domingo, 19 de mayo de 2019

La Voluntad de Dios para mi vida (7° Parte)


La Voluntad de Dios para mi vida (7° Parte)
Escrito autóctono

Continuación…

Pregúntese a usted mismo: ¿qué le motiva? Si lo que busca es la aprobación de Dios para sus obras, me temo que morirá en la espera. Solo una cosa recibe aprobación de Dios y usted sabe que es Cristo y Cristo en usted. Nada más.

De nuevo le pregunto: ¿para qué quiere conocer la Voluntad de Dios para su vida? ¿Será porque desea que todo le salga bien, no equivocarse o para ver cuánto de lo que hace encaja en dicha Voluntad? ¿Sabe?, le puede sonar fuerte lo que le diré pero hay muchas cosas buenas que hacemos y muchas cosas buenas que hace todo mundo en términos generales, en lo que no está la Voluntad de Dios.

“¡Pero ¿cómo?!” - decía un amigo.

Para el joven rico que se acercó al Señor, le había sido importante y bueno no solo conocer los mandamientos sino cumplirlos. En otras palabras, era buena persona. ¿Pero acaso eso está mal? Parecía estar en el mismísimo centro de la Voluntad de Dios, sin embargo tenía la duda en él de si con eso bastaba o le faltaba algo para heredar el reino. Y aunque su intención y acciones no estaban mal por supuesto, el Señor no lo justificó sino que exhibió el verdadero apego de su corazón que era lo que le impedía estar en la plena corriente de lo que Dios quería y el joven rico se fue triste.

Interesantemente el Señor no lo elogia por su actitud respecto a los mandamientos sino que lo lleva directa y llanamente a enfrentarlo a la Voluntad de Dios concreta y esto lo golpeó en su amor propio que era su riqueza. ¡Claro que tenía que ver con en dónde estaba su dependencia y fe y no que se deshiciera de su dinero! Yo agregaría además que lo importante no era poner en práctica unas ordenanzas sino ser cambiados en el espíritu de ellas. Jesús lo llevó al punto exacto de su realidad.

No crea que a usted y a mí nos pasará de manera diferente. La Voluntad de Dios desmenuzará nuestras creencias más sagradas, nuestros logros más relevantes, nuestros intereses más celosamente cuidados. Ella desnudará nuestro corazón, no dejará nada en pie en nosotros pues lo que buscará es nuestra total sumisión a ella.

Pero veamos cómo nos la hemos tomado, fatalmente valga decir.

Continuará…