domingo, 4 de diciembre de 2016

El precio de vivir la verdad según la piedad. (8° parte)



El precio de vivir la verdad según la piedad. (8° parte)
Escrito autóctono

Continuación.


Este vivir la verdad según la piedad, provoca que uno se quede solo, en medio de un mundo que muere por la fama y la fortuna, anhelos tan fuertes…, tanto que hasta hermanos caen sucumbidos ante ellas. Porque es más fácil y placentera para nuestra carne que vivir la verdad que es conforme a la piedad. 

Pero aparte de esto y como otro de sus no atractivos, es que la verdad que va acorde a la piedad, es odiada.

Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución;” 2° Timoteo 3: 12

¿Quién quiere ser aborrecido?, ¿Quién desea no ser aceptado?, ¿Quién quiere hacer el bien conforme a Dios y ser menospreciado o ridiculizado por ello?

Difícilmente alguien levantará la mano.

Hoy la impopularidad no parece ser tema entre los creyentes modernos atiborrados de tecnología y redes sociales en que quieren mostrar todo cuanto hacen para ser elogiados, deseosos del reconocimiento y la admiración.

Las palabras de Cristo: “…el mundo os aborrecerá” y “en el mundo tendréis aflicción”, no son parte de las cajitas de promesas bíblicas o las tristemente llamadas “palabritas de bendición” que muchos solicitan o quieren escuchar. De hecho lo dicho por el Señor les parecen palabras fuera de época.

Más no podemos esperar la admiración del mundo, ni su amor. 

¿Por qué? Porque esta forma de vivir no calza en este mundo injusto.

Muchos anhelan ministerios como el de Moisés, Elías, Ester, Daniel, Pablo, y otros grandes hombres y mujeres de Dios, pero no quieren leer cómo se negaron a sí mismos, cómo abrazaron los vituperios de Cristo, cómo -según relata hebreos- el mundo los consideró y trató como indignos pero de hecho el mundo no era digno de ellos.

Pero a decir verdad no deberíamos satanizar la fama y el éxito. Si el mundo aplaude sus logros “seculares”, deje que lo haga. No “reprenda” al diablo por ello. Escale con toda honestidad y limpieza su carrera. Obtenga  todo el recurso que ello puede darle. No hay pecado en ello. Si usted es un profesional excepcional y por ello gana mucho dinero, no se sienta indigno delante de Dios si es que usted es un verdadero creyente lavado con la sangre del Cordero. Lo que vale delante de Él es usted en Cristo, no su dinero. Solo tenga cuidado de no malinterpretar ese éxito con el de Dios o que su corazón sea engañado o seducido.

Pero entonces ¿Cómo se compagina la verdad que es según la piedad que no es opulenta con una vida como la que acabo de describir?


Continuará…