El espíritu de Diótrefes
Escrito autóctono
“Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el
primer lugar entre ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo fuere, recordaré
las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento
con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo
prohíbe, y los expulsa de la iglesia”. 3° Juan 1: 9-10
Son muchas las cosas que nos
enseña la Palabra
de Dios para que sepamos reconocer todo cuanto pudiese no andar bien respecto a
quienes se dicen tener el llamado de parte de Dios para cuidar a la grey.
La carta en cuestión es escrita alrededor del año 85 de
nuestra era, siendo Juan el apóstol un hombre entrado en años ya que bien
podría andar por quizá unos 65 a 75 años y se encontraba, de acuerdo a
algunos estudios, en Efeso. La carta está dirigida a Gayo, quien se cree es el
mismo que creyó al evangelio por el ministerio de Pablo y fue luego su
compañero fiel y líder posterior en la iglesia. Si es él, este Gayo vivió en
Derbe (que bien podría ser nativo de Macedonia) y estuvo con Pablo en la
revuelta que se sucedió en Efeso muchos años antes (Hechos 19: 29) por lo que
debe haber conocido muy bien cómo crecía la iglesia y su situación en las
diferentes regiones de Turquía años después, desde algún sitio no muy lejos de
Efeso. Hago el comentario porque en el mensaje que escribe Juan a la iglesia de
esa región en Apocalipsis, el Señor elogia curiosamente el que ellos han sabido
detectar y reconocer a falsos líderes. (Ap. 2: 1-7)
En la época en que Juan escribe esta carta, la iglesia del Señor ya cuenta con muchos conversos en todo el imperio romano, crece y se fortalece por todas partes; de hecho la joven iglesia del Señor cuenta ya con poco más de 50 años. Para ese entonces ya ha ocurrido hará unos 15 años, la destrucción de Jerusalén por Tito. Pablo y los demás apóstoles ya están con el Señor siendo Juan el último de ellos. Es momento igualmente en que han surgido nuevos líderes entre los cuales hay muchos que continúan fielmente en las doctrinas apostólicas obedeciendo los mandamientos del Señor y creciendo en la gracia del Señor Jesucristo, como es el caso de Demetrio, descrito en esta misma carta o el mismo Gayo. En pocos años sobrevendrá otra gran persecución en que arrestarán y enviarán a Juan a
Diótrefes es el vivo ejemplo de
aquellos lobos rapaces que ingresaron al redil fingiéndose mansas ovejas pero
con la oculta intención de tomar la primera oportunidad que tuviesen. Es uno de
los hasta ese momento no muchos casos, pero suficiente para alertarnos.
Según vemos en todo el Nuevo Testamento,
los dirigentes de la iglesia nunca fungieron como señores ni manipulaban a los
hermanos en ninguna manera. Su labor era cuidar de ellos y hacerlo como quien
administra los asuntos de otra persona sabiéndose no dueños en lo absoluto de
nada sino más bien servidores.
Sin embargo este Diótrefes hizo
de la iglesia su territorio particular y posesión. No le importó de acuerdo a
lo que escribe el apóstol, que Cristo debía ser el único Señor y quien debía tener
el primer lugar. Usurpó su sitio. Además, en vez de servir a los hermanos, los
esclavizó bajo su dominio manipulándoles al grado de la expulsión si no hacían
lo que él les decía y mandaba.
Todo en medio de además
centralizar en él la Palabra
e intentar poner a los hermanos en contra de aquellos que eran genuinos
hermanos quienes verdaderamente si se preocupaban por ellos.
Cualquiera podía decir que esta
comunidad de hermanos estaba condenada a vivir bajo el dominio de este
dignatario del diablo, pero en definitiva había allí hermanos que no se dejaban
dominar por él. Muchos inclusive le enfrentaban no haciendo lo que él les decía
y con toda seguridad el Señor tomó cartas en el asunto cuando llegaron aquellos
que si estaban al cuidado de los hermanos, incluyendo al mismo Juan.
Aún así, Diótefres debe haber
arrastrado a algunos con él como suele suceder en estos casos para continuar su
malévola vida de engaño y control en otro sitio. De manera similar ya estaba ocurriendo en otras regiones.
El espíritu de Diótrefes impresionante
revivió en nuestros tiempos. Al igual que en aquella época muchos se levantan
usurpando el señorío de Cristo mostrándose como siervos de él pero buscando su
oportunidad de usar el reino para su propio provecho. Falsos, hijos del maligno
que tienen veneno demoníaco en su sangre. Muchos ya construyeron sus propios
reinos sobre las espaldas de hermanos aparentando piedad pero negando la
eficacia de ella.