su muerte y resurrección (Colosenses 2: 12), con lo que firma y ratifica así mismo su parte del Contrato. Su salvación y nueva vida se hace efectiva.

De nuevo, no porque el bautismo salve en ninguna forma a nadie como algunos que mal interpretan lo que nos muestra 1° Pedro 3: 21 hablando de estas cosas ya que es solo un Contrato que al tener la firma de dos, se hace válido en todos sus alcances.

Me llama la atención el caso del Eunuco quien se dirigía hacia su país luego de haber estado en Jerusalén (Hechos 8: 26-40). Dios puso a Felipe en su camino y cuando el evangelista terminó de explicarle el pasaje en Isaías que venía leyendo, vieron agua e inmediatamente preguntó si había algo que impidiera que fuese bautizado... Pero si lees bien, en ningún momento el pasaje dice que Felipe le hablara del bautismo textualmente. Entonces concluimos que sí lo hizo como para que el Eunuco lo trajera a acotación... ¿de da cuenta? esto estaba implícito en la presentación del evangelio... lamentablemente nosotros lo hemos dejado para después cometiendo un grabe error.

Si alguien tiene realmente la necesidad de bautizarse luego de que se le ha anunciado el evangelio es que evidentemente ha creído y la obra está completa una vez que procede y esto no debe atrasarse, hay que hacerlo lo antes posible.

Herede esto a sus hijos

Nosotros debemos ser cambiados a la forma de la Palabra para presentar el mensaje e inculcar esto en nuestros hijos igualmente para que ellos sepan ser testigos del Señor cuando les toque afrontar a su propia generación de manera adecuada. Créame que tendrán que hacerlo, porque a ellos les tocará un mundo muy enfermo como vemos que está.

Para finalizar, les confieso que me he sentido tentado a compartir una posible conversación con un inconverso aplicando cada uno de los conceptos vistos para que quedase como referencia; sin embargo, hay situaciones de situaciones, momentos y personas tan diversas. Creo que finalmente evangelizando es como se evangeliza y debemos hacerlo comenzando con los de nuestra casa, nuestro entorno y hasta lo último de la tierra, siempre pidiendo la guía del Señor al hacerlo por supuesto.


domingo, 12 de septiembre de 2021

Conversando con los pecadores 11°Parte

Conversando con los pecadores 11°Parte

Continuación

En realidad todo lo que estoy diciendo es lo que nuestros antepasados nos decían de testificar que les era tan efectivo a la hora de compartir el evangelio. Pablo usaba esto como su estrategia, hablar de su experiencia personal.

No estoy hablando de nada extraño… lo sabíamos pero en algún momento lo dejamos y lo cambiamos por otras formas.


9-    Sin Polémicas ni contradicciones

Por último no debemos entrar en polémicas de ninguna especie con el inconverso. Recordemos que él tiene acceso a mucha información (lamentablemente la mayoría pésima y tergiversada) y un maravilloso propósito de testimonio y evangelización puede trabarse y no llevar a nada. Pablo le decía a Timoteo que dejara las discusiones necias y acerca de fábulas entre muchas otras cosas porque a la verdad no dejaban nada más que pérdida de tiempo.

Sepamos con sabiduría tener el control de la conversación y encarrilarla hacia lo que debemos. No caigamos en el juego del maligno que intentará todo lo que pueda para evitar que las almas vengan al Señor.

Si nos preguntan sobre nuestra opinión de esto o lo otro, respondamos que en realidad ninguna opinión es importante en medio de algo que sí lo es y es que podamos hacer la paz con Dios lo cual nos dejará dormir tranquilos y continuemos. (No estamos presentando nuestro negocio; es el de Dios). No intentemos ganar una discusión porque sabemos mucho… alejémonos de nuestro ego.

Ahora, nos preguntamos… ¿qué hacemos con casos fallidos que hemos tenido? ¿Qué le decimos a aquellos que no reaccionaron bien a nuestra evangelización en algún momento anterior? Creo que debemos sincerarnos y proceder a disculparnos reconociendo que nos equivocamos. Eso será en definitiva de buen testimonio para ellos al ver que no somos perfectos lo que a la postre podría volver a abrir su corazón.

Es posible que estemos hablando y compartiendo las buenas noticias con un grupo de personas a la vez como puede ocurrir en algunas ocasiones o hacerlo uno a uno como también suele pasar; los principios siguen siendo los mismos, no cambian.

continuará


domingo, 5 de septiembre de 2021

Conversando con los pecadores 10°Parte

Conversando con los pecadores 10°Parte

Continuación

Para identificarnos con él, debemos aprender a hablar siempre en primera persona. “soy pecador”, “comprendo que Dios me ama y quiere ser mi amigo”, “Él me ha recibido a pesar de mi pecado”, “entendí por lo que dice su Palabra que me perdí y él envió a su Hijo para buscarme”, “desde que creí experimento su gracia porque reconozco diariamente mi pecado y se lo confieso”, “creo en lo que Dios dice”, “Él me cambia cada día si pongo en sus manos mi vida”, etc.  Todo esto nos pone en un presente constante y no como que ya logramos todo por encima de los demás. Esta forma de hablar le permite al inconverso pensar que tiene oportunidad ahora mismo, y no lo hace sentir excluido. Puede comprender que no lo estamos ni señalando ni mucho menos condenando. Debemos “narrarle” al inconverso la forma en que personalmente hemos asimilado el plan de salvación y cómo esto ha sido tan bueno para nuestra vida y nuestro entorno. Todo -reitero- como experiencia personal.

Algo de suma importancia es que debe quedarle claro que lo que le estamos diciendo no es solo información, sino que es una realidad, una puerta abierta que demanda una decisión de nuestra parte de creer y de tomar lo que Dios nos está ofreciendo para ser aceptados por Él, sí  aceptarnos. Qué importante!... no somos nosotros quienes le aceptan sino Él que nos acepta a nosotros pues en la realidad somos nosotros quienes estamos afuera hambrientos, andrajosos y muriéndonos de frío y necesitamos que nos abran.

Se trata de comprender cómo estamos, de creer en que sí nos quiere recibir y accionar.

El inconverso debe percatarse de que significa una oportunidad muy atractiva porque lo es, y fácil de obtener porque también lo es. No por ello hay que tomárselo en poco. Entre palabras debemos reforzar con los ya pasajes conocidos que sabemos de memoria y las promesas que vemos en la biblia una vez que hemos tomado este regalo de Dios si optamos por él por supuesto. Mezclar de buena manera la Palabra en lo que hablamos, sabemos que tiene poder y vida y jamás debemos obviarla. Ella es elemental.

Y en definitiva la sinceridad juega un papel importante.

continuará