La Ofrenda de Abel Vrs
La Ofrenda de
Caín
¿Por qué una sí y la otra no?
Primera de dos partes
Escrito autóctono
“Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo
del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los
primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado
a Abel y a su ofrenda; pero no miró con
agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su
semblante”. Génesis 4: 3-5
El por qué una ofrenda agradó más
a Dios que la otra, parece fácil de contestar cuando leemos superficialmente este
pasaje de Génesis. Si la importancia radicara únicamente en la calidad de la
ofrenda, la diferencia está a la vista en la forma de preparación de una frente
a la otra. Sin embargo, hay algo más profundo que la Palabra nos quiere
enseñar.
Hebreos 11: 4 nos define la riqueza del hecho, la fe. Pero no
cualquier fe, sino el tipo de fe que llevó a Abel a preparar una ofrenda nada
común, una ofrenda de lo primero y más gordo de sus ovejas. Hebreos nos brinda
las pistas para mostrárnosla. No se trata de un conocimiento trivial acerca de
la fe sino la base que diferencia a la fe genuina de la fe engañosa que muchos no
saben distinguir. Si leemos los versículos previos del capítulo anterior (Hebreos 10: 26 en adelante), nos daremos
cuenta qué es lo que pretende el escritor al llevarnos al ejemplo de la fe que
procederá a compartirnos. Note que se trata de una advertencia, una llamada de
atención a los creyentes judíos pero de gran valor para nosotros los creyentes gentiles,
a tener mucho cuidado de cómo estamos tomando las ordenanzas de Dios; cómo estamos
creyendo en Él y obedeciéndole para avanzar y no para retroceder. El caso de Caín y Abel será una
gran lección que nos mostrará la actitud de quienes decimos conocer a Dios versus
lo que Él estableció como forma de conocerle, por lo que no solo nos
centraremos en Abel sino también analizaremos todo lo que no favoreció a Caín.
Comencemos.
Hebreos 11: 4 dice que Abel ofreció más excelente sacrificio que
Caín. Note que no dice: más excelente ofrenda. Esta es la primera y esencial pista
de la cual partimos. Hablar a los judíos de ofrendas u ofrendas-sacrificio, es
hablarles de algo que tienen muy claro a raíz de toda su historia, cultura y
religión.
Una ofrenda-sacrificio,
involucraba necesariamente derramamiento de sangre de una víctima. La sangre
posee la vida. Las frutas o legumbres también tuvieron vida (otra forma o clase
de vida) pero no una contenida en sangre, pues la sangre no las recorre. Por
ello si se iba a hacer una ofrenda sacrificial, el fruto de la tierra no tenía
cabida en esta ocasión.
Pero si esto es así, ¿por qué
Caín se empeña en presentar algo que no concuerda con lo que debían traer?
Definitivamente Caín quiso
imponer su propio criterio y no humillarse pero también pudo colocarse en una
situación de ignorancia por orgullo. Si vemos sus respuestas a Dios en Génesis
luego de aquel evento, se percibe una altanería en su comportamiento frente al
mismo Dios que más bien ralla en la prepotencia. Algo similar al caso de Saúl cuando
ofreció indebidamente holocaustos a Dios y decretó con ello el fin de su
reinado pues “hizo locamente” conforme las palabras de Samuel. (1° Samuel 13: 1-14). Creyó que como rey,
podía transgredir la ordenanza de Dios sin problema. Pero Saúl no aprendería de
aquella experiencia, sino que poco después vuelve a desobedecer a Dios
deliberadamente respecto a destruir a los Amalecitas y conserva supuestamente
lo mejor de su ganado para sacrificarlo como ofrenda a Dios lo cual terminó de
sellar su destino. (1° Samuel 15: 1-34).
Ahora, Caín no se abstuvo de
ofrendar lo cual es bueno. Por tratarse de un sacrificio, posiblemente hasta
hizo un altar -costumbre común a la hora de presentar un sacrificio-. Su
problema no fue tener claro el objeto de su culto, pues venía a Dios con su
ofrenda. Su gran error estuvo en su desenfoque a la hora de presentar ofrenda
sacrificial. ¿Qué había en su corazón a la hora de hacerlo? ¿Qué intención y
conocimiento real lo impulsaba?
La Palabra resalta dos cosas que
tenía la ofrenda-sacrificio de Abel para hacerla acepta:
1- Era más excelente. No se
trataba de una mera ofrenda buena o una víctima; cualquier buen animal hubiese
bastado, pero por su preparación y escogencia se trataba de algo más
trascendental;
2- Fue hecha con fe. Pero, ¿qué
fe?, Fe obediente fundamentada en el propósito Eterno de Dios, es decir
Testimonial, ya que involucraba sangre. Hebreos
11: 4. Debemos ampliar más esto en unos momentos. En Abel esa fe obediente,
es decir aquella que le daba el fundamento a lo que hacía; le permitió
presentar sacrificio más excelente y por lo tanto aceptable delante de Dios.
¿Hasta dónde venimos a Dios con
nuestras propias consideraciones o lo que pensamos son las consideraciones de Él sin habernos tomado el tiempo de revisarlas para estar seguros de que las conocemos? Sabemos que Dios no recibe
cualquier ofrenda, recibe aquellas que cumplen un propósito; el suyo. Tenemos
la responsabilidad de dar, pero también del por qué hacerlo, es decir, con el
fundamento correcto. En otras palabras, dar por costumbre o porque le piden,
sin discernir justamente su propósito o ignorándolo conscientemente, es una
afrenta. Quiere decir que no basta solamente con dar, ni dar para algo “bueno”; es
dar si la finalidad comprende los objetivos de Dios.
Continuará…