domingo, 24 de noviembre de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 113

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 113

Continuación...

Dice la Palabra que Dios mira el corazón y no como nosotros que nos dejamos llevar por lo de afuera, por lo físico. Por eso continuamente somos tan fácilmente engañados. Religiosos, religiosos empedernidos es lo que terminamos siendo.

De nuevo le invito a devolverse y darse una vueltita por los primeros 23 capítulos de esta serie que ya lleva 113 capítulos y leer cosas gruesas allí.  

Sí, en definitiva, se requiere creer el mensaje del evangelio y proceder a bajar a las aguas del bautismo con arrepentimiento genuino confesando los pecados para ser lavado mientras se invoca el Nombre del Señor como lo dicen las Escrituras y esto abre el cielo para el que estuvo perdido.

Se requiere confesar con la boca el señorío de Jesús y creer de todo corazón que Dios lo resucitó de los muertos, de lo contrario no tiene ni idea de lo que está haciendo.

Es necesario experimentar el nuevo nacimiento que da paso a un nuevo hombre, algo que hace el Espíritu Santo y solo él.

Y en concreto, ha de ser aceptado por Dios por medio de Cristo el Señor, de lo contrario no será parte de su familia, ni lo conocerá nunca porque nunca le fue revelado. No sabrá nada de la iglesia porque ella también le ha de ser revelada. Aunque se meta en cualquiera que le digan que es la iglesia y esté allí hasta que muera aprendiendo una religión de memoria, no tendrá idea de cómo es ella. No sabrá nada de la Palabra, aunque se compre la mejor de las biblias y logre aprendérsela de memoria versículo a versículo y lea mil libros de grandes autores que pretendan explicarla. Si esta no es descodificada en usted, quedará nulo ante ella.

Y no conocerá la Vida, aunque se sienta muy vivo.

Así ha sido desde que comenzó la humanidad con aquel primer hombre hecho a imagen de Dios llamado Adán y en que Dios puso el tesoro de su vida (su simiente).

Continuará…


domingo, 17 de noviembre de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 112

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 112

Continuación

No es un juego de palabras, es tan solo lo que comprendemos en la Palabra.

24 horas antes de la muerte de Cristo en la cruz, todos hubiesen metido las manos en el fuego a favor de que Judas era otro más de los buenos discípulos que seguirían al maestro, y estarían luego de su muerte viéndole resucitado y hasta siendo uno de los poderosos apóstoles en la época de la iglesia. Así mismo nadie hubiese dado nada por el ladrón de la cruz que tan solo pidió ser recordado después que el Señor viniese en su Reino. ¡Qué contraste!

24 horas antes de la muerte del Señor en la cruz versus lo que sucedió al término de esas 24 horas con el destino de ambos hombres.

No podemos dar por un hecho que el drogadicto o el alcohólico, que el mal hablado o cualquier supuesto perdido por el que no daríamos tampoco nada como viles religiosos que somos, están perdidos porque sí y continuarán así sin remedio. Que fe de pacotilla tenemos. Ni siquiera percibimos lo que ocurre en la eternidad que es muy diferente a lo que ocurre aquí. Es en la eternidad donde está determinado quienes son salvos sin importar su condición actual y quienes nunca, aunque hayan andado con la biblia debajo del brazo y la supieran de tapa a tapa.

Conste aquí que no estoy diciendo que algunos desdichados seres humanos que nacieron en este mundo están para perderse sí o sí porque así esta determinado en la eternidad, como muchos “inteligentes” maestros bíblicos que no comprenden absolutamente nada acerca de la predestinación…

¡Nadie total y completamente nadie está irremediablemente perdido, porque la sangre del Cordero inmolado le asiste si cree!

Pero cualquiera que piensa que con andar la biblia debajo del brazo es suficiente, es un desdichado que no entiende ni sabe nada y nunca llegará al cielo.

Continuará…


domingo, 10 de noviembre de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 111

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 111

Continuación

Muchos que conozco con todo eso, aún no conocen a Dios, aunque le sorprenda escucharlo. Sus vidas son un desastre. Solo saben ser evangélicos y son unos profesionales en ello.

Aprendieron muy bien de sus maestros y hasta los superaron. Pero son como cascarones vacíos. De hecho, son “buena gente” y aunque otros ni siquiera eso, se saben la biblia de memoria, pero la Vida nunca la han conocido.

Es triste decirlo, pero el evangelio es algo que aprendieron y lo aprendieron sumamente bien, más ser seguidores de Cristo y sus esclavos no lo entienden.

Qué pérdida de tiempo y qué engaño descomunal. Muchos intentarán recordarle al Señor como le sirvieron y hasta hicieron milagros y echaron demonios fuera en su nombre y como le decían “Señor, Señor” (Mateo 7: 21-23) pero nunca fueron conocidos por Él. Eso es fuerte.

¿Se da cuenta?

No cualquiera es hijo de Dios. No cualquiera vive a Cristo y no solo habla profesionalmente de Él. No cualquiera que parece ser, es. Ser hijo de Dios es muy diferente a lo que sabemos o hemos estandarizado como lo ideal.

No debía realmente nadie andar preocupado por mostrarse para que los demás sepan que es hijo de Dios, eso es plástico e ineficiente. De lo que estamos hablando es de algo natural que no representa ningún esfuerzo porque simplemente brota cotidianamente.

Solo es la respuesta natural de una vida que no es de este mundo, viene desde Dios, y es imposible simularla. Se nota fácil cuando alguien pretende actuarla y ella no está.

No todos los hombres son hijos de Dios, pero tampoco ningún religioso lo es. Sin embargo, le digo algo más… no todos los que nos parecen perdidos lo están. Así como no todos los que parecen salvos y proclaman a diestra y siniestra que conocen a Dios, tienen la salvación.

Continuará…


domingo, 3 de noviembre de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 110

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 110

Continuación...

Esas personas luego se acercaron para unirse a quienes les comunicaron dicho mensaje sin ninguna coacción de ningún tipo. Ellos los llevaron de inmediato para ser bautizados como parte de un testimonio público de lavamiento y confesión de sus pecados lo que significaba arrepentimiento por haber estado en la condición de enemigos de Dios y ahora ya nacidos de nuevo por el Espíritu Santo que les fue otorgado y les tomó, quedaban aprendiendo la nueva vida que habían recibido con aquellos que les habían predicado.

Si nota, no existe un conteo de “decisiones”, ni un introducir a una iglesia a nadie (según la Palabra ni es asunto nuestro ni debíamos nosotros proceder así porque convertir a alguien en iglesia es algo que no sabemos cómo sucede ni nos concierne).

Hay mucho que se nos dijo y que se nos llevó a hacer que realmente nos convirtió en religiosos, nunca ni siquiera cerca de ser parte de la familia de Dios.

¿Le ha preguntado usted a Dios si Él le aceptó a usted como su hijo? Así como lo leyó… a ser aceptado por Él. Eso también es todo un tema. Realmente nunca estuvimos en posición de aceptarlo a Él. Si comprendemos la Palabra, Él es quien nos hace aceptos… no que nosotros le aceptáramos (Efesios 1: 4-6). A lo sumo aceptamos o recibimos el mensaje porque lo hemos creído, es todo.

Así que si usted sirve en una disque iglesia, si asiste fielmente a sus cultos, si tiene años de diezmar y ofrendar, si predica lindo, si lee la biblia diariamente y ora sin falta, si es un líder en su congregación, nada de eso lo hace hijo de Dios.

Aunque usted tenga formación teológica o haya pasado por un sin número de Seminarios y haya escalado peldaños eclesiales y sea reconocido en el ámbito de su organización por todos sus logros, y todo el mundo lo señale como un gran siervo e hijo de Dios, nada de eso lo hace hijo de Dios.

Continuará…