domingo, 14 de enero de 2018

Llevad mi yugo sobre vosotros… (1° Parte)

Llevad mi yugo sobre vosotros…  (1° Parte)
Escrito autóctono

Llevad mi yugo sobre vosotros y aprended de mí que soy manso y humilde de corazón y hallaréis descanso para vuestras almas, porque mi yugo es fácil y ligera mi carga”. Mateo 11: 29

Compartía hace unos días con unos hermanos amigos, (miembros del cuerpo de liderazgo de sus respectivas congregaciones de la iglesia tradicional cristiana) y varios de ellos por no decir todos andaban sumamente cargados con los problemas propios del desarrollo de sus responsabilidades en la obra y relaciones con sus pastores. Otros sumaban a sus ya dificultosas vivencias cristianas en el servicio al Señor los problemas familiares y de trabajo.

Creo que usted entenderá como yo esas situaciones y lo desgastante que resulta afrontarlas.

Encima se deben tratar “cristianamente” intentando no perder la compostura en el camino.

Entonces en medio de todo eso que se vive en los ambientes tradicionales, invaden las preguntas clásicas: ¿Qué es esto?, ¿Por qué muchos de los creyentes compañeros en el servicio con que nos relacionamos se hacen tan difíciles en la convivencia? ¿Seré yo el que tengo problemas? ¿Dios me puso en esto o me metí yo?

Por lo consiguiente, esto conlleva -en los casos más extremos- a los desánimos, las murmuraciones, y como último recurso desistir, alejarse y hasta no volver a servir.

¡¿A cuántos hemos visto así y tan repetitivo aquí o allá que parece no tener fin?! Posiblemente estoy describiendo el caso de alguno de nuestros lectores.

Si lo ponemos en el plano de la simple vida cristiana sin necesariamente tener “un puesto” de servicio, la cosa no parece cambiar porque todos se encuentran literalmente en una lucha encarnizada diaria con sus tentaciones, relaciones interpersonales o con dificultades con otros hermanos o hasta inconversos.


Continuará…