¿Cómo se distribuían los recursos en la iglesia del Nuevo Testamento?
1° Parte
Escrito autóctono
“Así también ordenó el Señor a los que anuncian
el evangelio, que vivan del evangelio”. 1° Cor.
9: 14; “Pues la Escritura dice: No
pondrás bozal al buey que trilla; y: Digno es el obrero de su salario”. 1° Tim. 5: 18
Pongamos en orden un tema que ha
sido tan mal interpretado y que se desvió lamentablemente a excesos por siglos
en el seno de la iglesia.
Es claro que el Nuevo Testamento
(NT) plantea el sostenimiento de obreros por parte de la iglesia. Eso no está
en discusión. Sin embargo, mirando la iglesia moderna y los abusos financieros nefandos
que en ella se han cometido por algunos inescrupulosos, urge un análisis
concienzudo y bien fundamentado de cómo debe realizarse una sana administración
de los recursos.
Aunque le parezca increíble,
nunca dineros y recursos dedicados por Dios a la raza levítica, llámese
diezmos, primicias, ofrendas, fiestas, sacrificios o algún otro, se usaron para
levantar obras ni edificaciones en Israel. Vimos en nuestro tema anterior “El
corazón de Dios sobre el uso de los recursos…” qué fin específico se le dio
históricamente a todo lo que el pueblo traía y además cómo se debía atender así
mismo a las viudas, huérfanos, extranjeros y necesitados. Toda vez que Israel requiriera realizar
alguna obra material o edificación, lo hacían con donaciones extraordinarias
que el pueblo aportaba.
Entonces, ¿Cómo operó esto en la
iglesia del Señor ya en el Nuevo Testamento? ¿Qué es lo que se da a personas
que se dedican a trabajar en la obra de Dios? y muy importante, ¿quienes pueden
y deben considerarse para un eventual sostenimiento? Dichosamente la Palabra de Dios no deja
esto en el misterio. Brinda argumento suficiente y claro para entenderlo y aún
más, para rectificarlo si verdaderamente queremos obedecer de forma honesta lo
que ella nos ordena.
El total del recurso que se trae
al Señor en la iglesia, si hacemos un estudio más exhaustivo, realmente está
conformado por mucho más que solo ofrendas más el 10% (llamado diezmo) que de
por si no debería haberse implementado en ella, aunque muchos lo defienden a
capa y espada hoy. El recurso bíblicamente hablando se obtenía más bien de la generosidad
(forma en la iglesia) y no de la legalidad (forma en que lo hacían los
israelitas), según se confirma en el NT. También, tal y como le pasaba al mismo
Señor, recibían ofrendas de simpatizantes del evangelio que no necesariamente
eran parte de la iglesia. Recordemos que el ministerio del Señor recibía
sostenimiento de mujeres esposas de gobernantes y hasta de algunos maestros de
la ley que creían en Él en oculto. (Lucas
8:1-3)
Reitero que en el caso de los
judíos en el antiguo pacto, de todo lo que ellos debían separar para Dios, el diezmo
de sus recursos tenía como finalidad el mantenimiento sacerdotal (la tribu de
Leví), sin dejar de lado las ofrendas, primicias, sacrificios y diferentes
fiestas que realizaban que también generaban más recursos.
De toda aquella cantidad que era
monumental (12 tribus en total dando a una sola tribu ese 10% junto a los otros
rubros), comían los sacerdotes y como ya lo vimos, también los necesitados.
Además estos últimos, tenían la posibilidad de recoger en temporada de
cosechas, lo que dejaban caer los segadores igualmente para su mantenimiento
diario (Rut 2:7), y se les había otorgado el séptimo año de
cosechas dedicado para alimentarles (Éxodo 23:10-11). No se les cobraba por ello y quien lo hiciera o
les dificultara esa acción, pervertía su derecho.
Continuará…