Conocer a Dios pero… ¿nos conoce Él? (9° y última parte)
Escrito autóctono
Continuación…
La comprensión de los discípulos del Señor les hacía
pensar que Él venía a establecer un asunto terrenal en que Él sería el líder y ellos
su séquito de confianza para erradicar de una vez y por todas a Roma y a
cualquiera de sus enemigos. Para ellos significó todo el tiempo un asunto
político. Claro, hasta que vino el Espíritu y fueron ubicados.
Dios que es Espíritu, conoce a aquellos que viven en
el Espíritu, no hay otra forma. Es un idioma que trasciende a toda comprensión
humana, a todo lo que sea tangible, a todo código o forma de comunicación de
esta dimensión.
Pensar que la iglesia y todas las cosas de Dios son
comprensibles con nuestra mente terrenal es estar como esos discípulos hace
2000 años.
De allí que cuando vemos a tantos emocionados por ser
parte de un movimiento, o por seguir a un líder carismático, enamorados de su
“iglesia”; reflexionamos en el pasaje en que el Señor dice: “Mi pueblo perece
por falta de conocimiento”.
Debo decirles que este perecer bien podría significar
no perderse necesariamente, sino más bien no alcanzar la vida plena y abundante
que Él ofrece. Este perecer resulta en una forma de quedarse gradualmente como
inerte, temer ir más allá solo por pensamientos erróneos implantados o por
creer que ya se sabe todo lo que se tenía que saber.
Disque confiando en Dios realmente tienen desconfianza
en Él dudando de lo que Él puede hacer. Algunos alcanzaron una zona de confort en sus vidas y vivencias cristianas y creen que
Dios les llevó allí, de hecho creen estar bien así.
¿Qué miedos infundados tienen de atreverse con Dios,
de creerle verdaderamente?
Porque ¿qué cosa no produce mayor Vida en nosotros que
conocerle y ser conocidos por Él?
Quiera el Señor llevarte a un punto serio acerca de tu
fe en Él, lejos de toda religiosidad, vivencias y hasta experiencias que
podrían ser más bien obstáculos para que puedas hallar tu propia realidad. Quiera el Señor seas tenido por digno de ser
conocido por Él porque verdaderamente confías en Él.
Fin
Próxima semana: Nueva publicación
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