domingo, 12 de marzo de 2023

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 24° Parte

 

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. 24° Parte

Continuación…

¡Qué falta de seriedad y sobre todo de conocimiento lleva a la gente a creer en esas falacias! Perdidos por todos los ángulos.

Dios ya no tiene hace miles de años altares sobre la tierra. Ahora están en los corazones de los creyentes según Romanos 12: 1. Y allí dice cuál es uno de los sacrificios avalados por Dios que debemos ofrecer en este tiempo (nosotros).

Dios ya no habita un lugar a manera del lugar santísimo como en el tabernáculo israelita ni el templo judío desde hace más de 2000 años. Su lugar santísimo está en los corazones de los creyentes quienes son su templo.

Y los lugares celestiales no son sitios a los que llegaremos, sino los que han sido abiertos en nuestros corazones.

La Presencia misma de Dios nos habita y cada creyente es portador de ella por medio de Jesucristo.

Ya no hay que mirar al cosmos como buscando a Dios allí, hay que volver nuestra vista hacia nuestro interior en donde Él nos aguarda.

La adoración antes impregnada de formas, muebles, vestidos, sacrificios, utensilios, rituales, ofrendas, y todo cuanto leemos en la Palabra que la conformaba dentro del pueblo judío, ahora es espiritual, de adoradores que adoran a Dios verdaderamente desde sus espíritus vivificados y es a quienes Dios busca vehementemente (Juan 4: 23)

¡Qué magnífica noticia para nosotros en saber que todo lo que necesitamos para adorar a Dios de verdad, está dentro de nosotros. Y Él ama y anhela que le adoremos desde allí.

No existen los altares santificados, ni los lugares consagrados, el fuego santo de Dios está dentro de nosotros por su Santo Espíritu y nos consume maravillosamente. Sepamos que la cruz marca un antes y un después. Ya no requerimos de nada como lo fue antes de ella.

Veredicto: ¿“Altar” tarima o escenario físico santificado? Hay que desecharlo de una vez y para siempre.

Continuará…