Lo
más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 15 y 14
Seguimos compartiéndole esta serie sobre las
publicaciones más leídas de nuestro blog, recordándole que las presentamos de
forma aleatoria y no conforme al volumen de visitas que generaron. Sin duda
querrá leer los temas completos para una mejor comprensión. Le instamos a hacerlo
y para ello le facilitamos en cada título su fecha de publicación para que
pueda ubicarla en nuestro archivero. Le
bendecimos y oramos al Señor porque cada publicación le ayude a cimentar su fe.
Publicación 15
La manoseada Cobertura espiritual - 1° parte
Ubíquelo
en la fecha 4-1-2014
Escrito Autóctono
“Cobertura espiritual”; así como “Autoridad espiritual” suena bonito, suena santo, casi bíblico. Debía tener todo el respaldo de la Palabra de Dios, pero por increíble que parezca, nada tiene que ver con ella. Al igual que los temas de sujeción, sometimiento, autoridad y cualquier otro que quisiésemos indagar, es necesario entender esencialmente de qué estamos hablando.
Decir “cobertura”, debemos clarificar su definición en cualquier diccionario de lengua española corriente. El significado básico es cubierta, lo que sirve para cubrir. En otras palabras, colocar por encima para proteger o mantener dentro. Ahora debemos entender todo lo que implica; cuando y porqué utilizo coberturas en el plano natural del uso diario y encajar esos resultados con hombres que se denominan como tal o que debemos reconocerlos así. Paso siguiente debo ir a la Escritura para hallar su respaldo si lo hay. Imprescindible que esta investigación sea justa y honesta para mi propio bien y seguridad.
Porque la cobertura espiritual debería
tener total base bíblica para aceptarla o ¿debíamos suponerla o deducirla de
algún pasaje en vista del enfoque insistente que se le otorga?
Lo primero que sorprende es que en
ninguna parte de la
Escritura se le menciona en el sentido que se le da hoy.
Tampoco se le implica pues no se ve a ningún hombre terrenal de Dios ni
sugerirla. Si existe algo que se pudiese entender como “cobertura” no expresa a
nada humano sino a Dios. Las únicas 2 veces que aparece literalmente la palabra
cobertura en la Biblia ,
son Job 24: 7 y 26: 6; pero no tiene nada de relación.
Entonces me pregunto ¿cómo en la
actualidad algo no doctrinal tomó toda la condición de doctrina aplicándosele
seriamente como algo autorizado, avalado y hasta impuesto por mandato divino de
forma que quien no tiene la “cobertura espiritual” está fuera de todo orden?.
Es más, se llega a decir que si alguien no la tiene, ni Dios le bendice. De
hecho, está bajo maldición.
Claro, el concepto de la tal cobertura
espiritual hoy día es un asunto de conveniencia, está más planteada desde el
punto de vista de abarcar más terreno y tener mayor poder, es decir; más
dominio y control. La mayor parte de las veces lamentablemente con un fin
monetario más que otra cosa. ¡Qué triste! ¡Qué engaño más santificado y
reverenciado!
Si existe verdad más claramente
expuesta en el Nuevo Testamento es que le pertenecemos a Cristo y no a hombre
alguno. Por el contrario, exponerse a la pertenencia de alguien es carnal según
lo describe Pablo. ¿Qué seguridad humana puede superar a la seguridad de la
cobertura de Cristo literalmente? Nada de protección para quienes adoptan a los
hombres sobre sí.
Continuará…
Primordialmente por las casas… ¿Y el templo? 1° parte
Ubíquelo en la fecha 31-1-2015
Escrito Autóctono
Dentro de nuestro rótulo-presentación
del blog en la parte superior, definimos una característica que quisimos dejar
por escrito basándonos en Hechos 2: 46.
Pero quiero dejar en claro que decir
“…primordialmente por las casas…” no encierra ni establece de plano que creamos
que las casas son el único sitio válido para la reunión de hermanos. Ni la
Palabra de Dios con toda la información al respecto que brinda, dice tal cosa.
Y en esto quiero ser por un lado
radical sin caer en extremismos y por otro tolerante sin caer en complacencias.
¿Quién soy yo para estorbar a la obra del Señor? ¿Quién soy yo para poner en la
intención de Dios algo que no está? ¿Quién soy para manipular teológicamente a alguien
valiéndome de su poco conocimiento?
Quizá por todo lo terrible que vi
que producía el sistema, fui intolerante cuando comenzaba a caminar en esta
vida del Señor hace poco más de una década (2004), aunque no lo hacía con un
mal espíritu. Hoy lo reconozco con mucha pena, porque el Señor en su inmensa
misericordia me mostró que si Él no hace la obra ¿cómo pretendo yo convencer
con la Palabra a manera de bazuca?
He visto de todo, desde actitudes
intransigentes y cerradas que prácticamente quisieran tener la bomba atómica en
sus manos para borrar de la faz de la tierra al sistema, hasta quienes creen
estar viviendo algo nuevo solo por estar en las casas pero con un sistemita en
pequeño. He visto hermanos de la iglesia tradicional menospreciar a sus
hermanos al punto del repudio solo porque decidieron caminar por la Palabra
libres del sistema y a hermanos también de allí ser tolerantes sin dejar de
amarlos, no atreviéndose a juicios o señalamientos dañinos y pecaminosos.
Pero me dirijo ahora a hermanos
nuestros que satanizan literalmente los edificios y caen en el mismo pecado
juicioso para con quienes se congregan allí.
Qué, ¿acaso congregarse en un
edificio es pecado? Estaríamos entrando en intransigencias si decimos que sí
solo porque allí llaman a eso templo o iglesia. ¿Arremeteremos contra el
edificio como si un local fuese algo y arrasaremos hasta con los hermanos allí?
¿No comprendemos que a pesar del edificio, allí hay hermanos nuestros lavados
con la sangre de Cristo? Igual las casas son edificaciones materiales.
No por estar en una banca en un
salón o en un sillón en la sala de una casa ocurre nada extraordinario. ¿Tan
necios somos? Ni el edificio es nada ni la casa es nada.
¿Acaso me he vuelto a favor o en
contra de alguien? En ninguna manera.
Debemos comprender que Dios no trata
con nada material o inanimado como cosas o edificaciones, trata con personas.
Igual podríamos estar en la calle,
en la plaza, en una oficina, en el parque, en la cárcel, y hasta en otro
planeta; “…Porque donde están dos o tres
congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos” dijo el Señor (Mateo
18:20). Donde quiera estén los hermanos, allí está la iglesia del Señor; no
por el lugar sino por los hermanos.
Dios no opera ni más ni menos solo
por encontrarnos en un edificio o en una casa, porque su operación es en los
corazones de quienes le aman sin importar el sitio en que se encuentren pues Él ya santificó lo que tenía que
santificar y es a la persona, no al lugar.
A falta de entender esto y por la
carnalidad, hermanos se vuelven contra otros hermanos comiéndose unos a otros
solo por el sitio en que se congregan. ¡Qué necedad!
Si Dios no hace la obra, en vano nos
ocupamos quienes consideramos estar en ella. Si Dios no edifica la casa (su
casa) en vano trabajamos los que creemos estar trabajando. (Salmo 127: 1)
Definitivamente estamos comiendo las
hojas y dejando las zanahorias en la tierra.
Debemos arrepentirnos y reconocer
que tanto por las casas como en los edificios, hay pueblo del Señor y corazones
dispuestos para Él. Debemos arrepentirnos y reconocer que tanto por las casas
como en los edificios, hay personas que nunca comprenderán y están allí
religiosamente sin más ni más. Dios es el que conoce los corazones.
Ahora, que un sitio facilite las
posibilidades mejor que otro, eso es diferente. Así como no se ordeña una vaca
en un sanitario, cada cosa con su cosa. No deberíamos mezclar liturgias, ni
formas, ni nada de lo que se practica en un local disque rindiendo culto a Dios
con un grupo de personas reunidas para edificarse en una casa.
Por condiciones de espacio y por
cantidad de personas, a menor grupo mayor la posibilidad de relacionarse, de
conocerse, de tratarse, de enseñarse, de edificarse mutuamente y que todos
puedan ejercer sus dones como registra 1°
Corintios del capítulo 12 en adelante, lea también el 14: 26. Esto era la
normalidad de vida de los hermanos respecto a sus reuniones de edificación.
Verdaderamente imposible lograrlo con multitudes al mismo tiempo en un solo
lugar.
Continuará…