La prueba de la Verdad
(13° y última parte)
Escrito autóctono
Continuación…
Más versículos del tema tratado:
1° Juan 2: 9-11 “El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está
todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en
él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda
en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los
ojos.”
1° Juan 3: 10 y 11; 14-19; 23 “En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo:
todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de
Dios. Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que
nos amemos unos a otros.
Nosotros sabemos que hemos pasado de
muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano,
permanece en muerte. Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y
sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. En esto
hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros
debemos poner nuestras vidas por los hermanos. Pero el que tiene bienes de este
mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo
mora el amor de Dios en él? Hijitos míos, no amemos de palabra ni de
lengua, sino de hecho y en verdad. Y en esto conocemos que somos de la
verdad, y aseguraremos nuestros corazones delante de él;
Y este es su mandamiento: Que creamos
en el nombre de su Hijo Jesucristo, y nos amemos unos a otros como nos lo ha
mandado.
1° Juan 4: 7 y 8; 11 y 12; 16 y 17; 20 y 21 “Amados, amémonos unos a otros; porque
el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a
Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
Amados, si Dios nos ha amado así,
debemos también nosotros amarnos unos a otros. Nadie ha visto jamás a
Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios permanece en nosotros, y su amor se ha
perfeccionado en nosotros.
Y nosotros hemos conocido y creído el
amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor; y el que permanece en
amor, permanece en Dios, y Dios en él. En esto se ha perfeccionado el amor
en nosotros, para que tengamos confianza en el día del juicio; pues como él es,
así somos nosotros en este mundo.
Si alguno dice: Yo amo a Dios, y
aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha
visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos
este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano.”
2° Juan 1: 4-6 “Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando
en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre. Y ahora te
ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos
tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros. Y este es el amor, que
andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como
vosotros habéis oído desde el principio.”
Fin