domingo, 19 de agosto de 2018

La deserción cristiana (4° parte)


La deserción cristiana (4° parte)
Escrito autóctono

Continuación…

Entonces entre ellos tenemos cristianos “autosuficientes” que con leer de vez en cuando sus biblias, orar cuando se les antoje, ver algún programa de televisión cristiano, escuchar alguna prédica en radio, tv o youtube, leer artículos o libros cristianos, escuchar música cristiana que aprecian, es todo cuanto necesitan para su nueva práctica.

Cortaron relación con los hermanos y decidieron aplicarse el “cero” liderazgo. Nada de compromiso, nada de ofrendar ni dizque volver a diezmar para nada porque por alguna razón aunque continúan creyendo que el diezmo es “sagrado”, ya no lo sacan; se lo comen. Lo mismo con su concepto de la iglesia edificio…, cargan ahora alguna “condenacioncilla” por no ir a la casa de Dios a congregarse, pero mejor “sufrir” eso que lo otro. Y se hacen duros de corazón (libres desde su óptica). Todo amor, si es que existió alguna vez en ellos, se extinguió. Lo sé porque los he visto.

Otros se juntaron a organizar sus propias reuniones tipo células en casas o cualquier otro sitio al que ya no llaman iglesia o sí pero más leve y eligieron entre ellos sus líderes o los “importaron” tomando ciertas precauciones para impedir volver a repetir sus experiencias pasadas. Grupos que nacieron quizá como producto de una división en las iglesias a las que pertenecían (no siempre), o siguieron a alguien que se las “robó” de una.

Sé y he visto a otros que llegaron no sé como a las iglesias en casa, trayendo consigo un cúmulo de rencores y heridas por las malas vivencias que tuvieron, con corazones destrozados y reacios a cualquier cosa que se les asemeje al liderazgo manipulador o militar al cual detestan con todas sus fuerzas, esto porque a alguien se le ocurrió que las iglesias en casa eran buen lugar donde llevarles o porque estos cristianos tuvieron algún conocido o familiar que se congregaba por las casas y aterrizaron en una.

Sí, aterrizaron.

Cualquiera diría que nos frotamos las manos para buscar y recoger cristianos que no van a la iglesia para traerlos a llenar las casas… ¡Nada más errado y tonto!… ¿quién quiere enredarse con gente que está tan viciada y malformada porque así lo quisieron?

Lo difícil es que casi que hay que practicarles una “limpia” por no decir que un exorcismo (risas) y mucho tiempo de “terapia” para volverlos en sí, si es que se puede.

Continuará…