Lo que Dios bendice y lo que nosotros bendecimos (1º
parte)
Escrito
autóctono
Bendición;
palabra muy usada por muchos pero a ciencia cierta gran cantidad no comprende
su significado.
La
bendición de manera simple, es todo cuanto nos produzca sentimientos de
satisfacción y estado de bienestar en el marco de la pureza. Podríamos decir que se refiere a todo lo bueno que
recibimos o que nos pasa. Resalto la pureza, porque
hay cosas que brindan bienestar y deleite que no son necesariamente bendición y obedecen a apetitos de la
carne más que otra cosa.
Por
ejemplo llamamos bendición a la salud, al alimento que Dios pone en nuestras
mesas, a la inteligencia que Dios nos da. Llamamos bendición a un nuevo día que
se nos permite vivir, a la vida misma, al aire que respiramos; llamamos
bendición a tener buenos hijos, a ser amados, a compartir con personas que nos
aprecian, a tener buena relación con nuestros semejantes, a lograr un sueño por
el que luchamos, a dormir bien, a salir y regresar con bien. Llamamos bendición
a tener económicamente lo necesario cuando se necesita, al techo que nos cobija,
a la mano que se extiende a ayudarnos.
Pero
hay cosas que parecen no ser buenas que se tornaron en bendición para alguien como por ejemplo no lograr
tomar el autobús a tiempo y enterarse después que tuvo un accidente serio donde se produjeron heridos.
Dice
la Palabra de Dios que: “Toda buena
dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre...” (Santiago 1: 17) y que Dios tiene
pensamientos de paz y no de mal para nosotros (Jeremías 20: 11).
Conociendo
a Dios comprendemos que Él hizo todas las cosas pensando en que pudiésemos
estar bien, que fuésemos plenos y tuviésemos felicidad. Mirándonos en nuestra
condición pecaminosa, hizo todo cuanto estuvo en sus manos para no dejarnos así
ni que nos perdiéramos, entregó hasta su posesión más preciada por nosotros, a
su hijo.
Así
que la fuente de toda bendición es Él. Al amarnos decidió darnos todas sus
bendiciones y son las que disfrutamos día a día por medio de Cristo.
Continuará…