domingo, 29 de abril de 2018

Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 17


Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 17

Seguimos compartiéndole esta serie sobre lo más leído de nuestro blog recordándole que lo presentamos de forma aleatoria y no conforme al volumen de visitas que generaron. Sin duda querrá leer los temas completos para una mejor comprensión. Le instamos a hacerlo y para ello le facilitamos en cada título su fecha de publicación para que pueda ubicarlo en nuestro archivero.  Le bendecimos y oramos al Señor porque cada publicación le ayude a cimentar su fe.

Publicación 17
“…Te invito a mi iglesia…” (Cristianos reciclados) 2° parte 
Ubíquelo en la fecha 31-10-2014
Escrito Autóctono

Continuación…

Pregunto: ¿Qué pasa? ¿Por qué tanta insistencia? ¿Acaso nos toca llenar la que decimos es  nuestra iglesia con otros cristianos, o pretendemos un grado honorífico dentro de ella por cada desdichado sin fundamento que logramos seducir y traer con nosotros?

Sinceramente esto no ha producido más que un reciclaje de gente que va de un lugar a otro y muchos se desengañan o terminan por no creer en nada aislándose sin más ni más.  Hemos sido profesionales en vender la idea de que inclusive existe una iglesia para cada quien, en donde se puede “crecer mejor” por lo que si la suya no le satisface, busque otra en donde le caliente mejor el sol y ¡por cierto!, ... “le ofrezco la mía…”. Muchos hasta buscan un cierto menú de mensajes que no les confronte con el pecado pero que sí les asegure el cielo. Una iglesia a la medida. “Confort” cristiano. Y eso hace la gente.

Así mismo conozco “iglesias” que por décadas permanecen de igual tamaño, pero con diferentes miembros. Tan solo unos pocos “fieles” a la manera de dinosaurios se mantienen allí. Lamentándose porque otros les ganaron a sus miembros, terminan entonces por llamarse -como para salvar la imagen-, “iglesias misioneras” pues cambiaron a todos los que pasaron por allí y ahora son cristianos “maduros” que sirven al Señor en otras iglesias.

¡Qué cuadro! ¡Qué necio e improductivo juego sin fin!

Otras iglesias de esas, “si rompieron el cascarón” y tomaron “más provecho” de sus miembros pues no solo lograron cautivar más sus necesitadas almas, sino que cautivaron de mejor manera también sus billeteras, lo que les permitió edificar grandes y ostentosos sitios consagrados que albergan a más personas, sin importar que fuesen cristianos de otras iglesias. Eso claro está, trajo también mejor nivel económico a sus líderes principales que disfrutan más de la “bendición de Dios”

“Río revuelto, ganancia de pescadores” -dice el refrán-. Y como todo, entre uno y otro cristiano que se apropian, se “enganchan” a algún inconverso.

Lo que digo no es invento; lo viví, lo miré, continúa ocurriendo y las estadísticas serias de muchas organizaciones lo confirman. Si preguntas al vecino o al compañero de trabajo, es muy posible que “haya estado en alguna iglesia cristiana” y quizá hasta fue líder. Quienes se declaran abiertamente y continúan allí, al menos en nuestro país (Costa Rica) en los años 80 se hablaba de hasta un 25%, pero hoy casi 40 años después se retrocedió a un 15%. Como quiera que se vea, tanto trabajo, tantos esfuerzos hechos, tanta labor “evangelística” y tantos miles de millones de dólares invertidos, no suben la taza porcentual. Estudios realizados definen que así como han ingresado personas a las iglesias cristianas, también han desertado por montones saliéndose por “la puerta de atrás”. De acuerdo a los números, parece que muchos de esos desertores más bien arrastran tras sí a algunos que se mantenían dentro repitiendo en gran cantidad de casos una vez más el ciclo. Reciclaje de personas.

Los “inteligentes” del modelo, saben “asegurar con candado” la puerta de atrás manteniendo así un poco más la gente, pero algunos se salen por las ventanas.

En fin, se sigue en la “fiel carrera” de “te invito a mi iglesia”.

¿Qué pensará Dios de verles sumidos en esa vagabundería?

No sé, quizá lo que usted y yo pensamos cuando vemos a las hormigas en un ciclo interminable de sobrevivencia. Están allí y no nos preocupa si comen o no, si pierden su fila o no. Simplemente hacen lo que hacen todas las hormigas en el mundo desde la creación y lo seguirán haciendo hasta que todo acabe.

¿Sabe?, Dios está en su asunto, Dios tiene su reino, Dios lleva adelante su propósito y terminará su trabajo. Y aunque le parezca increíble, en ello no está contemplada la figura tradicional de la iglesia que nosotros los hombres concebimos y es práctica de millones de cristianos.

¿Seguro que sabe dónde está la iglesia?

Lo que le diré a continuación le podría sonar extraño o revelador pero es radical. Por eso le hago de nuevo la pregunta: ¿puede hallar la iglesia?

Le diré que tan imposible saber su ubicación y palparla como imposible hallar y tocar la vida que usted posee. La vida que le asiste y que le permite estar vivo como a cualquier ser humano, está dentro suyo, en alguna parte, pero ¿puede saber dónde como para que usted u otra persona pueda atraparla o tocarla literalmente con sus manos?

Continuará…


domingo, 22 de abril de 2018

Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 19 y 18


Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 19 y 18

Seguimos compartiéndole esta serie sobre lo más leído de nuestro blog, recordándole que lo presentamos de forma aleatoria y no conforme al volumen de visitas que generaron. Sin duda querrá leer los temas completos para una mejor comprensión. Le instamos a hacerlo y para ello le facilitamos en cada título su fecha de publicación para que pueda ubicarlo en nuestro archivero.  Le bendecimos y oramos al Señor porque cada publicación le ayude a cimentar su fe.

Publicación 19
Se busca iglesia (1º parte) ubíquelo en la fecha 6-2-2016
Escrito autóctono


Puede que usted esté en esta situación: buscando iglesia. Pero no una cualquiera sino una buena.

Interesante intención. No importa quienes seamos, hay en la mayoría de nosotros una necesidad implícita de poder estar cerca de Dios y cuando mucho tener al menos donde encontrarlo. Pero en realidad… ¿Qué pretende? Si usted es una persona seria en su búsqueda de Dios, puede tener una o varias motivaciones para hacerlo, pero en esencia creo que usted lo que quiere es hallar un sitio donde le prediquen buena Palabra y donde se encuentren hermanos creyentes genuinos con quienes poder congregarse. No creo que le gustaría ir a un lugar, entrar allí y no encontrar a nadie, menos tratándose de un local dedicado a Dios a lo que seguramente usted llama “iglesia”.

Pero ¿Es posible hallar la iglesia?

Tal como lo hemos desmenuzado ampliamente en este blog, si comprendemos que la iglesia no es un local físico, entonces ¿cómo hacer para hallar realmente la iglesia? ¿Dónde está la de verdad?  Usted me dirá: “Ella está donde se encuentren las personas que de todo corazón aman a Dios”. Sin embargo y aunque no está errada su conclusión, el asunto va más allá de solo creerlo así.

Alguien que escuchaba algunas cosas que compartí sobre la realidad eterna de la iglesia, me hizo la sincera y válida consulta: “Entonces ¿dónde tengo que ir?”

A lo mejor y leyendo más de este blog, usted también se podría ver en la necesidad eventual de hacer la misma pregunta. Si es así, tiene entre manos un trabajo que sin afán de asustarlo resulta imposible. ¿Pero estoy diciendo entonces que nadie puede hallar la iglesia?

Requiero aquí centralizar el punto de lo que digo con algunos criterios que son normalmente más comprendidos en la mayoría de sectores, para poderle explicar a lo que me refiero.

La iglesia mística del Señor, ese ser orgánico vivo, amada del Señor, su prometida la cual Él vendrá a buscar, su cuerpo universal del que Él es la cabeza y que el Espíritu está preparando y embelleciendo para su encuentro con Él; es invisible a nuestros ojos, es espiritual. Por ese motivo y por su universalidad, no es posible encerrarla, ni decir “mira, allí está” o “allá”. Si la pudiéramos ubicar, muy seguramente la podríamos palpar con nuestro sentido del tacto, pero comprendiendo su naturaleza inmaterial, sabemos que eso no es posible. 

Continuará…


PUBLICACIÓN 18
Conversaciones de iglesia (8º Parte) Ubíquelo en la fecha 1-11-2015
Escrito autóctono

Continuación…

Los conceptos organizacionales impregnados en las mentes de las personas de “ir a la iglesia”, “edificar edificios” y pertenecer a determinado grupo denominacional, continuarán ensanchando más y más las brechas mentales pero también las físicas, individualizando los esfuerzos, despilfarrando los recursos, exaltando la ignorancia.

Nadie en la Palabra “iba” a la iglesia. Todos se sabían iglesia.

No conseguirás un solo versículo de los casi 8000 que tiene el Nuevo Testamento, que te diga que los creyentes iban a la iglesia. Los 120 que estaban reunidos en el aposento alto (sitio físico), nunca llamaron “iglesia” a ese sitio. La muchedumbre de creyentes después de Pentecostés se reunieron por las casas (sitios físicos) y en el Pórtico de Salomón (sitio físico) pero nunca llamaron “iglesia” a una casa ni al Pórtico de Salomón o plazoleta alrededor del templo judío. Los judíos creyentes iban a su templo en Jerusalén (sitio físico) como algo que acostumbraban, más los no judíos no podían ingresar allí. Los judíos creyentes nunca llamaron “iglesia” a ese templo en Jerusalén. Los creyentes (todos) se reunían en el Pórtico de Salomón (frente al templo judío) como ya mencionamos, iban allí cuando eran convocados o mientras los apóstoles les enseñaban, pero ese sitio nunca fue su iglesia, ni se convirtió en su iglesia, ni le llamaron así jamás. Los judíos comunes y los judíos creyentes frecuentaban las sinagogas (sitio físico) doquiera estuvieran erigidas. Iban allí según su costumbre, pero ninguno llamó  nunca “iglesia” a esas edificaciones. El lugar del cual cayera desde el tercer piso el joven Eutico y en el que predicaba Pablo largamente, era un sitio físico, pero por ninguna parte se dice que esa edificación fuera la iglesia de aquel lugar. Solo se dice que era un aposento alto (habitación elevada). En muchas ocasiones los discípulos pudieron haber usado escalinatas amplias en algunos lugares inclusive cercanos al templo judío, así como algún foro cóncavo al aire libre tan común en aquellos tiempos conocidos con el nombre de teatros para escuchar las enseñanzas apostólicas o de maestros de la Palabra, pero jamás llamaron o hicieron de esos lugares sus iglesias. Pablo fue el más grande precursor del evangelio en toda Europa y Asia. Vio nacer la iglesia como ningún otro de los apóstoles siendo el mayor plantador de iglesias de todos. Más nunca en ninguno de sus escritos habla de “ir a la iglesia”. Escribe a los hermanos en los diferentes lugares como iglesia que eran (ellos) pero no le llama “iglesia” a ninguno de los lugares en que se reunían los hermanos sino a los hermanos de esos lugares.

Así que fuese cualquier sitio de reunión de los creyentes: una gruta, una plaza, una casa, no importa el lugar, nada de eso era consagrado ni santificado ni llamado nunca “iglesia”.

¿Por qué seguir insistiendo entonces en algo que no existe? ¿Por qué seguir la tradición tan diseminada por todo el mundo y practicada por incontables religiones, y no cambiar a la Palabra? ¿Acaso no sería más fácil asimilar a la iglesia como los creyentes y no como un inmueble edificado?

En vez de decir el trillado: “voy o asisto a la iglesia”… ¿no sería más enriquecedor decir “voy a la reunión o a la comunidad” haciendo referencia más bien a las personas con las que se juntará, sin que tome preponderancia el sitio a donde se reunirá? De nuevo, el sitio nada es, no hay nada de malo en él, pero ¿por qué llamarle iglesia a esa cosa? Y encima, ¿por qué santificarlo?

¡Qué difícil sacar eso de nuestras vidas!; a algunos les parecerá poco relevante inclusive pero a la verdad es más relevante de lo que parece y se puede considerar. Entenderlo y vivirlo significa comenzar a despojarse de 1700 años de religiosidad y tradición engañosa, que nos legó una perspectiva errada diciéndonos lo que es y no más bien quien es realmente la casa del Señor.

Cambiar posiblemente sea el inicio de comenzar a ver la luz y de dejar de una vez y por todas de prestarle tanta importancia, tiempo y dinero a un sitio por haber sido designado erróneamente como “la casa de Dios” para comenzar a considerar y a amar a las personas y poner los recursos en los que verdaderamente si son casa de Dios.


 ¿Debe la iglesia adaptarse a su época?

Muchos opinan que: “Con el paso de los siglos la iglesia debe modernizarse y ajustarse a las necesidades de su tiempo” 

¿Debe ser eso así?


Continuará…


domingo, 15 de abril de 2018

PUBLICACIÓN 20


Saludos a todos nuestros estimables lectores!
Recientemente hemos arribado y superado las diez mil visitas a nuestro blog por lo cual les estamos muy agradecidos.

Aunque mantenemos la costumbre de publicar cada domingo continuaciones de nuestras series, notamos un interés muy enmarcado por algunos temas y dentro de los mismos, por algunas de sus partes. Esto nos llevó a analizar las estadísticas y determinar cuáles publicaciones han sido las más leídas de nuestro blog.

Sin duda le interesará a usted también saber. Por ello decidimos re-publicarlas a manera de serie, aclarando de paso que no aparecerán en el orden del interés que generaron en su momento sino de forma aleatoria.  Le instamos en la medida de lo posible no solo a leer las partes, sino a visitar las series completas para comprender el planteamiento total. Para facilitárselo, adjuntaremos al escrito la fecha de su publicación de manera que pueda encontrar toda la serie en nuestro archivero.

Las hemos denominado como el Top 20 de las publicaciones más leídas. Presentaremos a partir de hoy, una o dos cada domingo dependiendo de su tamaño. Bendiciones!


PUBLICACION 20
Versículos… ¿controversiales? (1° Parte) 24-5-2015

Introducción

A ver; hemos estudiado ampliamente y publicado en este blog los argumentos acerca de la autoridad y su buen uso conforme los lineamientos que nos brinda la Palabra de Dios.

Lo hemos hecho a sabiendas de los postulados que por muchos años conocimos doctrinalmente hablando y forman parte de la creencia de millones de personas en todo el mundo que al sopesarlas sin prejuicios de ningún tipo, las hemos hallado carentes de apoyo; esto es, argumentos muchísimas veces basados en algunos versículos aislados y no como debía ser, tomando en cuenta todo el contexto de versículos en el entorno de cada pasaje y por supuesto el contexto bíblico general.

Más esto no quiere decir -y lo aclaro-, que esos millones estén equivocados y por lo tanto estemos “descubriendo el agua tibia”. Sería pretensioso y hasta jactancioso de nuestra parte aseverarlo. Lo que ha habido es una herencia de enseñanzas que se repiten generación a generación e implican hasta temor si se cuestionan, mucho por un asunto de intereses de algunos que necesitan que mejor las cosas se mantengan como están.   Otros prefieren no ir en contra del Status Quo a pesar de saber y ver que las cosas están mal interpretadas.

Hemos ahondado en el análisis de prácticas implementadas en la vida de la iglesia moderna producto de esas malas interpretaciones tales como “coberturas y/o paternalismos espirituales humanos” ó “sostenimientos manipulados de la obra de Dios” entre otros temas, desmintiéndolos;  apoyándonos plenamente en las Escrituras y teniendo el cuidado de no tergiversar absolutamente nada de la Palabra de Dios. 

No hemos torcido la Palabra a decir cosas de acuerdo a la interpretación particular de algún “iluminado”, ni basados en los conceptos de organización alguna a la que nos debamos; aún nos hemos cuestionado a nosotros mismos para lograr fundamentar cada planteamiento con suficiente argumento bíblico. Insistimos en atar cualquier cabo suelto y no dejamos nada sin escrutar por el simple pensar que podría minar algún principio hallado que quisiéramos demostrar. (Porque si hay algo que no coincide, con toda honestidad debemos buscar el punto discordante y darle seguimiento a la investigación desde términos concluyentes).

Como si eso fuera poco, hemos reunido amplia información histórica, analizado las expresiones con las herramientas idiomáticas en español, griego y hebreo disponibles, sin dejar de lado la información arqueológica con la que se cuente para ayudarnos a respaldar las ponencias presentadas. Hemos revisado no una, ni dos, ni tres versiones bíblicas, sino todas cuantas podamos para afinar la línea doctrinal sana implícita en los Escritos Sagrados.

Creo que esa debe ser la tarea a la hora de buscar la línea de la Palabra de Dios. En otras palabras, realizar una investigación objetiva, sin prejuicios, interesados en hallar la pureza de la doctrina aunque las respuestas sean radicales, impopulares o hasta contra convicciones previamente adquiridas o en las que hubiésemos sido formados. Creo que la honestidad debe ser la tónica y base. 

De otra manera ¿con quién queremos quedar bien? ¿Cuál es el interés real que nos mueve? ¿Tenemos libertad de cuestionar o simplemente somos vasallos al servicio de esas convicciones mencionadas o de los intereses de otros llámese personas u organizaciones?

El conocer la Verdad, dicho por el Señor, hoy repercute con mucho mayor fuerza que nunca y esto debe ser así en medio de una sociedad que cada vez se hace más libertina y arrastra tras sí aún a la misma iglesia de estos tiempos, poniendo los valores reales y eternos entre dicho. No podemos, ni debemos cruzarnos de brazos a esperar un milagro de Dios, mucho menos cuando Él nos ha dado las herramientas necesarias y además ha puesto su Espíritu en nosotros para que su Poder sea manifiesto y las tinieblas retrocedan.

El apóstol Pablo le enfatizó a Timoteo: “…ten cuidado de ti mismo y de la doctrina”. Esa ordenanza no ha dejado de ser, y cada creyente debe y tiene la responsabilidad de revisarlo todo en procura de un caminar más diligente delante del Señor, y mayormente si el Señor le ha otorgado personas a las que debe enseñar.

¿Cuál es mi intensión con todo esto? Que la luz de la Palabra ilumine las mentes y los corazones de aquellos que le aman. Alguien podría pensar que planteado en algún libro, esto podría llegar a ser un éxito en ventas, más no me mueve el dinero, solo la libertad de aquellos que desean conocerla.

También aclaro que no existe el mínimo interés en mí de que esto sea utilizado por ningún pleitero, que quiera tener argumentos para ir a disentir con hermanos y hacer estupideces. Dios nos llamó a la paz, y en paz hemos de tratar los asuntos. Todo lo que no se haga de esa manera no viene del Señor.  

Dicho esto quiero presentarle algo a lo que me han llevado los años de estudio e investigación tal como mencionaba, pero que hasta el día de hoy no había publicado. Se trata de pasajes bíblicos utilizados comúnmente por muchos para apoyar y justificar sus prácticas. Esto es de suma importancia y necesidad. Acá no solo pretendo presentarlas tal como se dicen, aceptan y enseñan en esos sectores, sino que mi interés es cuestionarlas y explicarlas a la luz de la Escritura sin ningún temor.

Porque…  o la Palabra de Dios presenta dos caras de la moneda  o solo hay una que no hemos querido tratar pues no nos conviene.  Estoy convencido de que esto último es lo correcto.

En mi caso, estoy por la verdad y nada más.

Procederé entonces a  dilucidar lo que he llamado los “Versículos ¿controversiales?”


Continuará…

domingo, 8 de abril de 2018

Escandalizados (4º y última Parte)


Escandalizados (4º y última Parte)
Escrito autóctono

Continuación…

La Palabra misma nos manda a examinarlo todo (1° Tes. 5: 21) y eso quiere decir que comprobemos las cosas. No a cerrarnos y a discutir sin fundamento o creyendo en un fundamento heredado, porque al final ni le aprovecha, ni colabora.  

Al fin y al cabo debe escuchar toda la razón de algo y luego indagar a ver si es cierto por diferentes fuentes para hallar la tendencia justa, (Prov. 15: 22),  pero sobre todo la fuente más inequívoca de todas que es la Palabra de Dios.

Llame a sus prácticas más sagradas y cuestiónelas, ellas deberían sostenerse por sí mismas si son verdad. No trate de defenderlas. Deje que se defiendan solas.

Deje ya de escandalizarse por pequeñeces y proceda como alguien maduro e inteligente. Creo que es lo mínimo y normal que esperaría Dios de usted.

Nadie -al menos en este blog- le está ofreciendo un nuevo movimiento, ni invitándolo a nada, tampoco sacándolo de donde está o formando una nueva agrupación. Nadie lo llama a un pensamiento que se cree único en tener la Verdad. Eso es porquería. Tampoco buscamos ni nos interesa su dinero.

Le estamos desafiando a tener convicción genuina. Y eso solo puede ser si acude al Señor, no a ningún movimiento ni denominación como quiera que se llame.

Puede reaccionar o quedarse como está. Usted lo decide. Finalmente nadie puede ni tiene el derecho de obligarlo a nada.

Si decide dar el paso… recuerde, Dios y usted; sin preconceptos, sin manipulaciones doctrinales, sin experiencias vividas, sin argumentos aprendidos.

De nuevo, solo Dios y usted.

¿Qué resultará de ese encuentro?


Fin

Próxima serie: Top 20 de publicaciones




domingo, 1 de abril de 2018

Escandalizados (3º Parte)


Escandalizados (3º Parte)
Escrito autóctono

Continuación…

Le garantizo que en este blog no estamos intentando “lavar el cerebro” a nadie; ¡nada de eso! De hecho ni siquiera existe una intención encubierta de tratar de enredarlo o derribar sus argumentos. Se trata más bien de un asunto espiritual. Se trata de Dios y usted, solos, sin intervención de nadie más. Ni nosotros, ni sus líderes.

Se trata de su realidad como cristiano o como creyente. Usted debe contestarse a sí mismo: “¿Soy de verdad o me estoy engañando a mí mismo?”

No se trata de si cumple con todas las normas “cristianas” al pie de la letra, de si abre y cierra la iglesia, de si ofrenda hasta las joyas, de si evangeliza hasta a los gatos de su vecindario, de si ora más que Daniel. Eso lo hace mucha gente y ¿sabe?, no están seguros de sí.

No se trata de si ha tenido alguna experiencia sobrenatural porque hasta los inconversos las tienen.

Se trata de Vida, nada más que Vida la cual se tiene o no.

Entonces por cerrarse sencillamente a algo que piensa puede afectarle, pierde la oportunidad de encontrarse a sí mismo en el propósito de Dios y darle un chance a cimentar de verdad su fe, sea porque lo que cree tiene real fundamento o porque debe redefinirlo.

La reacción negativa a todo lo que nos parece extraño o peligroso, la mayoría de las veces es producto de nuestra propia inseguridad y temores y por supuesto falta de conocimiento o inclusive un conocimiento tergiversado.

Quizá usted está solo diciendo sí a todo lo que le dicen, pero no se ha tomado el tiempo de comprobar por sí mismo si lo que le dicen es cierto. Mire lo que hicieron los habitantes de Berea cuando les expusieron el mensaje (Hechos 17: 10-12). Esa es una muy buena y segura costumbre y no solo repetir como loro lo que a usted le han dicho porque puede que esté repitiendo solo lo que convenga y no todo el cuadro completo.

No todo es conocer sino conocer bien, puesto que usted puede sencillamente convertirse en un ágil defensor de engaños como le pasa a muchos.

Continuará…