domingo, 8 de diciembre de 2019

La Voluntad de Dios para mi vida (36° Parte)


La Voluntad de Dios para mi vida (36° Parte)
Escrito autóctono

Continuación…

No debemos olvidar jamás que la Palabra nos pide esforzarnos, trabajar, ser honestos, pero además interesantemente nos recuerda declaraciones como “diga el débil fuerte soy” (Joel 3: 10); o mandamientos de compartir con el que no tiene (Efesios 4: 28; 1° Juan 3: 17) como ya decía. Entonces vamos a tener personas entre los hermanos con condiciones económicas favorables y otros a los que su economía no le sonríe tanto. Pero a ambos se les pide agradecimiento y solidaridad. Es más, a ambos se les pide contentamiento. Y eso de ser agradecido es porque en medio de la necesidad vemos su mano misericordiosa moverse y en medio del bienestar económico vemos su mano misericordiosa sosteniéndonos. Siempre es Él y por Él. El apóstol Pablo decía: “…he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad”. Filipenses 4: 11 y 12. No sé los que defienden la prosperidad moderna dónde colocan este versículo tan claro sobre todo porque es un apóstol de verdad el que lo está diciendo.

Y qué decimos de la misma vida del Señor acá en la tierra que no fue un dichado de bienes. 

Así que no piense que le tocará bienestar y que siempre será así porque debe ser así o porque posee un “manto” de bendición económica sobre usted, ni piense que le tocará necesidad y que siempre será así porque debe ser así o porque pesa sobre usted una maldición o Dios lo ató a la pobreza. Tampoco confunda ninguna de ellas con la bendición o el castigo de Dios, ojo, porque tanto uno como lo otro son relativos. Hay quien con recursos no los puede disfrutar y esa es una forma de padecimiento, como así mismo quien sin ellos vive tan intensamente como si fuese dueño de todo. Ambas cosas son realidades por supuesto pero que ni una forma u otra muevan su perspectiva de Dios y su dependencia, de nuevo, su dependencia de Él. Gócese de ver la luz de un nuevo día y las oportunidades que traerá así como las dificultades que podrían venir y gócese de llegar a su cama por la noche y poder dormir en paz.

Sea porque parece que todo va muy bien o porque vino el padecimiento, sea porque ríe o porque ha de llorar, ha de entenderse en Dios y no reprimir su sentir por lo que experimenta pues las circunstancias no han de variar en ninguna forma su fe, dependencia y confianza en el Señor. Mire la maravillosa historia de Job y su final.

Pero seamos agradecidos y no quejosos. Esa es la Voluntad de Dios. Quien se queja es precisamente porque no conoce la Voluntad de Dios.

Continuará…