domingo, 30 de agosto de 2020

El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 10)

     El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 10)

Continuación…

Las prácticas comunes de los gobiernos humanos (su visión de la autoridad) las cuales se toman como normales e incuestionables, han producido así mismo un daño adyacente peligrosísimo en cuanto a la aparición de grupos feministas y movimientos extremos que luchan por “liberarse” de dichos conceptos y tratos que generaron. Además erradamente culpan a Dios como si esos resultados fueran las ideas de Él.

Pero hemos demostrado que Dios no tuvo nada que ver con ellos.

Los miembros de esos grupos son lamentables víctimas de los conceptos de autoridad terrenal tergiversados.

Por ejemplo, el hecho de que Dios haya definido en su plan al hombre como cabeza en el hogar, lo compran como un concepto de inferioridad de las mujeres porque la forma de autoridad humana lo vende y lo aplica así, pero nunca el sistema de gobierno de Dios aprueba ni promueve ese concepto. O por ejemplo de que el hombre, por ser jefe de familia, le convierte automáticamente en amo y señor de su casa (como si fuera un rey con sirvientes). Nada más lejos de la idea de Dios para la familia y lo enseñado con claridad en su Palabra.

Las tergiversadas nociones de la autoridad que la hacen ver como dominio, control o manipulación, son el combustible del machismo tan tristemente diseminado en nuestros países y que dieron lugar al feminismo como su contra respuesta pues los hombres se sintieron con derecho de manejar, usar, esclavizar, maltratar, castigar, dañar y hasta tomar la vida de sus mujeres (en casos extremos) y ellas buscaron lógicamente defenderse y hacer valer sus derechos, pero desbocando su camino a un extremo enfermizo de igualdad diabólica impositiva que inclusive procura la superioridad sobre el hombre. La mujer arrebata el poder y abusa del hombre pagándole en la misma forma en que este abusó de ella amparándose en un supuesto dominio al que dice tener derecho. Padres abusan de sus hijos basados en el supuesto derecho que les da haberles procreado y ser más fuertes.

No existe un ápice de amor por ninguna parte pues al amor lo transformaron en un tema sexual tergiversado que controla y manipula solo por obtener placer.

Hijos que como respuesta se rebelan contra sus padres y la sociedad, y terminan delinquiendo.

Todo atenta psicológicamente en ellos y hasta en su sexualidad, producto de los conceptos errados de este perverso sistema. Sabemos que mucho de la homosexualidad y el lesbianismo proviene de allí porque tanto hombres como mujeres buscaron llenar sus carencias con personas del mismo sexo pues hartos de decepciones por lo que observaron en el ejemplo de la figura heterosexual en vidas infelices e infidelidades, optaron entonces por esas prácticas.

No estoy hablando por hablar. Dichos movimientos presentan tal argumento para justificarse, dentro de sus planteamientos.

Continuará…


domingo, 23 de agosto de 2020

El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 9)

       El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 9)

Continuación…

¿Por qué ahora inclusive pretendemos que debemos conquistar puestos políticos para disque arreglar las cosas, cuando bajo ese sistema de gobierno no hay nada qué hacer?

Si nos “preocupan” cómo lucen las cosas en el mundo, en realidad su sistema no ayuda. Y si realmente queremos un cambio, la Palabra nos dio la forma de tratarlo y es desde el corazón de la gente basado en un testimonio firme y fiel, como nos lo ha enseñado Dios y no pretendiendo puestos políticos.

Los discípulos del Señor, acostumbrados a estar bajo regímenes de autoridad humanos en todo lo que vivían que les resultaba lo más normal y conocido de su existencia (poderosos que se enseñoreaban o esclavizaban a los demás infundiendo miedo; grandes que construían sus reinos sobre las espaldas de los más pequeños; poder y dominio que gobernantes ejercían sobre sus súbditos), mirando cómo funcionaban los sistemas políticos de este mundo y el estatus que producían los puestos jerárquicos de poder, ahora les era revelada una nueva forma de entender la autoridad, (la forma del cielo) en la cual el camino hacia la grandeza estaba hacia abajo, no hacia arriba luchando por posiciones más dignas. En otras palabras, estaba en el servir, no en amasar servidores.

Qué importante esto, porque requiere entrega y sacrificio no para beneficio propio sino por los demás y eso es la esencia del amor y la estrategia del cielo.

Cristo deja claro aquí que sus seguidores no funcionarían como las jerarquías terrenales. Cierra la puerta contundentemente y en definitiva a esas formas que de por sí no son las celestiales.

No hay que ser un gran erudito de las Escrituras para comprender lo que se ve a simple vista.

La iglesia, su casa, que vendría a generarse luego, tenía ya la forma de gobierno definida y nada tenía que ver con los sistemas de este mundo.

Si leemos su historia en Hechos, el comportamiento de quienes fueron sus líderes y la doctrina de su funcionamiento en todos los escritos de Pablo equiparado ahora desde la comprensión de este principio de autoridad y gobierno establecido por Cristo, entonces todo adquiere sentido. Está tan presente y tan claro que no hay donde perderse y esto nos permite comprender mucho más de otras cosas también.

Continuará…


domingo, 16 de agosto de 2020

El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 8)

 

El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 8)

Continuación…

Y el Señor odia eso entre los suyos, no es de Él; lo aborrece con todas sus fuerzas (Apocalipsis 2: 6). Según algunos estudios, obtenemos la raíz de la palabra Nicolaíta del griego: niké: Victoria (dominio sobre otros);  laos: laico (gente común ó pueblo). Entonces  el término se refiere a personas que gobiernan a los demás.

Digo, sabiéndolo…, ¿qué tenemos que responder entonces frente a las palabras tan claras del Señor?, ¡¿Las ignoramos deliberadamente?!...; ¡¿Qué?!...; ¡¿somos tan altivos?!

¿Por qué la iglesia moderna funciona bajo la forma de gobierno incorrecta y no la de Dios?, ¿Será porque se le pasó por alto?; ¿será que no ha hecho un análisis concienzudo?; ¿O será por ignorancia conveniente es decir le resulta mejor hacerse de la vista gorda?... porque a decir verdad se acostumbró a las formas de gobierno jerárquico humanos en todas las cosas y las “santificó” abrazándolas en su seno porque eso le da “mejor” condición.

Le diré por qué las tenemos. No nacieron con nosotros, nos la legó el paganismo hace 1700 años. Pero nosotros somos responsables por mantenerlas.

Quizá ni nos importe o ni nos cause ninguna preocupación.

¡Qué mal!

Quizá y mejor cerramos los ojos y damos un “portazo” diciendo: “esa es su respetable interpretación, muy personal suya. ¡Gracias!…, pero como funcionamos, funcionamos bien.”

La verdad es que muchos están hasta hallados con su sistemita de gobierno terrenal porque les ha favorecido con estatus como ya mencionamos, dominio, finanzas, seguridad, y un sin número de beneficios que les resultan muy cómodos y ventajosos como para  tener que reconocer que en realidad no funcionan bajo el gobierno de Dios allí. Entonces muchos no es que no lo saben, es que no les sirve que las cosas cambien porque les afecta directamente en sus intereses financieros personales, en sus logros y su  imagen.

Continuará…


domingo, 9 de agosto de 2020

El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 7)

 El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 7)

 Continuación…

Israel por su parte, en algún momento quiso funcionar como lo hacían las naciones paganas alrededor porque les pareció que eso era más funcional, y se equivocaron. Desecharon a Dios (1° Samuel 8: 4-6) y adoptaron las formas tergiversadas en que el hombre decide su propia justicia, sus propios lineamientos, sus propios sistemas de organización que finalmente no son los propios sino los del sistema de gobierno caído de Luzbel (Satán). Eso sumó un elemento más a su ya larga historia de desobediencia que causó su ruina.

Así mismo el hombre lleva a todas sus facetas dichas figuras que invaden incluso hasta su misma fe.

De allí que vemos entonces sistemas de gobiernos de unos sobre otros en el ámbito eclesial igual como sucede en la política, en donde se manejan rangos jerárquicos, jefaturas y puestos de poder que pretenden las facilidades de ejercer más dominio o poder sobre las masas. Autoridad que se funda en la falsa superioridad para controlar a los muchos. Autoridad que genera dependencia para asegurar su estabilidad y la maquilla con estatus para ser respetada.

Sistema que se rige por conquista, por fuerza, por prevalecimiento ante el compañero  para estar por encima de él y jamás como su igual ni mucho menos para servirle en amor.

Sistema que otorga poder por capacidad, pericia, herencia, formación, o inclusive por favorecimiento, antes que esencia.

Tan acostumbrados a ese sistema de gobierno que nos parece hasta lo más propicio para todo. Hasta nos ha hecho tomarlo y equipararlo con la Palabra de Dios justificándolo, aplicándolo a sus cosas, torciendo las Escrituras para imponerlo, sí, imponerlo a todos. Craso error, porque terminamos interpretando la autoridad bajo términos tergiversados (que son adulterados y malévolos) y no los de Dios.

Pero Cristo fue enfático, sumamente enfático y muy claro sobre eso. Leamos: (Marcos 10: 42-44)

Continuará…

domingo, 2 de agosto de 2020

El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 6)

El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 6)

 Continuación…

Israel el pueblo de Dios, dependía totalmente de Él habiendo recibido todas las reglas (mandamientos) que les dio para funcionar bajo el régimen del amor pero terminó legalizándolo, llevándolo al plano de la imposición y del cumplimiento obligatorio so pena de juicio y condenación (terror). Sin embargo al venir el Señor les modeló con su propia vida la forma en que se debían de vivir (Mateo 5: 17; 9: 13) principios que se rigen por amor evidentemente.

Ahora, si preguntamos ¿qué pretenden la mayoría de los sistemas de gobierno en el mundo con sus excepciones por supuesto?, vemos que -sin importar su ideología-, quieren que las cosas caminen con cierto orden y armonía; que los hombres se respeten entre sí, que haya un nivel aceptable de justicia ciertamente aunque esa justicia es en no pocos casos injusticia. Pero existen en alguna medida valores positivos pero con base humanista, más la idea de Dios va más allá; al corazón.

A Dios no le interesa que el hombre se porte bien y sea bueno y asunto terminado; le interesa que sea salvo de su condición de pecado porque peligra su eternidad en primera instancia ya que su afección alcanzó su esencia y como daño colateral: su exterior. (Mateo 16: 26) Así que le es imposible vivir en amor. Pero no el amor mundanal sino el celestial el cual es perfecto. A Dios le interesa que lo que viva sea genuino, no plástico, que sus logros vallan de la mano con su plenitud en todas sus facetas (3° Juan 1: 2)

Pero la paz tan requerida por todos, no es la de este mundo ni la puede dar, ni se le parece (Juan 14: 27). Es de otro sitio, de otra dimensión y funciona diferente porque es de un sistema de gobierno ajeno a este mundo.

Para el hombre, la paz por la que lucha se refiere a la ausencia de guerra o de protestas, el que no haya problemas; para Dios, es la del alma que se extiende a todas las áreas en que en verdad la necesita pero es inentendible para él. (Filipenses 4: 7)

Por ello es que -insisto-, Dios no quiso nunca que copiáramos los sistemas y formas de gobierno mundanal que están corrompidos, para aplicarlos en sus cosas ni en su casa, porque ya existía la forma de gobierno que debíamos de tener y es el del cielo. Jesús en su predicación habló de que el Reino de los cielos se había acercado y más tarde habló de que estaba entre ellos (Lucas 17: 20 y 21)

Continuará…