domingo, 11 de noviembre de 2018

Ya que Dios no nos hizo Robots... (4° Parte)


Ya que Dios no nos hizo Robots... (4° Parte)
Escrito Autóctono

Continuación…

Tenía necesariamente que ser sometida a prueba nuestra fidelidad, amor y decisión de estar con Dios para comprobarnos a nosotros mismos si realmente nos mantendríamos voluntariamente con Él a pesar de cualquier presión ajena y extraña que podría venirnos.

Y apareció en escena el engañador (el diablo) que entiéndase: no podía, ni puede todavía hoy obligarnos a pecar como tampoco Dios nos obligó ni nos obliga todavía hoy a ser buenos y santos. Esa es su Justicia haciendo valer aquella primera ley natural que se generó.

Y el diablo que es el más calificado tentador por méritos propios, se dio a la tarea de hacer lo que mejor sabía con nosotros. Ya lo había hecho con los ángeles en un momento previo en la eternidad y convenció a la tercera parte de ellos a oponerse a Dios.

La verdad y con todo y eso, no la tenía nada fácil. Interesantemente no hubiésemos tomado el mal camino así porque así. Lo único que le funcionó fue mentirnos y engañarnos para lograr su cometido. Convencernos sigilosamente de que había algo que Dios nos estaba ocultando para que pudiéramos ser todavía más plenos y capaces, al nivel de Dios según su engaño.

Y de nuevo, a estas alturas es válida la pregunta: pero ¿por qué Dios no lo despachó del huerto sino que lo dejó allí para que nos arruinara? 

Resultado de su Justicia que no le permitía no exponernos porque nos hizo seres capaces, no máquinas inviolables que respondieran solo a lo que Él quería. Teníamos que ser tentados sin que Él interviniera y en ese apartado vencer o ser vencidos.

Dios que podría haber evitado que el enemigo nos tentara, no lo hace por la libertad con que nos hizo. Él es Santo, no nos podía inducir al mal, más deja el trabajo y camino libre a quien si lo podía hacer: el diablo.

Y conocemos la historia: la mujer creyó su mentira y cayó y por causa de ella también el hombre. Fuimos vencidos.

Continuará…