La Voluntad de Dios para mi vida (31°
Parte)
Escrito autóctono
Continuación…
Avancemos.
Leemos en 1° Tes. 4: 3: “…la Voluntad de Dios es vuestra Santificación”.
No sé qué piensa usted de la santificación. Para muchos se trata de llegar a un punto tal de separarse para el Señor y dedicarse totalmente a Él que incluye no tocar nada del mundo. El término griego que se utiliza para la santificación se refiere a ser apartado o separado de algo. No sería problema, si para muchos no significara literalmente apartarse de los demás y no usar nada que provenga de los pecadores con tal de no ensuciarse, lo que es una pésima interpretación pues el significado se refiere más a no aliarse y no a aislarse.
Estoy completamente seguro que Dios no quiere convertirnos en unos ermitaños que deben irse a la montaña a cultivar hasta lo que se comen para no comprar nada de los impíos ni verse tentado en medio de ellos.
¡Esa es una visión muy corta, penosa y errada!
Avancemos.
Leemos en 1° Tes. 4: 3: “…la Voluntad de Dios es vuestra Santificación”.
No sé qué piensa usted de la santificación. Para muchos se trata de llegar a un punto tal de separarse para el Señor y dedicarse totalmente a Él que incluye no tocar nada del mundo. El término griego que se utiliza para la santificación se refiere a ser apartado o separado de algo. No sería problema, si para muchos no significara literalmente apartarse de los demás y no usar nada que provenga de los pecadores con tal de no ensuciarse, lo que es una pésima interpretación pues el significado se refiere más a no aliarse y no a aislarse.
Estoy completamente seguro que Dios no quiere convertirnos en unos ermitaños que deben irse a la montaña a cultivar hasta lo que se comen para no comprar nada de los impíos ni verse tentado en medio de ellos.
¡Esa es una visión muy corta, penosa y errada!
Le pregunto: ¿quién más santo que el Señor?
Y vino a nosotros. No nos trató de lejos, nos abrazó, se sentó a comer con
nosotros, nos escuchó, lloró con nosotros, nos extendió su mano. Pero también
fue duro con aquellos que se creían santos y miraban al resto como basura. Así
que el mayor ejemplo respecto a santificarse es el Señor.
Él se relacionó con los pecadores pero no
con sus obras. Y ellos lo amaron y al final muchísimos le siguieron y se
salvaron.
Pero ¿acaso olvidamos la oración que Él
hace respecto a los que creerían? (Juan17: 15) “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”
Así que el ejemplo y petición del Señor
descarta todo intento de doctrinas demoníacas que lo quieren aislar a usted de
la gente con el cuento de la santidad desde su perspectiva religiosa y
tergiversada.
Nada de eso va con la santificación que sí
expresa la Palabra sino que ésta es el proceso por medio de la cual asimilamos
la vida de Dios en nosotros y la mostramos al mundo. Se trata de hablar sí de
Cristo pero más de modelarlo a Él. No como muchos que parlotean y parlotean
pero sus vidas dejan tanto que desear.
Continuará…