domingo, 12 de julio de 2015

Versículos… ¿controversiales? 8° parte



Versículos… ¿controversiales?  8° parte
Escrito autóctono

Continuación…


La Función Apostólica

Sobre el liderazgo apostólico de Pablo sobre la iglesia

La gran mayoría de los movimientos eclesiales modernos dicen que:
1.       La Biblia plantea que Pablo usaba de exigencia 2° Cor. 9: 5
2.       La Biblia plantea que Pablo usaba de severidad 2° Cor. 13. 10
3.       La Biblia plantea que Pablo demandaba obediencia al punto de la separación  2° Tes. 3: 14 y 15
4.       La Biblia plantea que Pablo daba órdenes 1° Cor. 7: 17; 16: 1; 2° Tes. 3: 6, 10.
5.       La Biblia plantea que Pablo mandaba (como quien dicta órdenes) “mando, jefatura” 1° Cor. 7: 10; 1° Tes. 4: 11; 2° Tes. 3: 4, 12; Tito: 1: 5
6.       La Biblia plantea que Pablo se atribuía mandamientos 1° Cor. 7: 12 “Yo digo, no el Señor...”
7.       La Biblia plantea que Pablo se sentía el más importante de los apóstoles recalcando su trabajo mayor que el de ellos y aún no consultándoles nada 1° Cor. 15: 10; Gal. 1: 15 -17


¿Cómo respondemos a cada una de estas supuestas validaciones de control o manejo de asuntos en la iglesia por parte de los apóstoles y/o cualquier interpretación de maltrato a algún creyente?

Nunca antes en la historia habíamos experimentado un renacimiento apostólico de tantas proporciones como hoy. (Buena noticia diría alguien por allí). En un momento dado, se dio un brote de la función apostólica tan desmedido, que casi no había ningún movimiento que no tuviese uno o varios apóstoles como sus máximos representantes. Inclusive se vio como el siguiente escalón de mando al cual subir para muchos líderes y aún pastores. Sin embargo, se vino lo que era de esperar, terminamos viendo hombres y mujeres seducidos por el poder y la fortuna que eso supuestamente significaba, corrompiendo la figura apostólica y denigrándola a casi una estrella de Hollywood.

Pero dicha importante función más que brillar y sobresalir, debía ser una que definiera un ejemplo mayor de servicio y trabajo arduo por causa de la cruz, tal como el más grande de los apóstoles conocido : el mismo Cristo (Hebreos 3: 1). Entre los hombres, el nombre más sonado es sin duda alguna el apóstol Pablo. Su titánica labor también fue de la mano con su titánica humildad. Su obra, difícilmente emulada por cualquiera de los otros apóstoles, quedó como un registro de lo que Dios aún pondría como ejemplo de un verdadero apóstol. Su vida es y seguirá siendo la mejor referencia de alguien llamado y constituido por el mismo Cristo para desarrollar el apostolado.

Hoy quienes así se hacen llamar no llegan ni a los tobillos de su obra, ni de su ejemplo. Pero todos se toman de él para justificar lo que él nunca hubiese hecho, ni le pasó por la mente jamás.

Veamos los argumentos uno a uno:

“La Biblia plantea que Pablo usaba de exigencia “ 2° Cor. 9: 5

2° Cor. 9: 5 “Por tanto, tuve por necesario exhortar a los hermanos que fuesen primero a vosotros y preparasen primero vuestra generosidad antes prometida, para que esté lista como de generosidad, y no como de exigencia nuestra.”

El argumento para poner las cosas en claro es breve y directo.

Pablo no está diciendo aquí que él es exigente o que exige la ofrenda de los hermanos, sino que desea ponerlos sobre aviso para que preparen su ofrenda como una bendición o generosidad y no como algo obligado ni siquiera por ellos pues eso nunca tuvo esa connotación. Tan es así que no se nombra la tal “exigencia” en ningún otro pasaje de la Palabra. Finalmente esa es la confianza que ellos le han hecho sentir según los versos 1 y 2 del pasaje. Solamente quiere asegurarse no tomarlos desprevenidos al llegar. ¿Acaso debemos interpretarlo de otra forma para justificar una actitud que realmente no existe en Pablo?

Muy  importante notar por cierto la finalidad de las ofrendas que él esta promoviendo. No son para su uso, ni para su obra, ni para sus gastos personales apostólicos, ni para sus necesidades “ministeriales”, ni para sus proyectos de extensión “ministerial”, ni para su estabilidad y seguridad económicas. Tampoco para cubrir los gastos de sus “campañas evangelísticas” en toda Asia. ¡SON PARA LOS SANTOS NECESITADOS DE JERUSALEN!  ¿Alguna duda?


“La Biblia plantea que Pablo usaba de severidad en algunos casos” 2° Cor. 13. 10

2° Cor. 13. 10 “Por esto os escribo estando ausente, para no usar de severidad cuando esté presente, conforme a la autoridad que el Señor me ha dado para edificación, y no para destrucción.”

Es conocido por todos el desorden que imperaba en la iglesia de Corinto. Pablo es claro con respecto a lo que ha recibido de parte de Dios. Su posición es firme. Esta es una enseñanza para todos aquellos a quienes Dios otorga alguna responsabilidad en su iglesia. En lo concerniente al orden de Dios y su doctrina, se debe tener la seriedad en decir y hacer las cosas tal como Dios lo ha planteado y no a medias tintas pues la iglesia es columna y baluarte de la verdad (1° Tim. 3: 15). Esta actitud puede no ser muy bien recibida por algunos, pero debe de tenerse esa claridad para no dar ventaja al enemigo. Si miramos lo que Pablo le dice a Timoteo y a Tito en sus cartas, les plantea igual actitud y convicción. (1° Timoteo 1: 3 y 4, 19 y 20; Tito 2: 15; 3: 8, 10). Ahora, esta severidad no significa necesariamente la dureza de un regaño como quien golpea, sino firmeza para rectificar la conducta pues como dice el versículo, no se concede a nadie autoridad para destruir sino para edificar. ¿Cuál es el sentido de esto? Si analizamos la palabra “severidad” incluye en su significado y sinónimos en nuestro idioma los términos rigurosidad, inflexibilidad, rigidez, seriedad, intolerancia, aplomo. Actitudes firmes que deben ser la característica de cómo ha de tratarse todo asunto concerniente a la enseñanza y aplicación sana de la doctrina de Dios. Esto no quiere decir de ninguna forma una recomendación o permiso para ser áspero, intolerante, grosero, malhumorado, brusco, como temperamentos humanos para tratar a los demás. Una cosa nada tiene que ver con la otra. Dicho de otra forma, la Verdad de Dios, su Palabra, su doctrina; debe de imponerse categórica y enérgicamente con la pureza e integridad que le significa y no adaptada al medio por conveniencias pero con ternura (2º Cor. 10: 1; 1º Tes. 2: 7). Esa es la severidad de la que se habla. Tiene todo el respaldo de la autoridad divina que busca llamar al arrepentimiento con prontitud y no necesariamente vetar para condenación.


Continuará…