Llevad mi yugo
sobre vosotros… (9° y última Parte)
Escrito autóctono
Continuación…
Si se le
dificulta comprender mi analogía de las herramientas, se lo explicaré claro y
directo: es muy fácil que usted consiga pala y carretillo, pero el Espíritu
tiene el tractor. Usted cuenta con sus pies para caminar grandes distancias,
pero el Espíritu cuenta con el avión. Puede tener un pico, pero la dinamita la
tiene el Señor; puede fácilmente conseguir un hacha, pero la motosierra la
posee el Espíritu.
Cada uno de
estos elementos que facilitan el trabajo, son las formas y maneras que Dios usa
y cómo también procede Él para hacer las cosas, es decir fe más que músculo.
Así que solo hay
dos formas de acabar la labor: fatigado o con gozo.
“Mi yugo es
fácil y ligera mi carga”… ¿Qué significará esto para los creyentes modernos
sumidos en trabajos sin fin con tal que el mundo no se pierda?
Este pasaje es y
ha sido especialmente reconfortante, si comprendo que como “buey más joven e
inexperto” Él va llevándome y yo solo debo caminar con su guía y aprender.
Además como es lógico se me asigna una carga ligera, es decir nada gravosa.
Él dijo: “por
nada estéis afanados” o lo que es lo mismo: “no se preocupen”.
Todos deberíamos
calmarnos, respirar profundo e ir a Él.
Además, he
comprendido en medio de todo esto que más bien la estrategia del enemigo es
hacernos pensar que trabajamos duro para ganarle la partida, y verdaderamente nos empeñamos en hacerlo, y al
final logra mantenernos ocupados desviando nuestra atención y apartándonos de lo
simple y es por allí que se aprovecha y nos hace daño.
Ya no vivamos
conforme nuestra propia cosmovisión y análisis de las situaciones puesto que Dios
ya definió nuestro camino y la vida por la cual vivir para llegar al final de
nuestra jornada como Dios manda: reposados.
Fin