La Voluntad de Dios para mi vida (39°
Parte)
Escrito autóctono
Continuación…
El pasaje de 1° Pedro nos indica que
nuestras obras deberían callar la boca de los insensatos; pero ¡acciones de
bien!, en medio de un mundo que es malo o calculador y lo que busca son las
felicitaciones por lo que hace.
Al final de todo, la Voluntad de Dios es
completarnos en Cristo, que Él sea preeminente sobre nosotros, que todo
glorifique a Dios. Lea algo que ya pasó y no que vendrá como si se encontrase
en el futuro respecto a su revelación: Efesios 1: 9-10: “Él nos hizo
conocer el misterio de su voluntad conforme al buen propósito que de
antemano estableció en Cristo, para llevarlo a cabo cuando se cumpliera el
tiempo: reunir en él todas las cosas, tanto las del cielo como las de la
tierra”.
Se trata de Él, no de nosotros.
Teniendo una buena perspectiva acerca de
cómo es la Voluntad de Dios, nos enseña a tener una certeza en nuestra
existencia y es que Dios no nos dejará ser tentados más allá de lo que podamos
resistir por cuanto lo promete la Palabra (1° Corintios 10: 13) y que a los que
aman a Dios (aquellos que son llamados conforme a su propósito) todas las cosas
les ayudan para bien. (Romanos 8: 28)
En resumen, hay una gema que encontramos a
lo largo de la revisión de la Palabra respecto a esta gran temática tratada y
es que la Voluntad de Dios no es algo para buscar o pedir que se me revele sino
algo en lo cual vivir día a día para hacer.
Ahora, quizá usted se preguntará ¿cómo tratando
este tema en 39 capítulos hasta aquí más
uno más que es con el cual finalizaremos la próxima semana si Dios nos lo
permite, colaboramos o aportamos a
nuestro asunto que tiene que ver con comunidades de hermanos por las casas a lo
que llamamos iglesia en casa o iglesia doméstica?
Continuará…