sábado, 23 de agosto de 2014

La Ofrenda de Abel Vrs La Ofrenda de Caín ¿Por qué una sí y la otra no?



La Ofrenda de Abel Vrs La Ofrenda de Caín
¿Por qué una sí y la otra no?  
Primera de dos partes
Escrito autóctono


“Y aconteció andando el tiempo, que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová. Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;  pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante”. Génesis 4: 3-5



El por qué una ofrenda agradó más a Dios que la otra, parece fácil de contestar cuando leemos superficialmente este pasaje de Génesis. Si la importancia radicara únicamente en la calidad de la ofrenda, la diferencia está a la vista en la forma de preparación de una frente a la otra. Sin embargo, hay algo más profundo que la Palabra nos quiere enseñar.

Hebreos 11: 4 nos define la riqueza del hecho, la fe. Pero no cualquier fe, sino el tipo de fe que llevó a Abel a preparar una ofrenda nada común, una ofrenda de lo primero y más gordo de sus ovejas. Hebreos nos brinda las pistas para mostrárnosla. No se trata de un conocimiento trivial acerca de la fe sino la base que diferencia a la fe genuina de la fe engañosa que muchos no saben distinguir. Si leemos los versículos previos del capítulo anterior (Hebreos 10: 26 en adelante), nos daremos cuenta qué es lo que pretende el escritor al llevarnos al ejemplo de la fe que procederá a compartirnos. Note que se trata de una advertencia, una llamada de atención a los creyentes judíos pero de gran valor para nosotros los creyentes gentiles, a tener mucho cuidado de cómo estamos tomando las ordenanzas de Dios; cómo estamos creyendo en Él y obedeciéndole para avanzar y no para retroceder. El caso de Caín y Abel será una gran lección que nos mostrará la actitud de quienes decimos conocer a Dios versus lo que Él estableció como forma de conocerle, por lo que no solo nos centraremos en Abel sino también analizaremos todo lo que no favoreció a Caín.

Comencemos.

Hebreos 11: 4 dice que Abel ofreció más excelente sacrificio que Caín. Note que no dice: más excelente ofrenda. Esta es la primera y esencial pista de la cual partimos. Hablar a los judíos de ofrendas u ofrendas-sacrificio, es hablarles de algo que tienen muy claro a raíz de toda su historia, cultura y religión.

Una ofrenda-sacrificio, involucraba necesariamente derramamiento de sangre de una víctima. La sangre posee la vida. Las frutas o legumbres también tuvieron vida (otra forma o clase de vida) pero no una contenida en sangre, pues la sangre no las recorre. Por ello si se iba a hacer una ofrenda sacrificial, el fruto de la tierra no tenía cabida en esta ocasión.

Pero si esto es así, ¿por qué Caín se empeña en presentar algo que no concuerda con lo que debían traer?

Definitivamente Caín quiso imponer su propio criterio y no humillarse pero también pudo colocarse en una situación de ignorancia por orgullo. Si vemos sus respuestas a Dios en Génesis luego de aquel evento, se percibe una altanería en su comportamiento frente al mismo Dios que más bien ralla en la prepotencia. Algo similar al caso de Saúl cuando ofreció indebidamente holocaustos a Dios y decretó con ello el fin de su reinado pues “hizo locamente” conforme las palabras de Samuel. (1° Samuel 13: 1-14). Creyó que como rey, podía transgredir la ordenanza de Dios sin problema. Pero Saúl no aprendería de aquella experiencia, sino que poco después vuelve a desobedecer a Dios deliberadamente respecto a destruir a los Amalecitas y conserva supuestamente lo mejor de su ganado para sacrificarlo como ofrenda a Dios lo cual terminó de sellar su destino. (1° Samuel 15: 1-34).

Ahora, Caín no se abstuvo de ofrendar lo cual es bueno. Por tratarse de un sacrificio, posiblemente hasta hizo un altar -costumbre común a la hora de presentar un sacrificio-. Su problema no fue tener claro el objeto de su culto, pues venía a Dios con su ofrenda. Su gran error estuvo en su desenfoque a la hora de presentar ofrenda sacrificial. ¿Qué había en su corazón a la hora de hacerlo? ¿Qué intención y conocimiento real lo impulsaba?

La Palabra resalta dos cosas que tenía la ofrenda-sacrificio de Abel para hacerla acepta:
1- Era más excelente. No se trataba de una mera ofrenda buena o una víctima; cualquier buen animal hubiese bastado, pero por su preparación y escogencia se trataba de algo más trascendental;
2- Fue hecha con fe. Pero, ¿qué fe?, Fe obediente fundamentada en el propósito Eterno de Dios, es decir Testimonial, ya que involucraba sangre. Hebreos 11: 4. Debemos ampliar más esto en unos momentos. En Abel esa fe obediente, es decir aquella que le daba el fundamento a lo que hacía; le permitió presentar sacrificio más excelente y por lo tanto aceptable delante de Dios.

¿Hasta dónde venimos a Dios con nuestras propias consideraciones o lo que pensamos son las consideraciones de Él sin habernos tomado el tiempo de revisarlas para estar seguros de que las conocemos? Sabemos que Dios no recibe cualquier ofrenda, recibe aquellas que cumplen un propósito; el suyo. Tenemos la responsabilidad de dar, pero también del por qué hacerlo, es decir, con el fundamento correcto. En otras palabras, dar por costumbre o porque le piden, sin discernir justamente su propósito o ignorándolo conscientemente, es una afrenta. Quiere decir que no basta solamente con dar, ni dar para algo “bueno”; es dar si la finalidad comprende los objetivos de Dios.  

Continuará…