sábado, 30 de mayo de 2015

Versículos… ¿controversiales? 2° parte



Versículos… ¿controversiales?  2° parte
Escrito autóctono

Continuación…

No llamo “versículos controversiales” a pasajes bíblicos, queriendo dejar en el lector la idea de que existe contradicción bíblica entre ellos. La biblia es el libro más confiable que pudiésemos leer. Sin embargo, expresa cosas que tomadas someramente puede llevar a muchos al error, no porque Dios halla tenido esa intención sino porque en definitiva la biblia es un libro de códigos que deben descifrarse con una llave: El Espíritu Santo, sin el cual es inútil tratar de acceder a su revelación.

La biblia es el único libro que puede comunicarse con el lector en tiempo real como ningún otro escrito en toda la literatura humana ya que posee un adn de vida que se entiende con el adn de vida del hombre (su espíritu). Eso anula cualquier intento de accederla por medios gráficos o académicos cual si fuere un libro de texto corriente. No quiere decir que esté mal su enseñanza en institutos o similares de ninguna manera, sino que al menos quienes la reciben de esa manera, deberían tener claro para sí mismos haber sido “descodificados” por el Espíritu para comprenderla.

No me lo invento, la Escritura recalca que el hombre natural no percibe las cosas del Espíritu pues han de discernirse de manera espiritual. (1° Corintios 2: 14) Por eso para el hombre común es locura.  Lo sorprendente y lamentable es que lo sea para muchos disque creyentes también. Jesús dijo que el Espíritu Santo nos enseñaría todas las cosas y que nos recordaría sus Palabras (Juan 14: 26).

Eso deja por sentado entonces que una mala interpretación solo tiene lugar únicamente cuando el Espíritu no ha tenido participación.

He colocado signos de interrogación (¿?) a “controversiales” en el título, para dar a entender que realmente los versículos no lo son; nosotros los hombres en nuestra carnalidad somos quienes hemos confundido y complicado la cosa.  

Millones participan de movimientos eclesiales donde practican como su forma de organización las jerarquías, en que unos están por encima de otros y en donde el caudillismo es la norma. Estos movimientos funcionan como una pirámide; es decir, hay líderes principales y muchos que les siguen y les sirven, quienes a su vez están liderando a otros que les siguen y les sirven hasta llegar a la base de la pirámide: los feligreses comunes.  

Eso evidentemente y conforme los estudios realizados, ya sabemos que no refleja a la iglesia de la Palabra de Dios.

Tales movimientos se respaldan en pasajes bíblicos para hacer lo que hacen interpretándolos a su favor sin dejarse guiar por el espíritu de la Palabra.

Pero sabemos que el análisis de un pasaje de la Palabra de Dios no debe hacerse de manera aislada porque terminamos malinterpretando y torciendo la verdad. Hay que tener la panorámica general para comprender cada versículo planteado.

Revisémoslos entonces.

Muchos opinan que “la Palabra establece rangos jerárquicos en la casa de Dios” por lo que dice el siguiente pasaje:

1° Cor. 12: 28 “Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas.”

Si vemos claramente en el Nuevo Testamento, tanto la enseñanza de Cristo como la práctica de los apóstoles y la vida de la iglesia, la dinámica congregacional de los hermanos se desarrollaba sin jerarquías ni posiciones de mando. El único Señor y Cabeza de la iglesia y que tiene el mando es Cristo. Esto es la verdad contundente que debería ser vida práctica en la iglesia hoy. La Palabra no menciona más cabezas en la iglesia, solo Cristo.

Esto ha significado menudo problema en la iglesia por los últimos 17 siglos que se ha legado por generaciones y de un movimiento a otro. Hoy prácticamente no vemos uno solo de los movimientos modernos de iglesia llámese como se llame que no funcione bajo el concepto de las jerarquías y a todos les parece el asunto como lo más normal y hasta “lo ven” en la Palabra de Dios.  ¡Que pésimo mal que no ha hecho más que dar lugar a dependencias insanas de muchos para con unos pocos, creyendo que Dios dispuso un clero que se entendiese de sus cosas y una mayoría de simples feligreses que vinieran a recibir su ministración! Los diferentes movimientos únicamente cambian sus nombres y liturgias, pero la forma se mantiene como una copia en todos.

Veamos el pasaje.

¿Por qué esta aparente organización posicional? Le digo la verdad. Nosotros queremos ver organización posicional en ese pasaje, pero no hay tal.

Note que los primeros a considerar son los apóstoles. ¿Por qué?

La razón es porque fueron ellos los receptores iniciales de la doctrina de Cristo. No hay que ser erudito para darse cuenta. Si había quienes podrían transmitir las enseñanzas del Señor con la mayor exactitud, eran sin duda alguna ellos porque la recibieron directamente de Él. Además no sólo habían estado con Cristo, sino que habían tenido acceso a los misterios del reino más que nadie (Mateo 13: 11). Ellos son los que se levantan desde Pentecostés a continuar la obra del Señor con el mensaje recibido, siendo respaldados con muchas señales y prodigios. La iglesia persevera y crece entonces a partir de la doctrina de los apóstoles la cual les fue impartida por el mismo Señor. (Hechos 2: 42). Por eso se resalta que a los discípulos se les llamó cristianos, no “apostoleanos”. Los apóstoles transmitían lo que se les había dado pero no estaban formando un movimiento circundante a ellos, ni lo pretendieron nunca. Todo circundaba a Cristo.

¿Por qué los profetas son los segundos?

En el plan de revelación de Dios para que su iglesia se edificara, estuvieron los profetas. Estos reciben de manera sobrenatural por el Espíritu Santo el conocimiento de la Palabra y de los eventos futuros. Por decirlo de manera entendible, los apóstoles compartían lo recibido, los profetas no solo lo reafirmaban sino que extraían de la revelación su máximo provecho profundizando en su contenido. Pero es importante recordar que en el contexto del Nuevo Testamento, la función del profeta era vital puesto que no existía el canon completo de la Escritura y la revelación que tenían o habían recibido los apóstoles no era muy fácil de comprender o asimilar inclusive. Note las palabras del apóstol Pedro refiriéndose a la doctrina que comparte el apóstol Pablo como “difícil de entender” (2° Pedro 3: 16). Entonces los profetas en el buen ejercicio de su función, ayudaban a la iglesia a encaminarse por la senda correcta. En definitiva ambas funciones, tanto el apostólico como el profético fueron complementarios en la vida de la iglesia.

¿Qué sucede hoy? La revelación está completa pues la Palabra de Dios está presta. La labor profética entonces se comprende dentro del plano del conocimiento tanto para la interpretación de la Palabra de Dios, la enseñanza y la predicación así como para tener por el Espíritu un conocimiento previo sobrenatural de situaciones de personas individuales o inclusive eventos futuros cercanos. Pero es importante aclarar que estos hermanos no poseen un misticismo extraño ni mucho menos religioso como lo muestran muchos llamados profetas modernos hoy, quienes toman ciertas actitudes o poses para demostrar su supuesta unción. Los profetas de verdad, son hermanos comunes profundamente relacionados con el Señor, que han sido dotados por el Espíritu, por cuya obra operan en humildad y poder del Señor. Quienes les miran por primera vez no notarían nada fuera de lo normal en ellos ni sabrían lo que hacen pues no se andan auto-publicitando ni mucho menos pidiendo ser reconocidos. La realidad es que tampoco están por ellos, sino únicamente por el interés del Señor. Esa es su función.

Maestros. ¿Por qué terceros?
  
Continuará...

domingo, 24 de mayo de 2015

Versículos… ¿controversiales? (1° parte de 16)



Versículos… ¿controversiales? (1° parte de 16)
Escrito autóctono

Introducción

A ver; hemos estudiado ampliamente y publicado en este blog los argumentos acerca de la autoridad y su buen uso conforme los lineamientos que nos brinda la Palabra de Dios.

Lo hemos hecho a sabiendas de los postulados que por muchos años conocimos doctrinalmente hablando y forman parte de la creencia de millones de personas en todo el mundo, que al sopesarlas sin prejuicios de ningún tipo, las hemos hallado carentes de apoyo; esto es, argumentos muchísimas veces basados en algunos versículos aislados y no como debía ser, tomando en cuenta todo el contexto de versículos en el entorno de cada pasaje y por supuesto el contexto bíblico general.

Más esto no quiere decir -y lo aclaro-, que esos millones estén equivocados y por lo tanto estemos “descubriendo el agua tibia”. Sería pretensioso y hasta jactancioso de nuestra parte aseverarlo. Lo que ha habido es una herencia de enseñanzas que se repiten generación a generación e implican hasta temor si se cuestionan, mucho por un asunto de intereses de algunos que necesitan que mejor las cosas se mantengan como están.   Otros prefieren no ir en contra del Status Quo a pesar de saber y ver que las cosas están mal interpretadas.

Hemos ahondado en el análisis de prácticas implementadas en la vida de la iglesia moderna producto de esas malas interpretaciones tales como “coberturas y/o paternalismos espirituales humanos” ó “sostenimientos manipulados de la obra de Dios” entre otros temas, desmintiéndolos;  apoyándonos plenamente en las Escrituras y teniendo el cuidado de no tergiversar absolutamente nada de la Palabra de Dios. 

No hemos torcido la Palabra a decir cosas de acuerdo a la interpretación particular de algún “iluminado”, ni basados en los conceptos de organización alguna a la que nos debamos; aún nos hemos cuestionado a nosotros mismos para lograr fundamentar cada planteamiento con suficiente argumento bíblico. Insistimos en atar cualquier cabo suelto y no dejamos nada sin escrutar por el simple pensar que podría minar algún principio hallado que quisiéramos demostrar. (Porque si hay algo que no coincide, con toda honestidad debemos buscar el punto discordante y darle seguimiento a la investigación desde términos concluyentes).

Como si eso fuera poco, hemos reunido amplia información histórica, analizado las expresiones con las herramientas idiomáticas en español, griego y hebreo disponibles, sin dejar de lado la información arqueológica con la que se cuente para ayudarnos a respaldar las ponencias presentadas. Hemos revisado no una, ni dos, ni tres versiones bíblicas, sino todas cuantas podamos para afinar la línea doctrinal sana implícita en los Escritos Sagrados.

Creo que esa debe ser la tarea a la hora de buscar la línea de la Palabra de Dios. En otras palabras, realizar una investigación objetiva, sin prejuicios, interesados en hallar la pureza de la doctrina aunque las respuestas sean radicales, impopulares o hasta contra convicciones previamente adquiridas o en las que hubiésemos sido formados. Creo que la honestidad debe ser la tónica y base. 

De otra manera ¿con quién queremos quedar bien? ¿Cuál es el interés real que nos mueve? ¿Tenemos libertad de cuestionar o simplemente somos vasallos al servicio de esas convicciones mencionadas o de los intereses de otros llámese personas u organizaciones?

El conocer la Verdad, dicho por el Señor, hoy repercute con mucho mayor fuerza que nunca y esto debe ser así en medio de una sociedad que cada vez se hace más libertina y arrastra tras sí aún a la misma iglesia de estos tiempos, poniendo los valores reales y eternos entre dicho. No podemos, ni debemos cruzarnos de brazos a esperar un milagro de Dios, mucho menos cuando Él nos ha dado las herramientas necesarias y además ha puesto su Espíritu en nosotros para que su Poder sea manifiesto y las tinieblas retrocedan.

El apóstol Pablo le enfatizó a Timoteo: “…ten cuidado de ti mismo y de la doctrina”. Esa ordenanza no ha dejado de ser, y cada creyente debe y tiene la responsabilidad de revisarlo todo en procura de un caminar más diligente delante del Señor, y mayormente si el Señor le ha otorgado personas a las que debe enseñar.

¿Cuál es mi intensión con todo esto? Que la luz de la Palabra ilumine las mentes y los corazones de aquellos que le aman. Alguien podría pensar que planteado en algún libro, esto podría llegar a ser un éxito en ventas, más no me mueve el dinero, solo la libertad de aquellos que desean conocerla.

También aclaro que no existe el mínimo interés en mí de que esto sea utilizado por ningún pleitero, que quiera tener argumentos para ir a disentir con hermanos y hacer estupideces. Dios nos llamó a la paz, y en paz hemos de tratar los asuntos. Todo lo que no se haga de esa manera no viene de el Señor.  

Dicho esto quiero presentarle algo a lo que me han llevado los años de estudio e investigación tal como mencionaba, pero que hasta el día de hoy no había publicado. Se trata de pasajes bíblicos utilizados comúnmente por muchos para apoyar y justificar sus prácticas. Esto es de suma importancia y necesidad. Acá no solo pretendo presentarlas tal como se dicen, aceptan y enseñan en esos sectores, sino que mi interés es cuestionarlas y explicarlas a la luz de la Escritura sin ningún temor.

Porque…  o la Palabra de Dios presenta dos caras de la moneda  o solo hay una que no hemos querido tratar pues no nos conviene.  Estoy convencido de que esto último es lo correcto.

En mi caso, estoy por la verdad y nada más.

Procederé entonces a  dilucidar lo que he llamado los “Versículos ¿controversiales?”

Continuará…

 

sábado, 16 de mayo de 2015

El conocimiento nos debe llevar necesariamente al amor (Las 7 cosas que Dios pide). 6° y última parte.




El conocimiento nos debe llevar necesariamente al amor
(Las 7 cosas que Dios pide). 6° y última parte
Escrito autóctono

Continuación…

Conocer de Él significa mirarle tal como es por todo lo que ha dicho, pero es imperioso entenderlo. Eso es algo que inclusive hasta eruditos estudiosos de la Palabra olvidan“¿Eres tú maestro de Israel y no sabes esto?” Juan 3: 10

Porque conocer de Él no es expresamente saberse de memoria todo cuanto ha dicho; es que la vida que hay en sus Palabras pueda comunicarse plenamente con nuestra vida. De lo contrario nos significan muerte (la letra mata…)2° Corintios 3: 6. Por eso existen grandes teólogos y estudiosos de las Escrituras que terminaron negando lo básico y hasta cuestionando a Dios, porque las abordaron con una mente embotada de conocimiento, de manera altiva y no con la sencillez de un niño. El apóstol Pablo lo decía: “Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo, Filipenses 3: 7 y 8.

Esto de tener la condición de niño para ser elegible a la revelación de Dios es algo que el Señor mismo dijo: “…te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.” Juan 10: 21 y 22 

A la Palabra de Dios no puedo acercarme apoyado en conocimientos o sabiduría humanas, ni por atestados humanos, pues trasciende totalmente todo cuanto yo pueda saber o dar por sentado. Ella no depende de lo que nuestra conciencia logre captar ni demostrar; pero todo, absolutamente todo, entendible o inentendible, visible o invisible, se sostiene y es por ella.

La Palabra de Dios no está en función de mí, soy yo quien debo adaptarme a ella porque Él es el Señor y es algo que debo tener claro. “…que yo soy el Señor,” Jeremías 9: 24

No reconocerlo o ignorarlo, da al traste con cualquier cosa que yo quisiera saber o comprender de Él. Estamos acostumbrados a ser nosotros los señores sobre nuestra propia vida y no admitimos que nadie quiera tomar el control. Pero esta también definido que realmente somos esclavos de nosotros mismos y que la maldad reina en nuestros miembros. 

Dios no quiere controlarnos por el mero hecho de hacerlo, o demostrar con ello que Él es Dios; su intención es liberarnos.

Esto hace que el reconocer que Él es Señor sea clave, tanto, como los otros seis elementos que Él pide.  Rey de reyes hay muchos, de hecho la biblia menciona varios, pero Señor solo lo es Él.

Acaso nosotros, acostumbrados a pedirle a Dios de todo… ¿no atenderemos a lo que Él pide de nosotros?

Todas estas cosas son resultado natural de la libertad y se vinculan en un solo factor: el amor. Porque el amor no hace daño al prójimo.

El conocimiento puede producir en nosotros una de dos cosas: el envanecimiento y por ende el menosprecio de los demás, o el amor hacia los demás. La diferencia radica en la condición personal. Si sé reconocer que recibí misericordia para obtener conocimiento, entonces considero a los demás. Si no, entonces me envanezco y los miro por encima del hombro.

Por ello no se justifica que alguien que tenga conocimiento genuino menosprecie a su prójimo ni mucho menos a su hermano como lo vemos tantas veces ejemplificado. Lo que muchos realmente demuestran, es que tienen información no conocimiento.

La falta del conocimiento verdadero desemboca en desamor.