Los estereogramas
Escrito autóctono
Mateo 13: 11 “El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado
saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.”
Marcos 4: 12 “para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no
entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.”
Hechos 16: 14 “Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura,
de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el
corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.”
Hace algunos años se dieron a conocer tan asombrosas imágenes en periódicos y revistas.
Quizá el nombre no le diga mucho,
pero las identificará como aquellas que poseen figuras tridimensionales ocultas conformadas por mezclas multicolores. En internet ahora se encuentran
muchísimas.
Recuerdo que para quienes habían
logrado observarlas, se trataba de una verdadera maravilla de la impresión que
les permitía disfrutar de una figura o escena congelada en tres dimensiones. Interesantemente
no era necesario utilizar ningún filtro o gafa especial para poder observarlas,
eran suficientes la paciencia y quizá uno que otro “truco” óptico de colocación
de la vista, para propiciarnos la satisfacción de ser uno más de los “privilegiados”
por mirar con facilidad lo que otros con muchísimos intentos fallidos no las
alcanzaban a contemplar.
En medio de todo, había quienes
inventaban recetas para poder observarlas, otros incrédulos en su desespero
pensaban que les estaban tomando el pelo y muchos otros no se daban por menos
diciendo que veían más de lo que realmente mostraban las imágenes. Algunos decían
que les provocaba dolor de cabeza o cansancio
en la vista por tanto esfuerzo y finalmente, muchos hasta el día de hoy no
las han podido ver.
¿Saben?, alguien me contó que
aunque lo había intentado por muchos años, un día, sin siquiera pensarlo, de
pronto se encontró un estereograma por allí y rápidamente logró verlo. Esto por
supuesto no garantiza que le pase de la misma manera a todo aquel que
lo quiera porque parece ser que no basta solo con desearlo.
Lo que si es cierto es que con la
práctica, ver un estereograma cualquiera, llega a convertirse en algo natural y
sin mayor esfuerzo gracias al correcto y memorizado enfoque visual.
Comparto esto porque se me hace
tan similar a lo que ocurre con las Escrituras. Ellas poseen en sí mismas
revelación de Dios la cual es impenetrable por medios humanos. Sólo y
únicamente a aquellos a los que Dios por su soberana voluntad les permite
acceder para comprender con profundidad su propósito eterno. Y es que soy del
criterio de que aún la misma iglesia revelada como cuerpo de Cristo junto a
toda su funcionalidad, no puede percibirse desde la óptica humana y ni siquiera
religiosa.
Claramente la Palabra de Dios
enfatiza que debemos andar por fe y no por vista; en otras palabras, en lo que
concierne a las cosas de Dios, como que lo natural no nos sirve de mucho o realmente
de nada. Por ello también se recalca en ellas que sin fe es imposible agradar a
Dios. Recordemos que no es con este entendimiento humano que podremos comprender
pues la Palabra dice en 1° Corintios 2:
14: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios,
porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente”.
Cristo fue revelado a la
humanidad como hombre hace 2000 años. Él era Dios manifestado en carne, sin
embargo muchos le escucharon, oyeron sus enseñanzas, anduvieron con él, le miraron
en carne, pero no les fue revelado a su espíritu. Los dos ladrones en la cruz tuvieron
exactamente la misma oportunidad de conocerle, más a uno le fue revelado y al
otro no. Los dos sabían que aquel hombre era santo y poderoso, pero solo uno estuvo
para recibir la revelación de quien era en verdad.
Leer la Biblia puede dejarle un
bonito pensamiento, consejo o motivación a cualquiera que la lea, pero eso no
quiere decir que su revelación le está abierta necesariamente. Cuando uno
escucha a cualquier persona ajena refiriéndose a las Escrituras o a un ateo
hablando necedades con la Biblia en la mano, creen que pueden acceder a ella
como si se estuviera leyendo el Quijote o Las mil y una noche. Por eso para
ellos no deja de ser un libro común, y para sus seguidores, el tragar engaño
como si les hablasen entendidos. La Palabra de Dios no se abrirá a nosotros
solo por desearlo o por que escuchemos a alguien hablando de ella pues ocurre
que su Eterno Autor la descodifica en los corazones que Él quiere y cuándo Él
lo quiere. Ningún otro libro en toda la historia humana tiene tal poder e
interacción con aquellos a quienes se expone pues no solo interviene lo
profundo del hombre sino lo profundo de Dios y es Dios quien tiene la llave de
acceso a esas dimensiones. Eso es lo que no entienden muchos.
Podríamos ver de frente
físicamente a Cristo pero no sernos revelado. Cristo lamentó sobre Jerusalén el
que su pueblo no le conoció ni comprendió su visitación. Lucas 19: 41-44
Al igual que a la Palabra, ver o
no un estereograma no tiene relación con inteligencia o capacidad cerebral de
nadie, con hacer “bizco” o usar lentes especiales, con ser de tal o cual raza,
ser hombre o mujer, pequeño o grande, rico o pobre. Los estereogramas tienen su
explicación científica, de hecho son montajes realizados con programas que
mezclan figuras de fondo negro denominadas DEPTH MAPS con bases llamadas TEXTURAS
cuyo producto nuestro cerebro logra penetrar y entremezclar utilizando cierta
técnica visual, para mostrarnos esa tridimensionalidad que las caracteriza.
No
obstante, con tenerlos frente a nuestros ojos y sepamos instructivamente cómo
hacer para verlos, no quiere decir que los podamos ver. No es hasta que -de manera figurada- “se nos
revelen” que podremos disfrutarlos y fascinarnos con ellos.
Dios nos tenga por dignos de
recibir su revelación.
sólo como referencia.