La Ofrenda de Abel Vrs
La Ofrenda de
Caín
¿Por qué una sí y la otra no? 2°
parte y última
Escrito autóctono
Continuación…
Es muy probable que la mayoría de
veces usted y yo hallamos presentado ofrenda a Dios simplemente porque se debe
traer ofrenda, o porque nos la piden para “fines evangelísticos” o “sostenimiento de la obra de Dios”. Inclusive incontables ocasiones la damos
sin más ni más, asumiendo sin preocupación ni cuestionamiento alguno que le
darán una buena utilidad. Como quiera que sea, no hemos hecho más que afrentar
a Dios con todas esas formas de dar. Suena duro, pero según la Palabra, es
verdad. Siempre las ofrendas tuvieron un propósito obediente a las
disposiciones de Dios, es decir que quien ofrendaba lo hacía en conocimiento de
la ordenanza específica que Dios había dado para la presentación de aquella
ofrenda. Entonces la ofrenda debía ser preparada con anterioridad fundamentada
en la finalidad que daba la ordenanza expresa y no era cualquier ofrenda dada
como quien saca de la bolsa lo que le sobra o le suena mucho para deshacerse de
ello. El “Cada uno de cómo propuso en su
corazón…” ¿no le suena a preparación
anticipada de lo que se dará?.
No se deje engañar ni se engañe a
usted mismo, sintiéndose feliz porque da mucho o con culpa porque cree no dar
lo suficiente, pues si bien la Palabra nos dice claramente que debemos dar con
liberalidad y generosidad, la verdad es que el tamaño de su ofrenda no
impresiona a Dios, sino la actitud obediente del corazón. Tampoco se “embarque* ”
dando cuando le pidan; conozca bien el corazón de Dios sobre el uso de los
recursos en su casa tal como lo plantea todo el Nuevo Testamento y dé con ese
fin para hacerlo de acuerdo a la voluntad de Él y no por la de quienes le
piden.
Continuando, vemos que la Biblia no menciona fe en
Caín a la hora de traer su ofrenda sacrificial, pero tampoco la descarta. Si lo
analizamos, Caín tiene los elementos de la fe pues cree en Dios; no duda de su
existencia (Hebreos 11: 6) y hasta le
dedica ofrenda, bien que mal. Pero eso no es suficiente. Dios la rechazó porque
no era lo que esperaba de él a razón de lo que esta vez significaba. No tenía ni
la excelencia ni el contenido del propósito divino que representaba la fe genuina.
Pasa por alto que aquello no era solo presentar una ofrenda sino un sacrificio,
como insiste Hebreos. 11: 4.
Este sacrificio en que se haría derramamiento
de sangre, significaba remisión de pecados (apuntaba a la obra eterna y
salvífica del Cordero inmolado). Sin duda Abel y Caín debían tener referencia
de ello por todo el antecedente de lo que había ocurrido con sus padres.
Presentar ofrenda-sacrificio a Dios no se lo estaban sacando de la manga. Era
un verdadero ritual de testimonio que sin lugar a dudas habían tenido que
aprender de sus padres de una u otra manera.
Note otra pista que Hebreos 11: 4 nos brinda: la palabra "Ofrendas"
en plural y no “ofrenda”, como si se tratara de algo aislado o que se diera a partir
de esa ocasión. Abel y Caín ya habían tenido probablemente muchas ocasiones
para presentar ofrendas a Dios y es perfectamente seguro que Caín hubiese
traído ofrendas del fruto de la tierra que Dios sí habría aceptado como que
Abel hubiese presentado cualquier oveja de su manada. De hecho las ofrendas
podrían haberse extendido a otras cosas que ellos poseyeran y hubiesen querido
dedicar a Dios.
Pero esta ocasión, a diferencia
de las otras, representaba un ritual importante de Testimonio y no la simple
pero buena costumbre de ofrendar. Traerían un sacrificio para derramar su sangre
que a su vez testificara y resultara en agrado delante del Señor. Hebreos 12: 24.
Para Caín esta bonita oportunidad
de sacrificio testimonial, vino a convertirse en una afrenta a Dios. Note las
palabras que el Señor le dice en Génesis:
4:7. Caín sabía y podía hacer bien por lo que Dios se lo reprocha mostrándole
la consecuencia de no hacerlo. Es interesante de que Dios, al menos hasta este
momento, desecha la ofrenda y actitud de Caín y leemos a continuación una
muestra de su gran misericordia en acción, abriéndole la posibilidad a Caín de
que hiciera las cosas bien. Dios desecha su ofrenda pero no a él, ni le condena.
Ejemplo de lo que Dios quiere hacer con los pecadores, no desea su pérdida sino
su salvación.
La Palabra nos enseña que las
ofrendas testifican bien o mal de quienes las traen, a veces por la ofrenda en
sí, pero más que todo por lo que las motiva, por su trasfondo, por el propósito
por el cual se dan. Recordemos la pequeña pero admirable ofrenda de la viuda en
el templo que llamó la atención de Jesús.
La ofrenda que se refiere a un
sacrificio de sangre, ésta sangre habla, y podría testificar tanto de redención
como de juicio: Gén. 4: 10; Heb. 12: 24;
1º Juan 5: 8; Apoc. 6: 9-11.
Reitero, hoy día hay quienes
vienen a Dios por sus propios conceptos y formas y no únicamente por los de
Dios. Inclusive a la hora de ofrendar, hay quienes dan a Dios a su manera pero
no como deben hacerlo ni de acuerdo a la manera de Dios. Esto sigue
desagradándolo y puede exponer a muchos a juicio por ignorar deliberadamente lo
que Dios ordena.
Caín terminó siempre realizando
un sacrificio de sangre, pero de nuevo no el que Dios esperaba sino de manera injusta:
mató a su propio hermano. Este sacrificio también habló (testificó) pero ya no
de redención sino de juicio y condenación contra Caín.
En todo esto, la enseñanza básica
se refiere a dos cosas importantes que deben impregnarse en nosotros: Lo primero evidentemente la fe, pero no
cualquier fe sino aquella que tiene base sólida, si no, es nada. La fe con
"bases ajenas" son reprobadas delante de Dios y reprochables por Él,
además de que exponen a juicio. Y es que mucho de lo que podríamos estar
haciendo dizque “inocentemente” o “con la mejor de las intenciones” podríamos
estarlo haciendo con nuestra propia fe por no darnos a la tarea de revisar lo
que Dios pide. Esto nos tiene evidentemente haciendo las cosas con la fe incorrecta.
No se trata solamente de tener fe, sino la que descansa en lo que Dios
establece.
Algunos ejemplos de fe corrompida
o fe que debemos revisar son:
La fe fingida. Esta ni
funciona, ni agrada a Dios, pues es fe engañosa. Debe ser fe no fingida es decir fe cierta o genuina.
1º Tim. 1: 5
2º Tim. 1: 5
La fe fundada en la sabiduría
de los hombres (mala fe), También es fe que nada tiene que ver con Dios.
Aquella que es planteada por principios, valores y objetivos humanos.
1º Cor. 2: 5
La fe desatendida.
(Aquella que no está bien fundamentada). Debemos auto examinar nuestra fe.
2º Cor. 13: 5
La fe diabólica (la de los
demonios). No se trata solo de creer, se trata de creer correctamente.
Santiago 2: 19
Lo segundo pero no menos importante a aprender, es que debemos
presentar ofrenda escogida para Dios, algo verdaderamente especial que cumpla
el propósito de Dios, nunca y repito nunca algo según nuestros propios
conceptos, intereses, necesidades o motivaciones, porque sea cual fuere nuestra
ofrenda, ella hablará (testificará) a
nuestro favor o en nuestra contra.
*Término usado
en Costa Rica para designar que una persona metió a otra en situación riesgosa.