domingo, 29 de julio de 2018

La deserción cristiana (1° parte)


La deserción cristiana (1° parte)
Escrito autóctono


Mis ovejas oyen mi voz y yo las conozco y me siguen”. Juan 10: 27

Hace tiempo viene sucediendo. Es un hecho que se quiere tapar y de lo que no gustan hablar en algunos círculos.  Ya es una realidad preocupante si se quiere.

Se trata de la deserción de los cristianos de la iglesia-organización cristiana. Mientras en algunos países se habla de un crecimiento del cristianismo evangélico -no lo pongo en duda-, realmente se sabe que existe un estancamiento y debilitamiento en muchas esferas del cristianismo. Si todos los que no se han ido se hubieran quedado, se habría cambiado de religión en dichas naciones hace tiempo sumando un mal sobre otro. Perdónenme los defensores del igle-crecimiento.

No pretendo ser sarcástico; claro que predicamos y anhelamos que más y más personas realmente crean a la verdad; el problema es que este crecimiento deja entre ver más un asunto de interés numeral que realmente un tema de conversión genuina.

Lo hablé me parece en otra oportunidad de que nos engañamos a nosotros mismos si pensamos que cuando alguien levanta la mano para “aceptar a Cristo” ya logramos un alma más para el reino, lo que en realidad no dice nada.

Muchos optan por el cristianismo porque les gustó, o porque vieron que las personas se llevan diríamos que bien o al menos eso vieron de entrada, o porque los tiempos de culto son motivantes. Otros encontraron un grupo de apoyo a sus problemas, gustan de los programas que se desarrollan o los mensajes carismáticos que les dan. Muchos van tras la música e inclusive por la posibilidad de la prosperidad. Algunos fueron convencidos por un hábil evangelista que argumentó lo suficiente o hasta insistió por demás para que dieran el paso al frente, y entre tantos, claro que hubo algunos que sí fueron tocados de verdad por Dios. Pero lamentablemente estos últimos son los menos. La red se trajo de todo, y hasta mucho que realmente no debía, pero nosotros decimos amén por todo lo que llega sin meditarlo.

Más mi enfoque en realidad no es acerca de los que entran (aunque debe revisarse) sino más bien de todos los que salen.

Continuará…



domingo, 22 de julio de 2018

Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 1


Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 1

Llegamos al final de esta serie en que hemos compartido las publicaciones más leídas de nuestro blog. Fueron asignadas según el interés que generaron por las visitas que recibieron, sin embargo  y en términos generales, todos nuestros títulos mantienen una atención particular y creciente. Reconocemos con toda humildad que no somos dueños de la verdad absoluta -de cualquier forma ella es Cristo- y damos gracias a Dios quien ha puesto su Espíritu en cada creyente para hacerlo capaz de analizar y profundizar en su Palabra. Eso garantiza a quien confía en su guía el no ser engañado por nadie, y pueda sin prejuicios abordar las Escrituras. También y para terminar, agradecemos el que nuestras publicaciones invitan a grupos serios a tomarse el tiempo de compartir y desmenuzar con biblia en mano cada ponencia y sacar conclusiones igualmente serias. Siéntanse en libertad de escribirnos a nuestro correo (iglesiasencilladecostarica@gmail.com) y retroalimentarnos con sus inquietudes. Será de mucho provecho y tendremos gran gozo en responderles. 

Publicación 1
Hermano… ¿y usted, dónde se congrega?
Ubíquelo en la fecha 18-7-2012
Escrito Autóctono


“…no dejando de congregarnos como algunos tienen por costumbre…” Hebreos 10: 25a

En todos mis años como miembro de una iglesia, cada vez en que conocía a otra persona que profesaba mi misma fe, casi sin falta como pregunta obligada en la conversación surgía la consabida expresión “¿y usted dónde se congrega?”

He intentado descifrar la razón de la pregunta que hacía y me hicieron cientos de veces sin hallarle motivo válido alguno. Quizá quería asegurarme de que aquella persona estaba obedeciendo la Palabra y asistiendo a una buena iglesia, estaba sujeta a un pastor o quizá para ir a visitarla alguna vez allí. Quizá quería ver cuán orgulloso se encontraba del sitio al que iba y lo bien que hablaba de ese lugar. La verdad que entre más conocida la iglesia o el pastor mucho mejor. Realmente no sé cuál sería el interés pero al fin, aunque conociera o no la existencia de su grupo, me daba por satisfecho si todo apuntaba a que era alguien que se congregaba de la manera que yo lo hacía.

Una respuesta diferente a la pregunta, representaba la duda de la cristiandad y el conocimiento doctrinal de aquel supuesto hermano. Le miraba raro, como si fuese un hereje; y como si estuviera a las puertas del infierno le aplicaba en forma punzante las palabras del conocido versículo.

Es interesante que mi preocupación por su respuesta no hurgaba en la cantidad de veces que se congregaba por semana, tampoco si era un miembro activo real de esa congregación. No entraba a averiguar si mantenía buenas relaciones con los hermanos o los líderes de aquel lugar, ni si realmente llenaba sus expectativas y necesidades espirituales.

Pero lo que más llama la atención es que daba por sentado sin temor a equivocarme que la única y bíblica forma que existía de congregarse era ir a una iglesia.

¿Dónde basábamos tal afirmación?

Nunca nos preocupamos por averiguar por qué congregarse e ir a la iglesia eran sinónimos para nosotros.

Comencemos por comprender que en ninguna parte de la Biblia existe el concepto de “ir a la iglesia”. Y no existe porque está claro que se le llama iglesia al cuerpo de Cristo conformado por personas. Lo sabemos; es decir, iglesia no es un edificio físico con paredes, bancas, altar, púlpito, instrumentos, etc, sino quienes llegan allí. Pero si rápidamente le pido que me dibuje una iglesia, lo más seguro es que hará una casita con una torre y una cruz en su punta (¿¿¿¿????).

Pero usted me dirá, -bueno estamos hablando del ir al templo-. Sin embargo en ninguna parte del Nuevo Testamento se invita a los creyentes a asistir a un templo como lo conocemos hoy ni similar. Por qué? Porque los únicos que los tenían eran las religiones paganas para sus dioses y los judíos que iban al suyo en Jerusalén. Además, si quiere un templo verdadero y vigente hoy en día, déjeme recordarle que la Palabra también le llama así a los creyentes (personas de carne y hueso).

Pero entonces ¿cómo aplicamos el versículo en cuestión con el cual se “apuñala” verbalmente a quien “no se congrega”?

Bien, muy sencillo. Congregarse es simplemente juntarse con los hermanos. ¿Dónde? En cualquier sitio. ¿Es eso bíblico?

No lo digo yo, lo dijo Jesús mismo: "Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" Mateo 18: 20. ¿Acaso debemos adherir con pegamento la palabra iglesia aquí? Habrá quienes la vean con todo y paredes, bancas, altar, púlpito, instrumentos y demás en este versículo y en el de Hebreos.

Entonces, ya que lo comprendemos… ¿no cree que así como hay un gran sector del cuerpo de Cristo que se congrega en un local como en el que usted asiste que dicho sea de paso no debería llamarse iglesia, igualmente hay un gran sector de su cuerpo que tiene las cárceles, las oficinas, un aula de alguna institución, una casa, el parque, la calle, o cualquier otro sitio para juntarse con sus hermanos como iglesia que son y juntos glorificar al Señor y edificarse los unos a los otros?

Podría argumentar más, con argumento bíblico, práctico, histórico y hasta arqueológico sobre lo que es y significa congregarse -en otro momento lo haré-, pero es suficiente por ahora animar su corazón en la invitación que también nos hace la Palabra a no dejar de congregarnos y no hacerlo por costumbre sino para lo que la Palabra indica que debemos hacerlo. Además es tan bueno que allí, a ese juntarse genuinamente con los santos, es en donde envía el Señor bendición y vida eterna (Salmo 133:1-3).

AMEN.

domingo, 15 de julio de 2018

Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 2

Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 2

Seguimos compartiendo esta serie sobre las publicaciones más leídas de nuestro blog. Sin duda querrá leer los temas completos para una mejor comprensión. Le instamos a hacerlo y para ello le facilitamos en cada título su fecha de publicación para que pueda ubicarla en nuestro archivero.  Le bendecimos y oramos al Señor porque cada publicación le ayude a cimentar su fe.

Publicación 2
El espíritu de Diótrefes
Ubíquelo en la fecha 9-3-2014
Escrito Autóctono


“Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia”. 3° Juan 1: 9-10


Son muchas las cosas que nos enseña la Palabra de Dios para que sepamos reconocer todo cuanto pudiese no andar bien respecto a quienes se dicen tener el llamado de parte de Dios para cuidar a la grey.

La carta en cuestión es escrita alrededor del año 85 de nuestra era, siendo Juan el apóstol un hombre entrado en años ya que bien podría andar por quizá unos 65 a 75 años y se encontraba, de acuerdo a algunos estudios, en Efeso. La carta está dirigida a Gayo, quien se cree es el mismo que creyó al evangelio por el ministerio de Pablo y fue luego su compañero fiel y líder posterior en la iglesia. Si es él, este Gayo vivió en Derbe (que bien podría ser nativo de Macedonia) y estuvo con Pablo en la revuelta que se sucedió en Efeso muchos años antes (Hechos 19: 29) por lo que debe haber conocido muy bien cómo crecía la iglesia y su situación en las diferentes regiones de Turquía años después, desde algún sitio no muy lejos de Efeso. Hago el comentario porque en el mensaje que escribe Juan a la iglesia de esa región en Apocalipsis, el Señor elogia curiosamente el que ellos han sabido detectar y reconocer a falsos líderes. (Ap. 2: 1-7)

En la época en que Juan escribe esta carta, la iglesia del Señor ya cuenta con muchos conversos en todo el imperio romano, crece y se fortalece por todas partes; de hecho la joven iglesia del Señor cuenta ya con poco más de 50 años. Para ese entonces ya ha ocurrido hará unos 15 años, la destrucción de Jerusalén por Tito. Pablo y los demás apóstoles ya están con el Señor siendo Juan el último de ellos. Es momento igualmente en que han surgido nuevos líderes entre los cuales hay muchos que continúan fielmente en las doctrinas apostólicas obedeciendo los mandamientos del Señor y creciendo en la gracia del Señor Jesucristo, como es el caso de Demetrio, descrito en esta misma carta o el mismo Gayo. En pocos años sobrevendrá otra gran persecución en que arrestarán y enviarán a Juan a la Isla de Patmos al oeste de Turquía, desterrado. Mientras tanto, es un tiempo de tranquilidad para la iglesia del Señor, pero así mismo han aparecido falsos hermanos que en un momento dado empezaron a tomar la preeminencia entre los creyentes y comenzaron a utilizarlos según sus propios criterios.

Diótrefes es el vivo ejemplo de aquellos lobos rapaces que ingresaron al redil fingiéndose mansas ovejas pero con la oculta intención de tomar la primera oportunidad que tuviesen. Es uno de los hasta ese momento no muchos casos, pero suficiente para alertarnos.

Según vemos en todo el Nuevo Testamento, los dirigentes de la iglesia nunca fungieron como señores ni manipulaban a los hermanos en ninguna manera. Su labor era cuidar de ellos y hacerlo como quien administra los asuntos de otra persona sabiéndose no dueños en lo absoluto de nada sino más bien servidores.

Sin embargo este Diótrefes hizo de la iglesia su territorio particular y posesión. No le importó de acuerdo a lo que escribe el apóstol, que Cristo debía ser el único Señor y quien debía tener el primer lugar. Usurpó su sitio. Además, en vez de servir a los hermanos, los esclavizó bajo su dominio manipulándoles al grado de la expulsión si no hacían lo que él les decía y mandaba.

Todo en medio de además centralizar en él la Palabra e intentar poner a los hermanos en contra de aquellos que eran genuinos hermanos quienes verdaderamente si se preocupaban por ellos.

Cualquiera podía decir que esta comunidad de hermanos estaba condenada a vivir bajo el dominio de este dignatario del diablo, pero en definitiva había allí hermanos que no se dejaban dominar por él. Muchos inclusive le enfrentaban no haciendo lo que él les decía y con toda seguridad el Señor tomó cartas en el asunto cuando llegaron aquellos que si estaban al cuidado de los hermanos, incluyendo al mismo Juan.

Aún así, Diótefres debe haber arrastrado a algunos con él como suele suceder en estos casos para continuar su malévola vida de engaño y control en otro sitio. De manera similar ya estaba ocurriendo en otras regiones.

El espíritu de Diótrefes impresionantemente revivió en nuestros tiempos. Al igual que en aquella época muchos se levantan usurpando el señorío de Cristo mostrándose como siervos de él pero buscando su oportunidad de usar el reino para su propio provecho. Falsos, hijos del maligno que tienen veneno demoníaco en su sangre. Muchos ya construyeron sus propios reinos sobre las espaldas de hermanos aparentando piedad pero negando la eficacia de ella.


Juan nos brinda las características para detectarlos fácilmente: usan y manipulan a todos a su alrededor y condenan a quienes no hacen lo que ellos dicen; aman los primeros lugares para ser vistos y elogiados por sus obras; controlan a la iglesia en todos los aspectos; ellos son los señores allí aunque mientan diciendo que es Cristo; no permiten cuestionamientos; y evitan a toda costa que a los hermanos se les enseñe la verdad o se expongan a ella para que no puedan ser libres. El espíritu de Diótrefes que es el mismo espíritu del maligno, está en ellos.


domingo, 8 de julio de 2018

Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 3


Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 3

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Publicación 3
Se busca iglesia (2º parte)
Ubíquelo en la fecha 13-2-2016
Escrito Autóctono

Continuación…

Sabemos, basados en la doctrina bíblica, que la iglesia está conformada por todos los creyentes en el Señor Jesucristo del pasado, presente y futuro. Por lo tanto, al encontrarnos un grupo de creyentes genuinos en cualquier lugar, solo estamos encontrando un pequeñísimo segmento de la iglesia.

Únicamente el Señor la podrá reunir en forma completa cuando vuelva por ella. Antes de eso nadie podrá conocer sus dimensiones reales.

El otro aspecto importantísimo es que para ser parte de la iglesia, conforme lo que la Palabra expresa, nosotros no tenemos ninguna injerencia en ello, ni podemos manipular nada para incorporar a nadie a ella, ni decidir quién lo será o quién no por ningún método, porque ni sabemos cómo hacerlo, ni podemos. Ese es un asunto del Padre. El Señor no nos dio tal potestad de  transformar a nadie en iglesia.

Nuestra labor se circunscribe únicamente a presentar el mensaje de salvación a todos; pero ¿quién recibirá ese mensaje?, ¿quién lo creerá?, ¿a quién Dios le revelará su Palabra en el corazón?, ¿a quién aceptará?, ¿a quién ya hizo parte de la iglesia en la eternidad?...; está en su sola potestad.

Esto no atenta con nada de lo que dice la biblia.

Por esta causa digo que ¿de dónde se nos ocurre entonces que nosotros los hombres podemos llevar a alguien a la iglesia, y menos aún introducirlo a ella?

Cuando mucho los podemos llevar a una reunión de una organización denominación, a un local, a un culto, pero… ¿a la iglesia?; ni siquiera la podemos ver o tocar. Usted puede tocar a un creyente genuino pero no a su fusión espiritual con la iglesia operada por el Padre. Nerón pudo asesinar a muchos hermanos en la Roma antigua acusándoles falsamente, pero no pudo tocar, atar, detener o eliminar a la iglesia. Ella era mayor a lo que cualquier Emperador o Imperio pudieran si quiera asimilar en su mente carnal. Era y sigue siendo espiritual y eterna como lo es Cristo.

Si alguien la va a quitar de la Tierra, no lo hará ningún hombre, no podrá; lo hará el mismo Señor cuando regrese por ella.

Si bien siendo fusionados a la iglesia por la obra portentosa y sobrenatural de Dios sabemos que somos hechos parte del cuerpo de Cristo según lo establece la Palabra, entonces cada uno de los creyentes -hombres y mujeres miembros de ese cuerpo- se constituyen en una especie de “micro partes” de Cristo, pero ninguno recibe autoridad para autoproclamarse ser Cristo de manera individual.  Lo mismo ocurre cuando nos referimos a la iglesia.  Usted como creyente genuino la conforma en conjunto con todos los creyentes de todos los tiempos. Usted es templo del Espíritu conforme la Palabra (1º Corintios 6: 19), pero no es El templo del Espíritu; que es diferente. Usted es iglesia, pero no es La iglesia por sí solo. 

Por cierto, ¿sabía que llamarle “iglesia” a un local físico proviene de la religión y la tradición y nunca de la biblia?

Continuará…


domingo, 1 de julio de 2018

Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 4


Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 4

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Publicación 4
La manoseada Cobertura espiritual - 3° parte
Ubíquelo en la fecha 18-1-2014
Escrito Autóctono

Continuación…

No puedo más que sorprenderme de cómo han santificado una mentira y forzado a la Palabra torciéndola para intentar mostrar algo que ella no dice y más bien rechaza a todas luces.

Es interesante que quienes defienden las coberturas no se pongan a indagar y analizar ¿Cuál es la cobertura de quienes les exigen que les reconozcan como tal? En algún punto han de llegar a un hombre común y corriente que no tiene cobertura humana sobre sí entre los líderes más antiguos. ¿Quién le dio ese derecho y a dónde se basó para decir que él no la necesitaba pero todos los demás si? ¿Entonces debo aceptar que su cobertura es Dios? ¿Qué lo hace tan especial para no necesitar ninguna cobertura humana pero él o ellos sí la tienen de Dios directamente? ¿El llamado Divino?, ¿Quién llamó al resto?

La verdad es que se cae todo argumento que quieran dar para defender su posición porque la mentira no tiene como sostenerse frente a la verdad de la Palabra de Dios. Por eso la manipulan y cuentan con miles de seguidores ingenuos.

16 errores que implica la doctrina de coberturas humanas

Isaías 30: 1 ¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi espíritu, añadiendo pecado a pecado!”

¿Por qué cubrirse de otro fuera de Dios, representa pecado según este pasaje? 

La Palabra de Dios según hemos visto, establece que “cobertura” concierne a Dios sobre Cristo y este sobre todo y todos. Pero el pasaje de Isaías es claro y tajante para aquellos que insisten en cubrirse y depender de hombres. ¡Es una advertencia! Si profundizamos en el veredicto de Dios y lo comparamos con todo lo que hoy se reverencia como coberturas, encontramos el porqué. A continuación comparto de manera explícita sus implicaciones.

1-    La cobertura supone señorío (esto usurpa el lugar y señorío absolutos de Cristo.)

Comentario:
Todo dominio, señorío y poder le pertenecen a Dios y Él lo dio a Cristo (Sentido general que expresa la Palabra). Autoridad entregada a “iluminados” para ponerse por encima de todos, es una aberración suya y un desconocimiento de quienes la defienden.

Más la Palabra dice: Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo(a Jesús), y le dio un nombre que es sobre todo nombre…, Filip. 2: 9; “a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo....Hch.2: 36 b, Toda potestad (autoridad) me ha sido dada en el cielo y en la Tierra (palabras de Jesús)....Mat. 28: 18


2-    La cobertura supone la designación exclusiva de la autoridad adjudicándose a sí misma la mediación.

Comentario:
Hace alarde de autoridad. Pretende una dependencia exclusiva bajo ella aún en lo concerniente al trato de Dios con su pueblo.

Más la Palabra dice:  “hay un solo mediador (Jesucristo) entre Dios y los...1° Tim. 3: 5; Yo soy el camino, la verdad y la....nadie viene al Padre sino por mi (palabras de Jesús)...S. Juan 14: 6, Ninguno puede venir a mi, si el Padre que me envió no le trajere (palabras de Jesús)...S Juan 6: 44; ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar (palabras de Jesús)...Mat. 11: 27b


3-    La cobertura supone beneficiar exclusivamente a quienes cubre.

Comentario:
Si va a “bendecir”, si va a otorgar algo, jamás lo hará a personas que estén bajo otras coberturas. Demanda inclusive a sus seguidores a que tampoco lo hagan y los coacciona a la entrega de bienes y recursos a nadie más que a ella o “a la obra de Dios” que representa.

Más la Palabra dice:  “y de hacer el bien y de la ayuda mutua no os olvidéis... Heb. 13: 1;, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir...Hch. 20: 35, Servíos por amor los unos a los otros… Gal. 5: 13b,  Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe… Gal. 6: 10


4-    La cobertura supone el derecho de suprimir o permitir funcionar únicamente bajo ella.

Comentario:
Ningún hombre tiene el derecho de decidir quién sirve y quién no en la Casa del Señor al tratarse de los creyentes; mucho menos de decidir qué debe hacer cada quien, pues es el Espíritu quien capacitó a todos como él quiso, a fin de que todos funcionen.

La Palabra dice:  “El espíritu repartió dones a cada uno como él quiso…1° Cor. 12: 7 y 11; cuando os reunís, cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación. Hágase todo para edificación...1° Cor. 14: 26; Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como buenos administradores de la multiforme gracia de Dios... 1° Ped. 4: 10 ustedes tienen la unción del santo...1° Juan 2: 20; que permanece en nosotros y nos enseña todas las cosas... Verso 27; Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios; si alguno ministra, ministre conforme al poder que Dios da, para que en todo sea Dios glorificado por Jesucristo... 1° Ped 4: 11


5-    La cobertura se supone dueña de lo que cubre.

Comentario:
Es interesante que en ninguna parte de la Escritura se vea a un creyente pidiendo permiso a sus dirigentes para compartir con otros creyentes o bien realizar alguna función válida, como insistentemente impone la cobertura auto adjudicándose a aquellos que cubre. Es un acto de acaparamiento y control de personas infundado en un falso cuido.

Más la Palabra dice:  “Vosotros sois de Cristo...1° Cor. 3: 2; Gal 3: 29; La iglesia que él ganó por su sangre...Hch 20: 28b; Porque diciendo el uno: Yo ciertamente soy de Pablo; y el otro: Yo soy de Apolos, ¿no sois carnales?...1° Cor. 3: 4; vosotros sois labranza de Dios...1° Cor. 3: 9

Continuará…