domingo, 12 de agosto de 2018

La deserción cristiana (3° parte)


La deserción cristiana (3° parte)
Escrito autóctono

Continuación…

Por mi parte después de mi paso por allí, quedé a Dios gracias con muchísimos conocidos y amigos con los que viví maravillosas experiencias y muy constantemente me sigo viendo con ellos. Aprovecho todas las ocasiones que pueda para hacerlo porque en verdad los sigo considerando mis hermanos aunque ya no estoy “congregándome” en sus iglesias. Mantenemos buena amistad aunque muchos saben en lo que estoy ahora.

Algunos conocen aún que no me fui en malos términos con nadie, a sabiendas aún de todo lo cuestionable de las acciones de muchos líderes y de otros cristianos que constaté personalmente.

Así que aunque salí de la institución, ellos siguen siendo mis hermanos y les sirvo desde otra perspectiva.

Pero bien, el caso es que ahora que estoy en la iglesia por las casas, resumo las diferentes razones que conozco por las que hemos salido todos los que ahora igualmente somos desertores de la iglesia tradicional.

Entre otras cosas, algunos se retiraron porque no aguantaron más la manipulación y quizá hasta las humillaciones y maltratos que les propinaron sus líderes. Escucho también de los que recibieron maltrato de otros cristianos y nadie hizo nada por ayudarles. Están los que se enemistaron con alguien lo cual es una pésima razón para haberse ido por cierto. Otros no pudieron resistir la caída de algún líder al que seguían. Los hay quienes tuvieron expectativas erradas acerca de Dios y cuando algo no caminó como pensaron, se desilusionaron. Otros no quisieron seguir siendo engañados con doctrinas extrañas ni allí ni en ninguna parte (al menos detectaron la falsedad de mucho que les hablaron en sus sitios). Hay quienes se sintieron insatisfechos luego de haber escuchado tanto por muchas partes.

Además, de cada una de ellas se desprenden variables y reacciones, inclusive encontramos los que en verdad sí se retiraron hasta del cristianismo.

En fin, lo cierto es que tenemos una enorme masa de personas que porcentualmente continúa creciendo día a día y que engrosan las filas de los que ya no van a la iglesia.

Al salir, muchos toman la decisión de generarse a sí mismos una forma de cristianismo que no tenga líderes sobre ellos fastidiándoles, usándoles o queriendo asestarles la última revelación cual si fuesen unos “iluminados” o quizá inventándose cualquier excusa sobre “la obra de Dios” para sacarles el dinero o intentando manipular su tiempo.

Continuará…