La deserción cristiana (3° parte)
Escrito autóctono
Continuación…
Por mi parte después de mi paso por allí, quedé a Dios
gracias con muchísimos conocidos y amigos con los que viví maravillosas
experiencias y muy constantemente me sigo viendo con ellos. Aprovecho todas las
ocasiones que pueda para hacerlo porque en verdad los sigo considerando mis
hermanos aunque ya no estoy “congregándome” en sus iglesias. Mantenemos buena
amistad aunque muchos saben en lo que estoy ahora.
Algunos conocen aún que no me fui en malos términos
con nadie, a sabiendas aún de todo lo cuestionable de las acciones de muchos
líderes y de otros cristianos que constaté personalmente.
Así que aunque salí de la institución, ellos siguen
siendo mis hermanos y les sirvo desde otra perspectiva.
Pero bien, el caso es que ahora que estoy en la
iglesia por las casas, resumo las diferentes razones que conozco por las que hemos
salido todos los que ahora igualmente somos desertores de la iglesia
tradicional.
Entre otras cosas, algunos se retiraron porque no
aguantaron más la manipulación y quizá hasta las humillaciones y maltratos que
les propinaron sus líderes. Escucho también de los que recibieron maltrato de
otros cristianos y nadie hizo nada por ayudarles. Están los que se enemistaron
con alguien lo cual es una pésima razón para haberse ido por cierto. Otros no
pudieron resistir la caída de algún líder al que seguían. Los hay quienes
tuvieron expectativas erradas acerca de Dios y cuando algo no caminó como
pensaron, se desilusionaron. Otros no quisieron seguir siendo engañados con
doctrinas extrañas ni allí ni en ninguna parte (al menos detectaron la falsedad
de mucho que les hablaron en sus sitios). Hay quienes se sintieron insatisfechos
luego de haber escuchado tanto por muchas partes.
Además, de cada una de ellas se desprenden variables y
reacciones, inclusive encontramos los que en verdad sí se retiraron hasta
del cristianismo.
En fin, lo cierto es que tenemos una enorme masa de
personas que porcentualmente continúa creciendo día a día y que engrosan las
filas de los que ya no van a la iglesia.
Al salir, muchos toman la decisión de generarse a sí
mismos una forma de cristianismo que no tenga líderes sobre ellos fastidiándoles,
usándoles o queriendo asestarles la última revelación cual si fuesen unos
“iluminados” o quizá inventándose cualquier excusa sobre “la obra de Dios” para
sacarles el dinero o intentando manipular su tiempo.
Continuará…