domingo, 4 de febrero de 2018

Llevad mi yugo sobre vosotros… (4° Parte)

Llevad mi yugo sobre vosotros…  (4° Parte)
Escrito autóctono

Continuación…

“…venid a mi todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansarMateo 11: 28

¿Qué sentimiento le deja a usted este revelador pasaje?

Cuando arribamos del mundo y de una vida sin Dios, sí que se está muy similar a haber experimentado los trabajos forzados de una cantera de piedras. Trabajados, asoleados, fatigados, cargados y adoloridos, con las manos sajadas y las espaldas marcadas, hambrientos, sedientos.  Es la condición de aquellos que han vivido en esclavitud o el estado de alguien que viene de un largo, larguísimo viaje a pie; andrajoso, mal oliente, hambriento, sin dinero ni para pagarse un baño.

El Señor ofrece y de hecho nos ofreció todo el alivio que necesitábamos y la restitución a una condición digna. Descanso, pero para esta vida, no a aquella que vendrá después de ésta como se ha dicho.

No sé qué nos pasa, pero andamos como locos por puestos (como si fueran tan bonitos) y los que creen tenerlos, los pelean como si fuera la mejor cosa que les ocurrió en la vida.  Y de este lado (el reino que nos enseñó el Señor) el asunto no tiene en lo absoluto nada que ver con puestos.

La gente viene al Señor y quiere “ponerse las botas” o se las dejan poner por otros sin darse la oportunidad de estar a los pies del maestro, de descansar, de sencillamente estar quietos, de disfrutar compartir con los creyentes en comunidad real. De conocer y ser conocidos. En fin… un proceso vital que debe darse sin premuras de ninguna especie.

Comprenda, el tema no es de correr.

¿Y después de ese proceso?

Pruebas, pero cuyo único propósito es entrenarnos para formarnos, no devastarnos ni mucho menos destruirnos.

Ha de ser así para que comprendamos cuánto hemos crecido y cuán capaces somos. Ojo, todavía no hemos entrado en la batalla.

Hasta no estar listos, vendrá el yugo del Señor que será el tiempo para servirle.

Continuará…