sábado, 20 de septiembre de 2014

Los estereogramas


Los estereogramas
Escrito autóctono



Mateo 13: 11 “El respondiendo, les dijo: Porque a vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado.”

Marcos 4: 12 “para que viendo, vean y no perciban; y oyendo, oigan y no entiendan; para que no se conviertan, y les sean perdonados los pecados.”

Hechos 16: 14 “Entonces una mujer llamada Lidia, vendedora de púrpura, de la ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios, estaba oyendo; y el Señor abrió el corazón de ella para que estuviese atenta a lo que Pablo decía.”


Hace algunos años se dieron a conocer tan asombrosas imágenes en periódicos y revistas.

Quizá el nombre no le diga mucho, pero las identificará como aquellas que poseen  figuras tridimensionales ocultas conformadas por mezclas multicolores. En internet ahora se encuentran muchísimas.

Recuerdo que para quienes habían logrado observarlas, se trataba de una verdadera maravilla de la impresión que les permitía disfrutar de una figura o escena congelada en tres dimensiones. Interesantemente no era necesario utilizar ningún filtro o gafa especial para poder observarlas, eran suficientes la paciencia y quizá uno que otro “truco” óptico de colocación de la vista, para propiciarnos la satisfacción de ser uno más de los “privilegiados” por mirar con facilidad lo que otros con muchísimos intentos fallidos no las alcanzaban a contemplar.

En medio de todo, había quienes inventaban recetas para poder observarlas, otros incrédulos en su desespero pensaban que les estaban tomando el pelo y muchos otros no se daban por menos diciendo que veían más de lo que realmente mostraban las imágenes. Algunos decían que les provocaba dolor de cabeza o cansancio en la vista por tanto esfuerzo y finalmente, muchos hasta el día de hoy no las han podido ver.

¿Saben?, alguien me contó que aunque lo había intentado por muchos años, un día, sin siquiera pensarlo, de pronto se encontró un estereograma por allí y rápidamente logró verlo. Esto por supuesto no garantiza que le pase de la misma manera a todo aquel que lo quiera porque parece ser que no basta solo con desearlo.

Lo que si es cierto es que con la práctica, ver un estereograma cualquiera, llega a convertirse en algo natural y sin mayor esfuerzo gracias al correcto y memorizado enfoque visual.

Comparto esto porque se me hace tan similar a lo que ocurre con las Escrituras. Ellas poseen en sí mismas revelación de Dios la cual es impenetrable por medios humanos. Sólo y únicamente a aquellos a los que Dios por su soberana voluntad les permite acceder para comprender con profundidad su propósito eterno. Y es que soy del criterio de que aún la misma iglesia revelada como cuerpo de Cristo junto a toda su funcionalidad, no puede percibirse desde la óptica humana y ni siquiera religiosa.

Claramente la Palabra de Dios enfatiza que debemos andar por fe y no por vista; en otras palabras, en lo que concierne a las cosas de Dios, como que lo natural no nos sirve de mucho o realmente de nada. Por ello también se recalca en ellas que sin fe es imposible agradar a Dios. Recordemos que no es con este entendimiento humano que podremos comprender pues la Palabra dice en 1° Corintios 2: 14: “Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente”.

Cristo fue revelado a la humanidad como hombre hace 2000 años. Él era Dios manifestado en carne, sin embargo muchos le escucharon, oyeron sus enseñanzas, anduvieron con él, le miraron en carne, pero no les fue revelado a su espíritu. Los dos ladrones en la cruz tuvieron exactamente la misma oportunidad de conocerle, más a uno le fue revelado y al otro no. Los dos sabían que aquel hombre era santo y poderoso, pero solo uno estuvo para recibir la revelación de quien era en verdad.

Leer la Biblia puede dejarle un bonito pensamiento, consejo o motivación a cualquiera que la lea, pero eso no quiere decir que su revelación le está abierta necesariamente. Cuando uno escucha a cualquier persona ajena refiriéndose a las Escrituras o a un ateo hablando necedades con la Biblia en la mano, creen que pueden acceder a ella como si se estuviera leyendo el Quijote o Las mil y una noche. Por eso para ellos no deja de ser un libro común, y para sus seguidores, el tragar engaño como si les hablasen entendidos. La Palabra de Dios no se abrirá a nosotros solo por desearlo o por que escuchemos a alguien hablando de ella pues ocurre que su Eterno Autor la descodifica en los corazones que Él quiere y cuándo Él lo quiere. Ningún otro libro en toda la historia humana tiene tal poder e interacción con aquellos a quienes se expone pues no solo interviene lo profundo del hombre sino lo profundo de Dios y es Dios quien tiene la llave de acceso a esas dimensiones. Eso es lo que no entienden muchos.

Podríamos ver de frente físicamente a Cristo pero no sernos revelado. Cristo lamentó sobre Jerusalén el que su pueblo no le conoció ni comprendió su visitación. Lucas 19: 41-44

Al igual que a la Palabra, ver o no un estereograma no tiene relación con inteligencia o capacidad cerebral de nadie, con hacer “bizco” o usar lentes especiales, con ser de tal o cual raza, ser hombre o mujer, pequeño o grande, rico o pobre. Los estereogramas tienen su explicación científica, de hecho son montajes realizados con programas que mezclan figuras de fondo negro denominadas DEPTH MAPS con bases llamadas TEXTURAS cuyo producto nuestro cerebro logra penetrar y entremezclar utilizando cierta técnica visual, para mostrarnos esa tridimensionalidad que las caracteriza.

No obstante, con tenerlos frente a nuestros ojos y sepamos instructivamente cómo hacer para verlos, no quiere decir que los podamos ver.  No es hasta que -de manera figurada- “se nos revelen” que podremos disfrutarlos y fascinarnos con ellos.

Dios nos tenga por dignos de recibir su revelación.




sólo como referencia.