domingo, 5 de febrero de 2017

Conocer a Dios pero… ¿nos conoce Él? (6° parte)



Conocer a Dios pero… ¿nos conoce Él?  (6° parte)
Escrito autóctono

Continuación…

Definitivamente el propósito de Dios ni siquiera nos cambia diametralmente la perspectiva, (no está tratando de trasladarnos de lugar como si procurara colocarnos en un sitio opuesto para que veamos de otra manera); ¡Nos saca totalmente a otra dimensión!

Eso hace que aún aquellos que eran nuestros amigos ahora nos consideran unos extraños. La verdad, poseerla significa quedarse prácticamente solo.

Sucede porque definitivamente a partir de ella ya no podemos seguir viendo la vida de la misma forma, ni la iglesia, ni la Palabra,… nada!.

Para serle sincero, la fe verdadera no es un asunto de multitudes. Mucho menos en el tiempo en que vivimos. Jesús pregunto alguna vez: “…cuando venga el Hijo del Hombre ¿hallará fe en la tierra?”. Y si lo has notado, cada vez es menos la fe en esta época.

No creas que conoces a mucha gente de fe. Te aseguro que no son los que la andan proclamando a los cuatro vientos. No se medirá por las monumentales obras que hagan o levanten. Tampoco por los centenares o miles que les sigan. No se necesita fe realmente para lograr cosas como esas.

No hallarás a muchos viviendo la fe que se basa en el propósito de Dios, así como no hallarás héroes de la fe bajo cualquier piedra de la calle que levantes, porque muchos ya “se casaron” con la fe mundanal y religiosa. Los miras fieles a un horario litúrgico; religiosamente transportando bajo el brazo un libro negro que ni usan o mejor, recordando que lo tienen en sus dispositivos electrónicos; coreando y palmeando programadamente cantos dentro de un local; escuchando sin cuestionar lo que sus líderes les dicen acerca de la Palabra; aportando económicamente so pena de condena hasta el punto de casi necesitar que se los pidan así; trabajando incansablemente por los objetivos de una denominación; creyendo estar viviendo la Gloria de Dios pero en lo secreto insatisfechos de que la Vida de Dios no se manifiesta en verdad en ellos.

No, no podrás vivir la fe genuina teniendo los pies sobre esta tierra. Definitivamente ella no es de este mundo.

La fe verdadera no es de multitudes. Lo hemos visto, lo hemos experimentado. Esta fe de hecho provocará que el mundo te aborrezca. Inclusive hasta aquellos que dicen tenerla no se entienden con ella y hasta la persiguen para eliminarla. No exagero.

Cristo, aún formando muy bien a sus discípulos, tuvo que ir solo a la cruz. Pablo, fue abandonado por algunos a los que consideraba sus amigos fieles en la fe. A Moisés le tocó enfrentar prácticamente solo a un Imperio pues ni siquiera su pueblo creía en él.


Continuará…