domingo, 4 de octubre de 2020

El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 15)

          El daño nefando que asesta la mala percepción de la autoridad (Parte 15)

Continuación…

Dios hizo al hombre físicamente más fuerte que la mujer no para que la esclavizara dominándola ni mucho menos que la golpeara o usara a su antojo, sino para que la protegiera. Lo hizo cabeza no para tener criados, la característica del ser cabeza según la sana doctrina y autoridad proveniente de Dios es que cuida, sustenta, embellece, alimenta, forma, y de hecho provee las condiciones para el desarrollo de los que están a su cuidado. Le dio hijos para que los formara, enseñara, les modelara una vida justa y digna, ejemplo de bien con tal de asegurar buenos y constructivos ciudadanos a la sociedad.  

Las formas de gobierno terrenales que en realidad pertenecen al príncipe de este mundo y son su legado al hombre, hizo estragos indecibles en la familia como ya vimos.

Así que ser cabeza está más ligado al servicio por y en amor, que al señorío, tal como nos lo enseñó el mismo Señor. Es como funciona la autoridad celestial, el sistema de gobierno del cielo y demostrado ampliamente por Cristo que es el Señor.

Tremenda impresión me he llevado. Me deja sin habla porque millones y millones viven en la iglesia tradicional con ese veneno de sistema nauseabundo que también está en sus casas y lo peor es que ¡¡¡¡lo sienten normal!!!!

El gobierno de Dios en el hogar que claramente era la norma en las casas de todos los creyentes del siglo primero, era un requisito indispensable en las de los líderes (1° Timoteo 3: 1-5; 5: 14).

Vital que entendamos que existe una diferencia resaltable que no se debe pasar por alto en los pasajes:

1-    El Gobierno de Dios en los hogares funciona así: el marido y la mujer gobiernan bajo los términos del gobierno de Dios (servicio por amor). Eso es clave.

2-    El Gobierno de Dios en la iglesia funciona así: Cristo es el que gobierna allí y cada creyente funge como servidor por amor para con los demás (es la otra clave).

Continuará…