La Voluntad de Dios para mi vida (38°
Parte)
Escrito autóctono
Continuación…
Alguna vez escribí que no deberíamos esperar
ni reconocimientos ni parabienes del mundo porque en realidad el mundo solo se
verá descubierto en sus verdaderas e insanas intenciones frente al accionar de
una vida rendida al Señor que está haciendo su Voluntad.
Se nos dice en la Palabra que la fe de Noé
condenó al mundo (Hebreos 11: 7). No porque Noé anduviese con un hacha cortando
cabezas y enviando al infierno a los pecadores. Sus acciones justas en medio de
la maldad de su época brillaron poderosamente frente a Dios y en medio del
mundo dejándolo expuesto.
Si el mundo aplaude la obra que usted hace
para el Señor quizá no es obra del Señor porque la genuina obra de Dios lo
desenmascarará dejando ver a todas luces su oscuridad.
De manera que lo piensa uno cuando ve al
mundo elogiando las obras que se hacen en Nombre de Dios. Por lo visto en la
Palabra eso como que no acierta con Él. Jesús dijo claramente “el mundo os
aborrecerá”. Y también en otra oportunidad dijo que el mundo no lo amaba a Él
porque Él no era de este mundo. El mundo puede amar solo lo suyo y Cristo no es
de este mundo. Tampoco aquellos que son llamados, que son como Él y que
igualmente no son de este mundo.
Creo que hay tela que cortar sobre el
tema, pero cuando observo al mundo aplaudir a los cristianos algo no me calza.
Al mundo no le gusta que usted ame a Dios
y quiera seguir sus preceptos porque
estos se oponen a él. También leemos en la Palabra y lo dijo Cristo que la
amistad con el mundo es enemistad con Dios por lo cual el que se hace amigo del
mundo se constituye en enemigo de Dios. Eso no quiere decir que usted haga a
los inconversos sus enemigos sino a las obras de los inconversos que no se
compaginan con una vida rendida a Dios.
Dios amó al mundo (a todos los seres humanos)
entregando a su hijo para que no se perdieran, pero eso en ninguna manera hace
que Dios ame sus obras, de hecho las abomina.
De nuevo, estar en la Voluntad de Dios no
nos hace aceptos al mundo, todo lo contrario, nos pone en una posición que el
mundo odia.
Continuará…