domingo, 27 de junio de 2021

Difícilmente 3° y última parte

Difícilmente  3° y última parte

Continuación…

¿Por qué digo que difícilmente un hermano líder en el sistema pueda entender esto? Porque aunque la Palabra dice claramente para qué es la reunión de los hermanos como iglesia, necesita despojarse de su “capacidad” para dejarse moldear por y a la funcionalidad del cuerpo y el sistema no da esos espacios. El ego no lo deja ver la obra del Espíritu Santo en los hermanos y le juega una mala pasada al creer que solo ocupa del que le supere en conocimiento.

Sin olvidar claro está, que los pocos espacios que pudiera proveer en su “modelo”, están bajo su control. Así no podrá ver nunca.

Otro líder de otra iglesia tradicional me expresó en otra oportunidad lo peligrosas que le parecían las casas porque fomentaban la aparición de líderes manipuladores y doctrinas falsas por falta de sujeción a organizaciones y liderazgos establecidos. Las famosas coberturas institucionales o de hombres.

¡Claro!, le dije… ¡cómo hay de eso!

Muchos que hartos del sistema religioso forman sus propios reinos y terminan arrastrando multitudes alrededor de sí. Mentes corruptas provenientes del sistema que se valen de las casas para alimentar su malévolo placer en nombre de las casas.

Esas personas no son ni serán de Cristo. Las redes domésticas que montan tampoco.

Pero eso no lo ha fomentado las casas, sino el sistema. No culpemos a las casas.

Al final el hermano reconoció que verdaderamente hay más agrupaciones, líderes y hasta organizaciones dentro del sistema que andan totalmente alejados de la Palabra.

Difícilmente comprenderán…, difícilmente verán.


domingo, 20 de junio de 2021

Difícilmente 2° parte

Difícilmente   2° parte

Continuación…

¡Qué difícil que comprenda!, sobre todo cuando el enfoque está en ese paternalismo y dependencia que se genera alrededor de unos maestros que tienen “la sabiduría” y formación para ser los únicos con la palabra autorizada.  

¡Qué difícil que comprenda!, que no estamos por las casas para amasar dependencias. Tampoco para fabricar entretenimientos que eviten la “aburrición” de los reunidos. Mucho menos para gastarnos el tiempo en tertuliar.

Según el apóstol Pablo, el fin de la reunión de los creyentes no es para otra cosa que no sea la mutua edificación donde la exposición de los dones del Espíritu Santo impartidos a todos y cada uno, son clave para dicho fin. La riqueza y poder del “unos a otros” no tiene rival en sistema alguno que pudiéramos proveer los hombres.

¿Qué pretende esto? Que el creyente sea enteramente funcional en el cuerpo de Cristo. Obtiene pero también otorga alimento que lo va transformando en un poderoso testigo del Señor en este mundo. Veneno para la pasividad.

Si pensamos que el fluir de los dones del Espíritu Santo no pasa de ser “un bonito rato”, estamos muy pero muy lejos de comprender su envergadura.

Sentarnos por horas a escuchar a un maestro de la Palabra es de suma importancia y muy rico sin duda alguna, pero tiene otros espacios claramente definidos. La reunión de edificación no se enfoca en ellos.

Una de las problemáticas del sistema-iglesia es que centra todo su esfuerzo en la capacidad de sus líderes para formar a otros posibles líderes de entre los feligreses (que sean sus vasallos doctrinales) y eternizar los mismos roles de líder. Entonces el hermano sencillito mejor que solo escuche y ofrende. Calladito más bonito porque no tiene nada de peso que decir.

Las casas no están centradas en la capacidad de los líderes para mantener “hechizados” a los creyentes por sus dotes de conocimiento, sino en la funcionalidad del cuerpo que lleva a los miembros a la estatura de Cristo.

Continuará…


domingo, 13 de junio de 2021

Difícilmente 1° parte

Difícilmente   1° parte

Escrito autóctono

Conversando con un amigo que es líder de una iglesia tradicional, de pronto la conversación giró en torno al tema de la problemática de la manipulación de incontables líderes; motivo del malestar y desánimo de muchos cristianos por la idealización y control de las masas que esos líderes gestionan en beneficio propio.

Le expresé que por las casas no teníamos ese problema ya que una de las ventajas de la sana participación de todos minimizaba precisamente esa idealización.

Por las casas, el o los dirigentes conocen claramente su función de servidores. No buscan estar por sobre los demás ni ser predominantes en la reunión.

Su respuesta no se hizo esperar.

¿Cómo podía un grupo de cristianos en una casa recibir profundidad de doctrina y riqueza de formación en una participación de todos? ¡Qué aburrido cuando le tocara el turno a una persona cuyo aporte simple y sencillo ausente de conocimiento dejara a los demás ayunos de un verdadero impacto doctrinal!

“Por supuesto”, le dije entre risas: “lo que pasa es que en las casas no funciona así”.

Continuó diciendo que “Su -modelo- proveía a los creyentes formación constante junto a discipulados para afirmar su cristianismo, impartidos por personas con el conocimiento adecuado...; jamás podría adaptarme a algo así”, puntualizó.

Su “modelo” por supuesto es el modelo tradicional. Elementos más elementos menos, martilla en lo mismo. Efectivísimo para el sistema.

Continuará…


domingo, 6 de junio de 2021

¿Queréis iros también vosotros? 4° y última parte

¿Queréis iros también vosotros? 4° y última parte

Continuación…

Eso es lo que no queremos oír. Queremos sentarnos 5, 10, 20, 30 años más en lo mismo; seguir el jueguito de “ir a ver qué tiene el Señor para mí”….

¡Ya basta!

¿Acaso no vemos que funcionar nos hace bien a cada uno y a todos? ¿Acaso no visualizamos que ya hace mucho pasó el tiempo de nuestro solo recibir y ahora nos toca dar? ¿Qué hemos hecho con todo lo que hemos escuchado, visto y oído en esta vida del Señor? ¿Qué estamos esperando para mostrarnos vivos?

¡Reaccionemos ya! ¡Pero reaccionemos para bien, no para mal!

No temamos funcionar (todos) y veamos la Gloria de la casa del Señor.

Dejemos de ser niños y procedamos con la madurez que ya deberíamos mostrar.

Estas exhortaciones que escribo son producto de la decepción que como humanos sentimos. Pero también de lo impresionante que es que muchos no accionan a pesar del tiempo, dedicación y atención que se les ha brindado.

¿Por qué muchos cristianos se hacen tan rogados para lo bueno? ¿Por qué le ponen tanto "pero" al Señor? ¿Por qué se hacen tan de cristal que es imposible tocarlos porque se rompen?

¿Será que han malinterpretado el amor?

En medio de esos infantiles comportamientos, ¡qué maravilla es ver corazones de otros que si han tomado el buen camino de aprender y madurar seriamente!. Que sí han percibido el espíritu de cómo se les han dicho las cosas. Con amor claro, pero con la firmeza y seriedad que demanda este caminar.

Porque han visto con claridad que no solo se les ha pedido seriedad en el Señor y sus cosas sino que han visto ejemplo en aquellos que les han servido.

Porque ha habido respeto, amistad e identificación mutua.

Porque ha habido agradecimiento y humildad. Porque no ha faltado la sinceridad.

Creo que estos elementos han sido básicos pero por supuesto la Vida.

Que el Señor jamás tenga que preguntarnos: “¿acaso queréis iros vosotros también?”


Fin