domingo, 3 de noviembre de 2019

La Voluntad de Dios para mi vida (31° Parte)


La Voluntad de Dios para mi vida (31° Parte)
Escrito autóctono

Continuación…

Avancemos.

Leemos en 1° Tes. 4: 3: “…la Voluntad de Dios es vuestra Santificación”.

No sé qué piensa usted de la santificación. Para muchos se trata de llegar a un punto tal de separarse para el Señor y dedicarse totalmente a Él que incluye no tocar nada del mundo. El término griego que se utiliza para la santificación se refiere a ser apartado o separado de algo. No sería problema, si para muchos no significara literalmente apartarse de los demás y no usar nada que provenga de los pecadores con tal de no ensuciarse, lo que es una pésima interpretación pues el significado se refiere más a no aliarse y no a aislarse.

Estoy completamente seguro que Dios no quiere convertirnos en unos ermitaños que deben irse a la montaña a cultivar hasta lo que se comen para no comprar nada de los impíos ni verse tentado en medio de ellos.

¡Esa es una visión muy corta, penosa y errada! 

Le pregunto: ¿quién más santo que el Señor? Y vino a nosotros. No nos trató de lejos, nos abrazó, se sentó a comer con nosotros, nos escuchó, lloró con nosotros, nos extendió su mano. Pero también fue duro con aquellos que se creían santos y miraban al resto como basura. Así que el mayor ejemplo respecto a santificarse es el Señor.

Él se relacionó con los pecadores pero no con sus obras. Y ellos lo amaron y al final muchísimos le siguieron y se salvaron.

Pero ¿acaso olvidamos la oración que Él hace respecto a los que creerían? (Juan17: 15) “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal

Así que el ejemplo y petición del Señor descarta todo intento de doctrinas demoníacas que lo quieren aislar a usted de la gente con el cuento de la santidad desde su perspectiva religiosa y tergiversada.

Nada de eso va con la santificación que sí expresa la Palabra sino que ésta es el proceso por medio de la cual asimilamos la vida de Dios en nosotros y la mostramos al mundo. Se trata de hablar sí de Cristo pero más de modelarlo a Él. No como muchos que parlotean y parlotean pero sus vidas dejan tanto que desear.

Continuará…