Las “tres partes”
del hombre 27° Parte
Continuación…
Ahora mismo alguien dirá: “pero la Palabra dice
en 1° Cor 6: 17 que podemos ser uno con Cristo, es
decir, nos podemos mezclar con Dios”. Le diré que con Cristo sí y
que somos total y plenamente compatibles con Él. Pero recordemos que en Gloria
no fue Cristo sino el Verbo eterno, (Dios antes de venir a este mundo, según
Juan 1). Posterior a eso y luego de hacer su obra en la tierra es el Cristo
Resucitado el cual se ha sentado a la diestra del Padre a quien Dios le dio
toda autoridad y dominio. ¿Por qué?, porque el Verbo de Gloria se hizo hombre,
tuvo un cuerpo en este mundo porque Él fue un alma más en esta dimensión
material y al morir encomendó su espíritu a Dios. Claro, Dios se lo había dado
para tener vida en este mundo como cualquiera de nosotros. Y luego de resucitar
retomó su Gloria, pero en condición diferente, ya con un cuerpo glorificado
porque pasó y experimentó la condición humana, cosa que no era antes de venir a
este mundo y además porque de esta manera se podía revelar la iglesia que
según Efesios 5: 29 y 30 sale de Él, la cual es de su
misma especie haciéndola totalmente compatible con Él (esto vuela la cabeza de
cualquiera).
Por esta razón, sí podemos ser uno con Cristo, el
Cristo resucitado y glorificado pues la iglesia también será glorificada como
Él. Pero nunca esto nos llevará a ser dioses ni la biblia dice por ninguna
parte que lleguemos a serlo.
Si el Verbo eterno no se hace humano, la iglesia que
estaba dentro del Cristo revelado como hombre no hubiera visto la luz nunca.
Adán y Eva habitaron el primer cuerpo humano que fue
hecho varón. Luego Dios sacó a Eva de Adán y se la presentó ya en su propio
cuerpo formado del elemento del primero que era el de Adán. Así Eva
la compañera de Adán pudo ser revelada en este mundo siendo totalmente
compatible con Él.
Lo mismo le pasó a Cristo que es el postrer
Adán. El Verbo eterno antes de venir a este mundo era espíritu (él era
Dios que es espíritu), no tenía cuerpo pues este se le preparó para que
habitara en este mundo al venir. Al partir de este mundo resucita en un cuerpo
glorificado y con él ingresa al cielo. Este Cristo entonces es
diferente en cuanto a forma de aquel que vino; y retoma de nuevo su Gloria y
posición Divina que tenía antes de venir, ahora sí totalmente compatible con su
compañera con quien se unirá en las bodas del Cordero y que reinará junto a
ella en este mundo.
Continuará…