domingo, 22 de diciembre de 2019

La Voluntad de Dios para mi vida (38° Parte)


La Voluntad de Dios para mi vida (38° Parte)
Escrito autóctono

Continuación…

Alguna vez escribí que no deberíamos esperar ni reconocimientos ni parabienes del mundo porque en realidad el mundo solo se verá descubierto en sus verdaderas e insanas intenciones frente al accionar de una vida rendida al Señor que está haciendo su Voluntad.

Se nos dice en la Palabra que la fe de Noé condenó al mundo (Hebreos 11: 7). No porque Noé anduviese con un hacha cortando cabezas y enviando al infierno a los pecadores. Sus acciones justas en medio de la maldad de su época brillaron poderosamente frente a Dios y en medio del mundo dejándolo expuesto.

Si el mundo aplaude la obra que usted hace para el Señor quizá no es obra del Señor porque la genuina obra de Dios lo desenmascarará dejando ver a todas luces su oscuridad.

De manera que lo piensa uno cuando ve al mundo elogiando las obras que se hacen en Nombre de Dios. Por lo visto en la Palabra eso como que no acierta con Él. Jesús dijo claramente “el mundo os aborrecerá”. Y también en otra oportunidad dijo que el mundo no lo amaba a Él porque Él no era de este mundo. El mundo puede amar solo lo suyo y Cristo no es de este mundo. Tampoco aquellos que son llamados, que son como Él y que igualmente no son de este mundo.

Creo que hay tela que cortar sobre el tema, pero cuando observo al mundo aplaudir a los cristianos algo no me calza.

Al mundo no le gusta que usted ame a Dios y quiera seguir sus preceptos  porque estos se oponen a él. También leemos en la Palabra y lo dijo Cristo que la amistad con el mundo es enemistad con Dios por lo cual el que se hace amigo del mundo se constituye en enemigo de Dios. Eso no quiere decir que usted haga a los inconversos sus enemigos sino a las obras de los inconversos que no se compaginan con una vida rendida a Dios.

Dios amó al mundo (a todos los seres humanos) entregando a su hijo para que no se perdieran, pero eso en ninguna manera hace que Dios ame sus obras, de hecho las abomina.

De nuevo, estar en la Voluntad de Dios no nos hace aceptos al mundo, todo lo contrario, nos pone en una posición que el mundo odia.

Continuará…