domingo, 10 de junio de 2018

Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 8


Lo más leído (Top 20 de Publicaciones) PUBLICACIÓN 8

Seguimos compartiendo esta serie sobre las publicaciones más leídas de nuestro blog. Sin duda querrá leer los temas completos para una mejor comprensión. Le instamos a hacerlo y para ello le facilitamos en cada título su fecha de publicación para que pueda ubicarla en nuestro archivero.  Le bendecimos y oramos al Señor porque cada publicación le ayude a cimentar su fe.

Publicación 8
Primordialmente por las casas… ¿Y el templo?  8° parte
Ubíquelo en la fecha 21-3-2015
Escrito Autóctono

Continuación…


Me llama la atención que después de conocer por más de 3000 años la figura del altar de piedra, los hombres de Dios nunca más lo volvieron a utilizar desde que llegó el templo en obediencia a lo que Dios había dispuesto; ni tampoco lo retomaron aún cuando este fue derribado.  ¿Por qué nos empeñamos nosotros en conservar el concepto de templo físico “santificado”, si el último fue tumbado hace 2000 años y ha quedado demostrado que Dios dispuso otro templo? Estamos repitiendo lo que le ocurrió a Israel, manteniendo por más de 700 años una serpiente de bronce que fue levantada en el desierto, la cual Dios utilizó en su momento para sanar a quienes eran picados por víboras pero que ahora tuvo que destruir el rey Ezequías (2° Reyes 18: 4) por que la habían convertido en un ídolo de adoración. Edificamos templos creyendo que eso debe seguir siendo así y engañamos a las personas por siglos diciéndoles que esa es la casa de Dios y su santuario y nos engañamos también a nosotros mismos.

¿Comprenderlo significa entonces no volver a los templos físicos que se han erigido? ¡Que no se me juzgue acusándome de tal cosa! Quien lo quiera entender así es su problema y también su excusa.

Tampoco que nadie pretenda decir que saber estas cosas les resta fe a las personas (ya bastante diezmada por cierto) y les hará alejarse de sus “iglesias” o “templos”. Creo que ya existen razones suficientes y no necesariamente el conocimiento de la Palabra por la que muchos abandonan los templos y las llamadas iglesias en la actualidad. Cada quien sabrá sus razones reales para mantenerse o alejarse de un sitio, pero por Dios ¡basta de ignorancias! pues la verdad de las cosas ha estado disponible y abierta para todos en la Palabra de Dios.  

No avalo el templo físico moderno porque sé que nunca ha sido la casa de Dios. No lo desecho ni motivo su cierre, porque es un edificio material como cualquier otro. Lo que las personas se atrevan a hacer allí dentro, bueno o malo, es algo por lo que tendrán que responderle a Dios igualmente como lo bueno o malo que hagan fuera de esos sitios. No hay diferencia.

Si usted santifica un sitio y lo respeta creyendo que está bien, lo hace por religiosidad y atadura al pacto terminado en la cruz. Lo hemos visto en la Palabra. Si insiste en ir a un sitio por relacionarse con Dios o por estar con los hermanos, insiste en ello porque quiere, pues Dios mostró hace 2000 años un camino nuevo muchísimo más excelente y práctico para alcanzarlo y ese es Cristo. La forma y manera de hacerlo en esta nueva dispensación según está expuesto en la Palabra no es un santuario físico.

Lo que necesitamos es cambiar de forma de pensar.

Para los que no aprecien ninguna otra forma más de reunirse a adorar a Dios; pues que sigan haciendo sus cultos allí. Nuestro enfoque ha de ser en la Palabra; ¡es nuestro deber!

¿Saben?, esos edificios podrían ser sumamente provechosos si no se les da solamente un uso de seis horitas de cultos a la semana. (¡Qué desperdicio de recursos!)

¡Cómo cambiarían para bien los lugares en donde están erigidos si se usaran para el beneficio de la comunidad o región en que se encuentran! Imagine a los hermanos y hermanas invirtiendo una o dos horas de su tiempo semanal para enseñar a trabajar y a cómo ganarse la vida honestamente a las personas (hombres, mujeres, jóvenes) de esos lugares. ¿No dice Hechos que los hermanos tenían favor con todo el pueblo? Hechos 2: 47. Están los locales, están los recursos a la mano. Esas grandes obras con las que hemos querido servirle a Dios, podrían beneficiar de manera práctica a la nación en que Él nos ha puesto. Le aseguro que los no creyentes amarían esas “iglesias” pues estarían siendo beneficiados directa y gratuitamente sin necesariamente temer que les metan una religión con cuchara. Allí si que verdaderamente se sería luz a las naciones acercando a los hermanos a los no creyentes y ellos podrían ver la diferencia de las personas seguidoras del Señor. Nos expondríamos y ganaríamos al mundo pero para Cristo sin estrategias millonariamente improductivas ni tampoco estratagemas de unos pocos aprovechados interesados solo en el dinero. Eso podría traerles vida a los no creyentes sin proponérnoslo como tal (“y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”). Imagine la felicidad de los hermanos y hermanas en poder servir. Revolucionaríamos a nuestra generación, nuestras comunidades y países y el reino de las tinieblas retrocedería. Imagine si todos los templos que hemos erigido lo hicieran, ¡cómo bajaríamos los índices de pobreza en nuestras naciones y cómo subiríamos la productividad! Entonces veríamos a los hermanos ofrendando y colaborando para lograr esos sanos propósitos y Dios se haría real para todos. También veríamos a los no creyentes colaborar, deseosos de que cosas así continúen y crezcan. Se dejaría de ser una de tantas cansadas religiones y se cumpliría la voluntad de Dios. Imagine un invertir recursos para cubrir las necesidades básicas de los pobres o para cuidar sus niños mientras se les enseña un oficio a los padres, todo de manera gratuita dadles vosotros de comerMarcos 6: 37.

Pero cuidado con algún “iluminado” o líder religioso corrupto que mire esto y lo vea como una oportunidad política o económica. ¡El Señor les trate!

Cualquiera pensaría que llegar a algo como esto es una fantasía, pero bendito sea el Señor que ya hay hermanos haciéndolo y bendiciendo sus comunidades y zonas.  Ahora las obras que edificaron desarrollan labores sociales gratuitas para los necesitados e inclusive están generando algunas fuentes de trabajo para muchos creyentes. Están cambiando sus regiones para bien, y le digo más, esas regiones los aman y hasta los defienden. ¿Acaso no hemos sido llamados a eso? ¿Acaso no hemos de ser agentes de cambio honestos para con el mundo?  Porque nuestro enfoque no es quedar bien con el mundo ni que se nos haga un monumento por benefactores, sino servir a Dios y mostrarle con hechos contundentes.

Continuará…