domingo, 25 de noviembre de 2018

Ya que Dios no nos hizo Robots... (6° Parte)


Ya que Dios no nos hizo Robots... (6° Parte)
Escrito Autóctono

Continuación…

Esa ley que se generó cuando Dios nos creó libres a la cual incluso Él se sometió a sí mismo, hace que nunca nos obligue a volvernos a Él.  Ni siquiera está en su mente bajo ninguna circunstancia convertirnos en una especie de robots programados a servirle ni ahora ni nunca. Queda demostrada su intención.

Considere lo siguiente: nosotros los hombres tratamos de reparar y encontrarle solución a los problemas que se nos presentan. A lo sumo intentamos prever  las situaciones que se nos podrían presentar por nuestra limitación de desconocimiento del futuro; Él en cambio, tenía la solución a un problema que todavía no existía.

Nuestra caída y su obra de Redención benefició nuestra libertad, pero también nuestro amor fue perfeccionado. Ahora nuestro amor hacia Él es mayor porque el perdón a nuestros pecados lo incrementa. Dios quería que la corona de su creación (el hombre) le amara al máximo nivel y eso no podía ser posible si no conocía por experiencia propia la misericordia, el amor incondicional y el perdón de Dios.

No le amaríamos como le amamos si no hubiésemos experimentado la misericordia del perdón que pudimos precisamente gustar porque pecamos. (La verdad esto lo deja a uno sin aliento y así mismo puede explosionar cualquier cerebro) La Palabra dice que más ama aquel al que más se le ha perdonado (Lucas 7: 47)

Y ahora rechazamos el pecado no por miedo ni mucho menos por obligación sino por amor.  ¡Impresionante su propósito!

Todo esto me enseña además que seguimos teniendo libertad de amarle de todo corazón o rechazarle sin razón solo porque se nos metió entre ceja y ceja hacerlo o no, servirle o no, obedecerle o no; nuestra voluntad sigue intacta. ¿Alguno que lee se atreve a decir lo contrario?

El amar es perfecto cuando está motivado por el amor. No existe otra manera.


Continuará…

domingo, 18 de noviembre de 2018

Ya que Dios no nos hizo Robots... (5° Parte)


Ya que Dios no nos hizo Robots... (5° Parte)
Escrito Autóctono

Continuación…

Ahora, uno de los grandes problemas del pecado es que anula la voluntad, es decir, nos quita la libertad. Al exponernos al mal, quedamos cautivos en él para siempre porque nada podíamos hacer para liberarnos por nuestros propios medios. En otras palabras, nos puso en la senda de ser destruidos sin remedio.

Pero aquí viene la Sabiduría y Misericordia de un Dios tan grande y lleno de amor. Realidad que me hace estar embelesado con el Dios bueno y Justo que llegó hasta ese punto sabiendo de antemano que tomaríamos el camino de destrucción porque tal experiencia nos era necesaria gracias a la libertad con que nos hizo.

Entonces Dios, que conocía lo que pasaría de antemano como ya dije, no lo toma por sorpresa. Proveyó inclusive antes de crearnos la solución que nos restaurara (Cristo el Cordero inmolado Apocalipsis 13: 8) para concedernos una salida real y que una vez más, por decisión propia y gracias a la libertad con que nos hizo, optáramos por Él o simplemente siguiéramos en el camino de muerte si eso es lo que decidíamos. Y la libertad con las que nos creó quedó intacta.

Comprenda esta maravilla: gracias a Cristo y su obra Redentora, el hombre (todos sin excepción) adquiere de nuevo el derecho de decidir qué hacer: si recibir el beneficio de haber sido comprado por sangre..., o no le importa y desea seguir perdido. Decisión que Dios hasta hoy continúa respetando. Él se mantiene sin cruzar la línea. Eso es algo que también le exenta de que cualquiera le culpe por perderse ya que Él le restauró su libre albedrío de poder escoger. Cualquiera que se pierda, se perdió por su propia decisión.

Ese hecho asombroso de la caída que nos era necesaria, completa nuestra experiencia de libertad y por medio de la obra de Cristo volvemos a tener voluntad propia. ¡Qué grandioso!

Es un contraste impresionante que llama poderosamente la atención acerca de cómo es nuestro Dios: nos hace libres plenamente con Él, pero dicha libertad debía ser perfeccionada con nuestra debilidad (2°Cor. 12: 9). Y permite que caigamos para que se alcance ese objetivo. 

Así que la intención de la tentación que fue dejarnos postrados y separados de Dios por consumarse el pecado dejando expuesta nuestra debilidad, en la obra Poderosísima de la Sangre del Cordero somos restaurados y hechos más fuertes de lo que antes éramos.  ¡Gloria sea a Dios! esto es así porque ahora se agrega a nuestra libertad el conocimiento del mal que tuvimos que experimentar, y ahora que lo rechazamos voluntariamente optando por el beneficio de Cristo, entonces adquirimos el estatus de más que vencedores sobre el pecado. 

Continuará…



domingo, 11 de noviembre de 2018

Ya que Dios no nos hizo Robots... (4° Parte)


Ya que Dios no nos hizo Robots... (4° Parte)
Escrito Autóctono

Continuación…

Tenía necesariamente que ser sometida a prueba nuestra fidelidad, amor y decisión de estar con Dios para comprobarnos a nosotros mismos si realmente nos mantendríamos voluntariamente con Él a pesar de cualquier presión ajena y extraña que podría venirnos.

Y apareció en escena el engañador (el diablo) que entiéndase: no podía, ni puede todavía hoy obligarnos a pecar como tampoco Dios nos obligó ni nos obliga todavía hoy a ser buenos y santos. Esa es su Justicia haciendo valer aquella primera ley natural que se generó.

Y el diablo que es el más calificado tentador por méritos propios, se dio a la tarea de hacer lo que mejor sabía con nosotros. Ya lo había hecho con los ángeles en un momento previo en la eternidad y convenció a la tercera parte de ellos a oponerse a Dios.

La verdad y con todo y eso, no la tenía nada fácil. Interesantemente no hubiésemos tomado el mal camino así porque así. Lo único que le funcionó fue mentirnos y engañarnos para lograr su cometido. Convencernos sigilosamente de que había algo que Dios nos estaba ocultando para que pudiéramos ser todavía más plenos y capaces, al nivel de Dios según su engaño.

Y de nuevo, a estas alturas es válida la pregunta: pero ¿por qué Dios no lo despachó del huerto sino que lo dejó allí para que nos arruinara? 

Resultado de su Justicia que no le permitía no exponernos porque nos hizo seres capaces, no máquinas inviolables que respondieran solo a lo que Él quería. Teníamos que ser tentados sin que Él interviniera y en ese apartado vencer o ser vencidos.

Dios que podría haber evitado que el enemigo nos tentara, no lo hace por la libertad con que nos hizo. Él es Santo, no nos podía inducir al mal, más deja el trabajo y camino libre a quien si lo podía hacer: el diablo.

Y conocemos la historia: la mujer creyó su mentira y cayó y por causa de ella también el hombre. Fuimos vencidos.

Continuará…




domingo, 4 de noviembre de 2018

Ya que Dios no nos hizo Robots... (3° Parte)


Ya que Dios no nos hizo Robots... (3° Parte)
Escrito Autóctono

Continuación…

Lo pienso como padre que soy, que en mi amor por mis hijos de ninguna manera los pondría en peligro, pero ellos han de conocer su medio y algunas veces tropezarán y se golpearán y aunque no quiero que se lastimen, han de aprender por ellos mismos la precaución porque deben aplicarla siempre en sus vidas. Evidentemente es una experimentación con supervisión hasta donde podemos como padres, pero eso no evitará que tarde o temprano resulten con raspones y heridas como parte de su propio descubrir su entorno y no estuvimos allí para evitarlo o nos desvivimos en ello para que en definitiva no se hicieran daño. Mi comprender como adulto del peligro más avanzado que el de ellos, no me llevaría ni de broma a poner un arma cargada en sus manos. Sería un completo irresponsable. Pero algún día, estando más grandes, verán un arma en otras circunstancias y yo no estaré, ¿qué harán? Ya debería haberles puesto al tanto del peligro y enseñado correctamente pero ellos decidirán si toman ese instrumento de muerte arriesgándose a un accidente serio de dañar o hasta matar a alguien o a sí mismos. La enseñanza debería ser tan fuerte en ellos que los aleje del peligro a ni siquiera tocar un revolver.

Lo hablo en estos términos para que comprendamos la dinámica de nuestra libertad, no porque tenga o use armas de ninguna especie aclaro.

A Dios gracias existe información que les puedo mostrar bajo supervisión que no me hace necesario tener un arma y ponerla en sus manos. Eso sería tentarles y actuar estúpidamente.

Es exactamente lo que hizo Dios con nosotros. De nuevo, Él no nos tentó porque no es parte de su naturaleza.  Más sí sabía que debíamos ser tentados y para ello ya había quien podía hacerlo.

Ahora bien, ya que nuestra decisión propia al principio fue quedarnos con Dios, nuestra voluntad estaba definida. En otras palabras, fuimos inteligentes. Es algo que generalmente pasamos por alto acostumbrados a leer la historia de la creación sin ponernos a pensar en los detalles.

Más Dios en su Soberanía y amor comprendía que eso no era suficiente ni para su propósito eterno ni para nosotros. Necesitábamos caer (aunque parezca contradictor) en cumplimiento de su diseño perfecto para con nosotros que se manifestaría varios milenios en el futuro y al caer ya había provisto solución para nosotros que era un Redentor, pero nosotros no lo sabíamos ni tampoco el tentador.

Y aquí viene algo que también pasamos inadvertido generalmente: su objetivo al hacer toda esta creación que ahora nos incluía y en la cual parecíamos protagonistas, no éramos nosotros…,¡es Cristo!

Continuará…