La Voluntad de Dios para mi vida (23°
Parte)
Escrito autóctono
Continuación…
La
iglesia en toda su
historia descrita en Hechos jamás registra en ninguna parte la idea de
desconocimiento de la Voluntad de Dios como para andar preguntándole qué debían
hacer. Pero la pregunta es ¿acaso estaban claros de forma inequívoca acerca de
ella? Evidentemente no, simplemente se dejan llevar en todo lo que Dios está
haciendo que de por sí era maravilloso, y cuando son amenazados, no buscan
dirección de Dios como para saber que debían hacer en esa circunstancia (Hechos
4: 27-30) solo se disponen una vez más para que Dios continúe haciendo
lo que está haciendo por su buena Voluntad. Ellos estarían dispuestos sin
importar lo que ello demandara o lo que sucediera. ¡¡Cómo me dejan perplejo mis
hermanos!! Cuando algo de suma importancia debía dilucidarse, no toman
decisiones por ellos mismos, el Espíritu Santo participa de manera activa y
real entre ellos. Nunca se quejan de las injusticias a las que podrían ser sometidos
y de hecho se verán sometidos, ni piden juicio contra sus enemigos. Y la
Voluntad establecida de Dios seguía su curso.
Saulo
de Tarso creía sin temor a
equivocarse estar en la perfecta Voluntad de Dios persiguiendo a unos fanáticos
a los que quería borrar de sobre la faz de la tierra. Él creía servir a Dios
pero únicamente tenía una referencia religiosa de Él, no lo conocía. Hasta que la Voluntad de Dios se le interpuso
en el camino a Damasco y lo cambió. Y ¡vaya que lo cambió!, poniéndolo además en
una situación más bien de peligro para su subsistencia desde ese momento y por
el resto de su vida.
No veo en nada de lo que escribe ninguna
recomendación a que oremos por conocer una particular Voluntad de Dios para
nuestras vidas ni tampoco Él lo hace. Sabe que sufrirá y hasta morirá un día, toma
las precauciones que considera oportunas pero sencillamente se deja llevar por
la Voluntad de Dios hasta que le llega la hora de partir habiendo acabado su
carrera, más bien como estando consciente de que está llegando su hora y listo
para ella. Claro, viviendo desde el primer momento en la Voluntad de Dios y
conociéndola de hecho.
Continuará…