domingo, 27 de noviembre de 2022

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 9° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 9° Parte

Continuación…

Pero hay más. Interesantemente la Palabra muestra otro recibimiento y aceptación pero no de nosotros para con el Señor, sino al revés, del Señor para con nosotros. Leamos Romanos 15: 7; Efesios 1: 6; Hebreos 12: 6.

Entonces ¿Quién recibe o acepta a quién? Ni Dios ni Cristo están necesitados de que alguien los acepte o inclusive los reciba tratándose de salvación… porque fríamente visto, los necesitados somos nosotros, no ellos. Ellos están bien. Realmente los necesitados y requeridos pero con urgencia de ser recibidos y aceptados somos nosotros por Él, pues nos encontramos perdidos y en peligro (a un hilo) de la muerte eterna.

Concluimos que realmente hemos sido soberbios por aplicarlo a la inversa tal como se ha predicado siempre. Insistirle a la gente que acepten o reciban a Cristo, está pésimo.

Llama la atención de nuevo notar que Dios, aunque respeta el libre albedrío que tiene el hombre de aceptar o no el evangelio, también Él se toma el mismo derecho respecto al hombre. Mira su corazón, sopesa el espíritu antes que cualquier otra cosa, y ese cualquier cosa se refiere a cualquier proceder que el hombre realice por quedar bien, o porque fue coaccionado, o por emoción, y obligación si cabe decirse.

Esto deja en claro algo: Dios no opera como nosotros los hombres; con Él se acomoda el orden de las cosas. Dios nos recibe a nosotros, Él es quien nos acepta. Pero también deja en claro el punto serio del cuál hablamos y que es de vital importancia si lo analizamos de corazón: se cambia la perspectiva del oyente.

La razón por la que muchos se muestran escépticos a venir al Señor, es por las ínfulas que les da la misma predicación. Les hace creer que ellos tienen la llave en sus manos. Les hace creer que ellos son los que deciden si toman o no al Señor. La figura “aceptar” o “recibir” a Cristo, deja en el subconsciente del incrédulo que casi es un acto de misericordia de su parte proceder con Dios. Y como si fuera poco, añadimos el consabido “abra la puerta de su corazón al Señor” como para que no quepa ninguna duda. ¡Increíble! Terriblemente planteado. ¡¡¿Qué le estamos diciendo a la gente?!!

Continuará…


domingo, 20 de noviembre de 2022

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 8° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 8° Parte

Continuación…

Buscando en el resto de la Palabra, es interesante descubrir de entrada que la figura “aceptar a Cristo” no existe. No está ni siquiera como concepto. Ahora bien… dicha expresión va muy de la mano con otra que se utiliza muy paralelamente y que si aparece en la Escritura como comprobamos en los pasajes dados y es: “recibir a Cristo”. Pero, ¿a qué se refiere?

¿A Cristo se le puede aceptar o recibir en el contexto de la salvación? La primera figura, ni existe; la segunda, no aplica. ¿Es esto una contradicción a la Palabra? Por supuesto que no. Hay razones claras y de peso, doctrinalmente hablando para decirlo y lo analizaremos en instantes.

Pero se convirtió en doctrina inobjetable para sus defensores algo que basan en algunos disque versículos “fuertes”, pero que por lo visto no profundizaron para detectar un error serio que esa forma generaba.

¿Por qué convertir en doctrina y santificar algo que no aparece en la Escritura como lo es  “aceptar a Cristo”? Encima sin analizar un posible daño intrínseco en el concepto -reitero-.

Le puede sonar duro y hasta pesado, pero es importante que lea la razón.

La Palabra no tiene nada de aceptar a Cristo por ninguna parte pero, hablando de salvación, aparece respecto a el evangelio (2° Corintios 11: 4).

Ahora respecto a “recibir”, el concepto que nos plantea la Palabra como línea doctrinal es: Marcos 4: 20; Hechos 2: 41; 8: 14; 11: 1; 17: 11;  1° Corintios 15: 1 y 2; Gálatas 1: 9; 1° Tes. 1: 6; 2: 13; 1° Tim. 4: 9. Lea también Efesios 1: 13. Interesante que tantos versículos con tanta claridad, no hayan generado un sano dogma para nosotros. Evidentemente el evangelio presenta a Cristo; Él es la razón de la buena noticia. Hay que creer en Él, hay que recibir la Palabra.

Llama la atención que no es que aceptamos al Señor, sino a su mensaje (el evangelio) y lo creemos para que produzca en nosotros su buen efecto: salvación por medio de Jesucristo que es el Salvador. Interesantemente no es si lo recibimos a Él sino más bien a su Palabra con corazón dispuesto. Se recibe la Palabra o lo que es lo mismo el evangelio el cual creyendo y permaneciendo en dicho anuncio de buena nueva, hace efectivo el propósito de Dios en nosotros. Pablo dijo: “no me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios para salvación…” Romanos 1: 16. De nuevo se enfatiza la buena noticia que es necesario creerla.

Continuará…

 

domingo, 13 de noviembre de 2022

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 7° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 7° Parte

Continuación…

Hay cantos, literatura vasta, predicaciones y todo cuanto podamos imaginar que la avalan, de manera que parece tan natural y tan verdad. Lo peor es que si escuchamos algo diferente o a alguien que la cuestiona, nos escandalizamos.

¿Es que acaso quienes procedieron a “aceptar a Cristo” tienen algún problema con su salvación? De nuevo no es el punto y centro de nuestro análisis sinceramente. El Señor nos libre de desanimar a alguien. Más bien, ¿qué enfoque obtuvieron en el mero inicio de sus vidas en el Señor aquellos que accedieron a aceptar a Cristo y la perspectiva que eso dejó en sus corazones? Pero en definitiva quienes se hayan humillado de corazón delante de Dios, saben que su misericordia les alcanzó, y la realidad del nuevo nacimiento en sus vidas ha de testificarlo.

El tema en sí se refiere a la expresión misma y la práctica como tal… de dónde fue sacada, y si comunica la verdad o no. De allí nuestro análisis y estudio.

Pienso que la figura tendrá cerca de 500 años de implementada como parte de la separación que se diera con Martín Lutero del seno de la Iglesia Universal. Es mucho tiempo. Antes de eso, desconozco si existe.

“Aceptar a Cristo”, se ha deducido desde el punto básico en que la biblia muestra que Dios envió a su Hijo para rescatar al hombre de su estado de pecado y enemistad con Él y por ende expuesto a la eterna separación de Él (la condenación). Entonces todos aquellos que lo entiendan y procedan a “tomar el ofrecimiento” que más que ofrecimiento es la solución que les hace Dios en Jesucristo, arreglan su situación personal con Él. 

Se justifica con pasajes puntuales como Mateo 10: 40; Juan 1: 12, 13: 20; Lucas 9: 48; y  Colosenses 2: 6. Pero curiosamente ninguno de estos pasajes presenta la tal expresión de aceptar a Cristo. Tampoco en sus contextos ni trasfondo se habla nada de recibirle para salvación. Mateo y Juan 13: 20 lo plantea como aquellos que reciben a los que Él envía; en tanto Lucas, como una aclaración dentro de una disputa entre sus discípulos sobre quien sería mayor en el reino. Por su parte en Colosenses trata de aspectos doctrinales y ya vida de los creyentes, no de evangelización ni palabras para incrédulos. Para el caso de Juan 1: 12, nos tomaremos un tiempo de análisis con profundidad más adelante.

Continuará…


domingo, 6 de noviembre de 2022

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 6° Parte

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 6° Parte

Continuación…

Lamentablemente los pasajes con conversiones de “poquitos”, no nos llaman demasiado la atención y ni siquiera como ejemplos de cómo deberíamos evangelizar. Interesante, ¿no?

Y como en un río revuelto en que hay ganancia para los pescadores, por supuesto que parte muy pequeña de esas grandes pescas si sirven y permanecerán. Pero eso no justifica las millonarias inversiones que se hayan realizado para alcanzar las tales grandes cifras de conversos de los cuales sí permanecerán los que deban permanecer.

Se piensa erróneamente que qué importa el dinero que nos cueste aunque se convierta solo uno. La verdad no veo tal cosa en la Palabra en realidad. La extensión del reino demanda grandes recursos en la actualidad aunque en la Palabra no se ve eso; así que despilfarrarlo no parece nada bíblico.

Veredicto: El grito de los primeros creyentes de hace 2000 años, hace rato nos hubiese amonestado duramente por eso. Y ni se diga la amonestación del Espíritu Santo. En fin… como esta práctica no está en la Palabra, no podemos conservarla.

El siguiente análisis está totalmente ligado a lo que acabamos de ver y es muy amplio y revelador. Le invito a continuar…

 

2-  El concepto de “Aceptar a Cristo”

¿Es esta tan practicada manera de anunciar la necesidad imperiosa que tiene el hombre de reconciliarse con Dios, correcta?

Millones ni piensan en si tiene fundamento o no y mucho menos se atreverían a cuestionarla pues fue la manera en que fueron invitados a venir al Señor o se les presentó el evangelio. Millones en el mundo entraron al cristianismo abrazando esa invitación, la han creído como válida e igualmente la recetan sin más ni más.

Continuará…