sábado, 30 de agosto de 2014

La Ofrenda de Abel Vrs La Ofrenda de Caín - 2° parte y última



La Ofrenda de Abel Vrs La Ofrenda de Caín
¿Por qué una sí y la otra no? 2° parte y última
Escrito autóctono
Continuación…

Es muy probable que la mayoría de veces usted y yo hallamos presentado ofrenda a Dios simplemente porque se debe traer ofrenda, o porque nos la piden para “fines evangelísticos” o “sostenimiento de la obra de Dios”. Inclusive incontables ocasiones la damos sin más ni más, asumiendo sin preocupación ni cuestionamiento alguno que le darán una buena utilidad. Como quiera que sea, no hemos hecho más que afrentar a Dios con todas esas formas de dar. Suena duro, pero según la Palabra, es verdad. Siempre las ofrendas tuvieron un propósito obediente a las disposiciones de Dios, es decir que quien ofrendaba lo hacía en conocimiento de la ordenanza específica que Dios había dado para la presentación de aquella ofrenda. Entonces la ofrenda debía ser preparada con anterioridad fundamentada en la finalidad que daba la ordenanza expresa y no era cualquier ofrenda dada como quien saca de la bolsa lo que le sobra o le suena mucho para deshacerse de ello. El “Cada uno de cómo propuso en su corazón…”  ¿no le suena a preparación anticipada de lo que se dará?.

No se deje engañar ni se engañe a usted mismo, sintiéndose feliz porque da mucho o con culpa porque cree no dar lo suficiente, pues si bien la Palabra nos dice claramente que debemos dar con liberalidad y generosidad, la verdad es que el tamaño de su ofrenda no impresiona a Dios, sino la actitud obediente del corazón. Tampoco se “embarque* ” dando cuando le pidan; conozca bien el corazón de Dios sobre el uso de los recursos en su casa tal como lo plantea todo el Nuevo Testamento y dé con ese fin para hacerlo de acuerdo a la voluntad de Él y no por la de quienes le piden.

Continuando, vemos que la Biblia no menciona fe en Caín a la hora de traer su ofrenda sacrificial, pero tampoco la descarta. Si lo analizamos, Caín tiene los elementos de la fe pues cree en Dios; no duda de su existencia (Hebreos 11: 6) y hasta le dedica ofrenda, bien que mal. Pero eso no es suficiente. Dios la rechazó porque no era lo que esperaba de él a razón de lo que esta vez significaba. No tenía ni la excelencia ni el contenido del propósito divino que representaba la fe genuina. Pasa por alto que aquello no era solo presentar una ofrenda sino un sacrificio, como insiste Hebreos. 11: 4.

Este sacrificio en que se haría derramamiento de sangre, significaba remisión de pecados (apuntaba a la obra eterna y salvífica del Cordero inmolado). Sin duda Abel y Caín debían tener referencia de ello por todo el antecedente de lo que había ocurrido con sus padres. Presentar ofrenda-sacrificio a Dios no se lo estaban sacando de la manga. Era un verdadero ritual de testimonio que sin lugar a dudas habían tenido que aprender de sus padres de una u otra manera.

Note otra pista que Hebreos 11: 4 nos brinda: la palabra "Ofrendas" en plural y no “ofrenda”, como si se tratara de algo aislado o que se diera a partir de esa ocasión. Abel y Caín ya habían tenido probablemente muchas ocasiones para presentar ofrendas a Dios y es perfectamente seguro que Caín hubiese traído ofrendas del fruto de la tierra que Dios sí habría aceptado como que Abel hubiese presentado cualquier oveja de su manada. De hecho las ofrendas podrían haberse extendido a otras cosas que ellos poseyeran y hubiesen querido dedicar a Dios.

Pero esta ocasión, a diferencia de las otras, representaba un ritual importante de Testimonio y no la simple pero buena costumbre de ofrendar. Traerían un sacrificio para derramar su sangre que a su vez testificara y resultara en agrado delante del Señor. Hebreos 12: 24.

Para Caín esta bonita oportunidad de sacrificio testimonial, vino a convertirse en una afrenta a Dios. Note las palabras que el Señor le dice en Génesis: 4:7. Caín sabía y podía hacer bien por lo que Dios se lo reprocha mostrándole la consecuencia de no hacerlo. Es interesante de que Dios, al menos hasta este momento, desecha la ofrenda y actitud de Caín y leemos a continuación una muestra de su gran misericordia en acción, abriéndole la posibilidad a Caín de que hiciera las cosas bien. Dios desecha su ofrenda pero no a él, ni le condena. Ejemplo de lo que Dios quiere hacer con los pecadores, no desea su pérdida sino su salvación.

La Palabra nos enseña que las ofrendas testifican bien o mal de quienes las traen, a veces por la ofrenda en sí, pero más que todo por lo que las motiva, por su trasfondo, por el propósito por el cual se dan. Recordemos la pequeña pero admirable ofrenda de la viuda en el templo que llamó la atención de Jesús.

La ofrenda que se refiere a un sacrificio de sangre, ésta sangre habla, y podría testificar tanto de redención como de juicio: Gén. 4: 10; Heb. 12: 24; 1º Juan 5: 8; Apoc. 6: 9-11.

Reitero, hoy día hay quienes vienen a Dios por sus propios conceptos y formas y no únicamente por los de Dios. Inclusive a la hora de ofrendar, hay quienes dan a Dios a su manera pero no como deben hacerlo ni de acuerdo a la manera de Dios. Esto sigue desagradándolo y puede exponer a muchos a juicio por ignorar deliberadamente lo que Dios ordena.

Caín terminó siempre realizando un sacrificio de sangre, pero de nuevo no el que Dios esperaba sino de manera injusta: mató a su propio hermano. Este sacrificio también habló (testificó) pero ya no de redención sino de juicio y condenación contra Caín.

En todo esto, la enseñanza básica se refiere a dos cosas importantes que deben impregnarse en nosotros: Lo primero evidentemente la fe, pero no cualquier fe sino aquella que tiene base sólida, si no, es nada. La fe con "bases ajenas" son reprobadas delante de Dios y reprochables por Él, además de que exponen a juicio. Y es que mucho de lo que podríamos estar haciendo dizque “inocentemente” o “con la mejor de las intenciones” podríamos estarlo haciendo con nuestra propia fe por no darnos a la tarea de revisar lo que Dios pide. Esto nos tiene evidentemente haciendo las cosas con la fe incorrecta. No se trata solamente de tener fe, sino la que descansa en lo que Dios establece.

Algunos ejemplos de fe corrompida o fe que debemos revisar son:

La fe fingida. Esta ni funciona, ni agrada a Dios, pues es fe engañosa. Debe ser  fe no fingida es decir fe cierta o genuina.
1º Tim. 1: 5
2º Tim. 1: 5

La fe fundada en la sabiduría de los hombres (mala fe), También es fe que nada tiene que ver con Dios. Aquella que es planteada por principios, valores y objetivos humanos.
1º Cor. 2: 5

La fe desatendida. (Aquella que no está bien fundamentada). Debemos auto examinar nuestra fe.
2º Cor. 13: 5

La fe diabólica (la de los demonios). No se trata solo de creer, se trata de creer correctamente.
Santiago 2: 19


Lo segundo pero no menos importante a aprender, es que debemos presentar ofrenda escogida para Dios, algo verdaderamente especial que cumpla el propósito de Dios, nunca y repito nunca algo según nuestros propios conceptos, intereses, necesidades o motivaciones, porque sea cual fuere nuestra ofrenda,  ella hablará (testificará) a nuestro favor o en nuestra contra.



*Término usado en Costa Rica para designar que una persona metió a otra en situación riesgosa.