¿Se trata entonces de satanizar un local? Parte 8
Continuación…
En alguna ocasión anterior hace mucho, hablé de esa situación sobre qué deberíamos hacer con los locales. En la era moderna estos se convirtieron en activos levantados con recursos de los santos y continúan siéndole una carga. Por eso cualquier cosa que hagamos con esos edificios, deberían estar beneficiándoles. Así que, ¿por qué no los ponemos a producir?
Podrían convertirse en centros de enseñanza para formar a las personas, brindándoles costos muy accesibles. Podrían ponerse en alquiler a otros grupos de creyentes que quieran seguirse reuniendo a la manera tradicional porque para ellos eso sigue siendo iglesia. Podrían ofrecerse en alquiler para eventos tipo convenciones o charlas. En fin, todo cuanto genere recursos que por supuesto contribuya en su mantenimiento, quizá genere trabajo para los mismos santos y cuyas ganancias sean utilizadas para expandir el reino y atender las necesidades de los santos que los edificaron. Eso estaría mejor que mantenerlos cerrados el 90% del tiempo y gravando a los santos con su mantenimiento. Hay mucho que se podría hacer verdaderamente beneficioso con esos locales.
Y cuando necesitemos aprovechar la enseñanza de un maestro de la Palabra que nos bendecirá con su denuedo y lo recibido de Dios, para ello ocupamos un lugar grande que pueda albergar a la mayor cantidad de santos con las condiciones favorables para cómodamente recibir ese tremendo discurso y bendición.
O quizá requiramos reunir a la mayor cantidad de santos para la toma de decisiones como cuerpo de Cristo. Solo para eso un edificio físico grande, o un lugar de gran capacidad según la Palabra, es útil. Ambos requerimientos podrían solucionarse usando esos edificios, pero no necesitamos edificarlos propios si no los tenemos.
Y cuando se utilicen, todos los reunidos allí deben asumir los gastos que produzca específicamente el momento. Pero eso no definirá jamás ningún edificio como casa de Dios, ni lo santificará, aunque todos los santos se metan en él, ni pretenderemos seguir metidos todos allí.
Continuará…