Llevad mi yugo
sobre vosotros… (3° Parte)
Escrito autóctono
Continuación…
Estoy totalmente
convencido de que el panorama que Dios nos tenía es a la inversa; es decir, el mundo, las luchas, el enemigo y
todo lo que pareciera venírsenos encima a acabar sin misericordia con nosotros,
son los que en su diseño se encuentran en la posición de estar preocupados
porque ya amanece y tienen otro día que enfrentarse con nosotros.
Según la Palabra
la imagen es que ellos son los que están temerosos de que amanezca porque a la
verdad no tienen ni idea de con qué les vamos a salir y a duras apenas se medio
reponen del castigo que se les propinó ayer. (Mateo 16: 18)
Pero ojo, no soy
de los que levantan brazos y hacen bulla de victoria para que todos se sientan
como que muy envalentonados y piensen que el diablo los ve y sale corriendo.
¡Un momento! No funciona así.
Como diría un
amigo: “¡Ubíquese!”
La Palabra
claramente nos alerta de que el enemigo anda como león rugiente buscando a
quien devorar (1° Pedro 5: 8). Por eso nadie debe tener mayor concepto de sí
que el que debe tener (Romanos 12: 3). No es ningún juego
de niños.
Muchos de
nuestros problemas nacen por un lado de la forma en que manejamos las
situaciones y por otro de no saber quiénes somos, y la capacidad real que
tenemos. Capacidad que se mide en fe según el pasaje que leímos de Romanos pero
tal como se ve en su contexto, no se cultiva así porque así. Hay todo un
proceso de formación en la sencillez de la comunidad de hermanos que se
encuentran ejerciendo sus dones y edificándose mutuamente y para ello no nos
hemos dado el tiempo o no sabíamos que funcionaba así.
El gran
desconocimiento que tenemos de la Palabra nos delata. Y como en toda milicia,
no podemos olvidar que el capitán es Cristo (hasta vivimos cantándolo) pero de
cantarlo a comprenderlo y sobre todo de que sea una realidad que vivimos, la
verdad es que estamos muy lejos.
Nadie ha dicho
que venir al Señor es llegar a un camino de rosas. Pero hay una verdad que el
Señor mismo plantea cuando dice “…venid a
mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” Mateo 11: 28
¿Qué sentimiento
le deja a usted este revelador pasaje?
Continuará…