domingo, 5 de septiembre de 2021

Conversando con los pecadores 10°Parte

Conversando con los pecadores 10°Parte

Continuación

Para identificarnos con él, debemos aprender a hablar siempre en primera persona. “soy pecador”, “comprendo que Dios me ama y quiere ser mi amigo”, “Él me ha recibido a pesar de mi pecado”, “entendí por lo que dice su Palabra que me perdí y él envió a su Hijo para buscarme”, “desde que creí experimento su gracia porque reconozco diariamente mi pecado y se lo confieso”, “creo en lo que Dios dice”, “Él me cambia cada día si pongo en sus manos mi vida”, etc.  Todo esto nos pone en un presente constante y no como que ya logramos todo por encima de los demás. Esta forma de hablar le permite al inconverso pensar que tiene oportunidad ahora mismo, y no lo hace sentir excluido. Puede comprender que no lo estamos ni señalando ni mucho menos condenando. Debemos “narrarle” al inconverso la forma en que personalmente hemos asimilado el plan de salvación y cómo esto ha sido tan bueno para nuestra vida y nuestro entorno. Todo -reitero- como experiencia personal.

Algo de suma importancia es que debe quedarle claro que lo que le estamos diciendo no es solo información, sino que es una realidad, una puerta abierta que demanda una decisión de nuestra parte de creer y de tomar lo que Dios nos está ofreciendo para ser aceptados por Él, sí  aceptarnos. Qué importante!... no somos nosotros quienes le aceptan sino Él que nos acepta a nosotros pues en la realidad somos nosotros quienes estamos afuera hambrientos, andrajosos y muriéndonos de frío y necesitamos que nos abran.

Se trata de comprender cómo estamos, de creer en que sí nos quiere recibir y accionar.

El inconverso debe percatarse de que significa una oportunidad muy atractiva porque lo es, y fácil de obtener porque también lo es. No por ello hay que tomárselo en poco. Entre palabras debemos reforzar con los ya pasajes conocidos que sabemos de memoria y las promesas que vemos en la biblia una vez que hemos tomado este regalo de Dios si optamos por él por supuesto. Mezclar de buena manera la Palabra en lo que hablamos, sabemos que tiene poder y vida y jamás debemos obviarla. Ella es elemental.

Y en definitiva la sinceridad juega un papel importante.

continuará