domingo, 5 de agosto de 2018

La deserción cristiana (2° parte)


La deserción cristiana (2° parte)
Escrito autóctono

Continuación…

Se está haciendo común encontrarse con cristianos que al consultárseles sobre su permanencia en la iglesia tradicional cristiana, muchos declaran no asistir ya.

Doloroso sin duda para muchos esta verdad y preocupante, pues se trata de personas que se dedicaban al servicio del Señor y muchos que fueron hasta líderes reconocidos, hoy por hoy no se encuentran ya dentro de las organizaciones que les cobijaron ni tampoco se ubicaron en alguna otra que les recibiera.

Se han convertido en cristianos que “no se congregan” de la forma habitual y por cierto, muchos no se congregan de ninguna forma.

Sin embargo no se devolvieron a ninguna práctica religiosa anterior, ni mucho menos se fueron al mundo como algunos estaban seguros que pasaría. Sencillamente se desamoraron de los ambientes cristianos que en no pocos casos se volvieron pesados y desgastantes.

Salieron por cuenta propia, nadie los llevó a ninguna doctrina engañosa ni cerraron para siempre sus biblias. No.

En pocas palabras dejaron de ir a la iglesia pero conservan su cristianismo.

Curiosamente algunos -y digo curioso pues llama la atención- mantienen contacto con buenos amigos que hicieron en sus épocas de iglesia evangélica y de vez en cuando se reúnen a compartir, comen algo y oran juntos. Interesante.    

En mi caso siempre me pasa que al encontrarme a algunos, aunque no se los consulto, me comparten sus razones de haber dejado las iglesias, razones que afloran así no más, como si les hubiese puesto el lazo de la verdad de la mujer maravilla (risas).

Bien, no me es extraño. Soy uno de esos que también abandonó al sistema iglesia cristiana evangélica tradicional. Pero ojo, al sistema, no a las personas.

Continuará…