Ya que Dios no
nos hizo Robots... (6° Parte)
Escrito Autóctono
Continuación…
Esa
ley que se generó cuando Dios nos creó libres a la cual incluso Él se sometió a
sí mismo, hace que nunca nos obligue a volvernos a Él. Ni siquiera está en su mente bajo ninguna
circunstancia convertirnos en una especie de robots programados a servirle ni
ahora ni nunca. Queda demostrada su intención.
Considere
lo siguiente: nosotros los hombres tratamos de reparar y encontrarle solución a
los problemas que se nos presentan. A lo sumo intentamos prever las situaciones que se nos podrían presentar
por nuestra limitación de desconocimiento del futuro; Él en cambio, tenía la
solución a un problema que todavía no existía.
Nuestra
caída y su obra de Redención benefició nuestra libertad, pero también nuestro
amor fue perfeccionado. Ahora nuestro amor hacia Él es mayor porque el perdón a
nuestros pecados lo incrementa. Dios quería que la corona de su creación (el
hombre) le amara al máximo nivel y eso no podía ser posible si no conocía por
experiencia propia la misericordia, el amor incondicional y el perdón de Dios.
No le
amaríamos como le amamos si no hubiésemos experimentado la misericordia del
perdón que pudimos precisamente gustar porque pecamos. (La verdad esto lo deja
a uno sin aliento y así mismo puede explosionar cualquier cerebro) La Palabra
dice que más ama aquel al que más se le ha perdonado (Lucas 7: 47)
Y ahora
rechazamos el pecado no por miedo ni mucho menos por obligación sino por
amor. ¡Impresionante su propósito!
Todo
esto me enseña además que seguimos teniendo libertad de amarle de todo corazón o
rechazarle sin razón solo porque se nos metió entre ceja y ceja hacerlo o no,
servirle o no, obedecerle o no; nuestra voluntad sigue intacta. ¿Alguno que lee
se atreve a decir lo contrario?
El
amar es perfecto cuando está motivado por el amor. No existe otra manera.
Continuará…