domingo, 11 de diciembre de 2016

El precio de vivir la verdad según la piedad. (9° parte)




El precio de vivir la verdad según la piedad. (9° parte)
Escrito autóctono

Continuación.

Pero entonces ¿Cómo se compagina la verdad que es según la piedad que no es opulenta con una vida como la descrita?

Es simple, cuando la vida no depende de las riquezas y estas no controlan el corazón de la persona. Vuelva a leerlo: 1° Juan 3: 17 y 18

Muy diferente a eso es que usted pretenda la riqueza de manera ilegal o peor aún: a costa del reino. Y en esto debo ser todo lo claro que se necesita. Si Dios le ha otorgado un don y usted lo usa para lucrar, definitivamente está errado. “…de gracia recibisteis, dad de gracia.” dijo el mismo Señor (Mateo 10:8). Pero aquí no voy a ser un “legalista” que critica todo cuanto no sea gratis en las cosas del Señor. Debo ser igualmente todo lo honesto que se debe porque no todo en el extender el reino es gratis evidentemente.

Cuando digo “lucrar” me refiero a hacer riqueza y procurarla del reino. 

Hago la salvedad a aquellos a quienes el Espíritu ha señalado para que vivan del Evangelio por su arduo trabajo en él. Por supuesto ese “vivir del Evangelio” no atropella el principio del vivir la verdad según la piedad que no es usurera, ni avara, sino prudente. Todo lo que excede a eso, no proviene de Dios.

Todo cuanto hagamos para Dios procurando comunicar su mensaje o hacer lo que nos pide, debe ser tan gratis como el aire para aquellos a quienes va dirigido. Si hacerlo conlleva gasto, la enseñanza de la Palabra es que este debe ser cubierto por todos los hermanos involucrados y aquellos creyentes que gustosamente deseen desprenderse. Nunca por aquellos a los que se les quiere beneficiar con el mensaje.

El Señor nunca cobró por nada de lo que hacía, pero dice la Palabra que habían mujeres y personas influyentes que creían y apoyaban económicamente su labor. Eso cubría los muy seguros gastos que tenía en su trabajo. Más no estaba interesado en poseer una “cuenta bancaria” para “asegurar” su futuro personal con ese recurso. Para ese fin está el trabajo que no es del reino.

Los hermanos en la fe son eso, hermanos; es decir una familia. No son un negocio. Si quiere obtener riqueza de ellos legalmente, póngase una pulpería o bodeguita y justamente cobre lo justo, y de eso regale lo que quiera si así lo quiere.

Si ha amasado o está amasando riqueza por “servirle a Dios”, le digo con toda honestidad que usted está desenfocado y que ese recurso no se lo ha dado Dios. Si este es el caso mejor arrepiéntase. Si no lo hace la Palabra dice que la ira de Dios está sobre usted.


Continuará…