La Voluntad de Dios para mi vida (27°
Parte)
Escrito autóctono
Continuación…
Respecto a la Voluntad de Dios, Pablo mismo solo
nos recomienda que la comprobemos pero con un entendimiento renovado (Romanos
12: 2) porque a decir verdad, difícilmente cualquiera se dispondría a
ella así no más; hay que tener fe indiscutiblemente como le pasó a María. “…sin
fe es imposible agradar a Dios…” (Hebreos 11: 6). Más note que él habla
de comprobar algo que ya está con nosotros, una Voluntad (única) que ya existe
o fue revelada, no una que vendrá o llegará en algún momento posterior.
Efesios 5: 17 “Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad
del Señor”.
Ser entendidos… Me pregunto: ¿se podrá alcanzar el entendimiento de algo
con lo que no se cuenta o está escondido o en el misterio? ¿Podremos aprender o
interiorizar algo que no se conoce todavía? Ojo, no habla Pablo de ninguna
Voluntad definida como personal o particular que tenga que buscar cada quien,
sino que se refiere a la Voluntad de Dios (única) y nada más. En concreto este
versículo nos exhorta a que entendamos cuando algo es la Voluntad de Dios y
cuando no. Que sepamos diferenciar la situación. ¿Cómo diferenciaremos entre lo
que es y no es, una cosa u otra si no conocemos ya la Voluntad de Dios y su
extensión?
Es decir, para entender las situaciones, debemos tener a la mano los
elementos adecuados. Esos elementos son precisamente la Voluntad de Dios ya
revelada, su Palabra, la que está allí disponible y completamente abierta para
que caminemos en ella en cualquier situación. No hay nada más, ni nada nuevo,
ni nada personal que se nos deba revelar.
Encajan aquí muy bien las Palabras del apóstol según Col.
1: 9 y 10 “Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de
orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad
en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del
Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en
el conocimiento de Dios;”
Pablo no habla aquí en ningún momento de algo que se les revelará a
futuro o como que deban pedir para conocer, sino de algo que ya está
disponible, a la mano y han de estar asimilando para vivirlo evidentemente. Llama
la atención lo que producirá en ellos ese conocer (proceso de hacer propia) dicha
Voluntad: Ellos lograrán: 1- Andar como es digno del Señor; 2- Agradarle en
todo; 3- Llevar fruto en toda buena
obra; 4- Crecer (madurar) en el
conocimiento del Señor.
Continuará…