domingo, 1 de septiembre de 2019

La Voluntad de Dios para mi vida (22° Parte)


La Voluntad de Dios para mi vida (22° Parte)
Escrito autóctono

Continuación…

Y ¿qué me dice de José su esposo que juega un papel importantísimo en el Plan eterno de Dios mientras se desarrolla su Voluntad establecida? Amaba con todo su corazón a María y aunque su dolor era indescriptible, no permitiría que nada malo le sucediera, solo desaparecería de su vida y de la historia sin dejar rastro. Él era un buen hombre, también alguien justo y la Voluntad de Dios lo alcanza para comunicarle como él participa de dicho propósito. Más ni antes ni después él pregunta nada ni pide nada. No se le ve buscando la Voluntad de Dios para su vida como para ser apto para este gran acontecimiento ni ahora ni después, ni anticipándose a nada. Todo lo que hace es disponerse y Dios le define cada paso a dar cuando es el momento.

Llegamos al momento de analizar a Cristo mismo, el Señor.

Aunque Él es la figura central de toda la Palabra y de quien deberíamos aprender cómo vivir y hacer la Voluntad de Dios, interesantemente nunca dice nada al respecto, ni Él anda por allí orándole al Padre para que le muestre su Voluntad para su vida porque finalmente no lo necesitaba; Él vive toda su vida en la perfecta Voluntad de Dios la que conoce muy bien y viene a cumplir en su totalidad. De hecho ni siquiera Él decide por si mismo nada, ni habla nada por su propia cuenta, Él opera conforme vio y escuchó del Padre porque así nos lo hace saber (Juan 5: 19; 14: 24).  Él testifica buscar la Voluntad del Padre (Juan 5: 30), pero el versículo no nos deja la impresión de que no la conoce por cuanto la busca, sino que no vino a hacer su propia Voluntad sino la del Padre y en ella se mueve toda su vida. Por lo que nos confirma todo el contexto de su vida y todo lo que leemos de Él, no se trata de una búsqueda de algo que ignora sino de algo en lo que vive permanentemente. No existe ningún pasaje en el que dude acerca de la Voluntad de Dios o le veamos preguntándole a Dios a ver qué quiere. Se mueve y camina cada paso en esa Voluntad de manera que hasta sus tiempos están determinados para operar en sincronía con los del Padre. (“no ha venido mi hora” y expresiones como esa)

Él, siendo el Señor, se sometió a la Voluntad perfecta y establecida de Dios, a su Plan eterno que proviene desde antes de todas las cosas siendo inclusive  la razón de dicha Voluntad como ya vimos.

¡Qué maravilla!

Y la cumplió y agradó al Padre y es elevado a la mayor posición de honor de modo que no hay otro Nombre digno de mayor distinción que el de Él. 

Si pensamos en los discípulos, ellos ni buscaban al Señor, Él los llamó.

Continuará…