domingo, 3 de noviembre de 2024

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 110

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 110

Continuación...

Esas personas luego se acercaron para unirse a quienes les comunicaron dicho mensaje sin ninguna coacción de ningún tipo. Ellos los llevaron de inmediato para ser bautizados como parte de un testimonio público de lavamiento y confesión de sus pecados lo que significaba arrepentimiento por haber estado en la condición de enemigos de Dios y ahora ya nacidos de nuevo por el Espíritu Santo que les fue otorgado y les tomó, quedaban aprendiendo la nueva vida que habían recibido con aquellos que les habían predicado.

Si nota, no existe un conteo de “decisiones”, ni un introducir a una iglesia a nadie (según la Palabra ni es asunto nuestro ni debíamos nosotros proceder así porque convertir a alguien en iglesia es algo que no sabemos cómo sucede ni nos concierne).

Hay mucho que se nos dijo y que se nos llevó a hacer que realmente nos convirtió en religiosos, nunca ni siquiera cerca de ser parte de la familia de Dios.

¿Le ha preguntado usted a Dios si Él le aceptó a usted como su hijo? Así como lo leyó… a ser aceptado por Él. Eso también es todo un tema. Realmente nunca estuvimos en posición de aceptarlo a Él. Si comprendemos la Palabra, Él es quien nos hace aceptos… no que nosotros le aceptáramos (Efesios 1: 4-6). A lo sumo aceptamos o recibimos el mensaje porque lo hemos creído, es todo.

Así que si usted sirve en una disque iglesia, si asiste fielmente a sus cultos, si tiene años de diezmar y ofrendar, si predica lindo, si lee la biblia diariamente y ora sin falta, si es un líder en su congregación, nada de eso lo hace hijo de Dios.

Aunque usted tenga formación teológica o haya pasado por un sin número de Seminarios y haya escalado peldaños eclesiales y sea reconocido en el ámbito de su organización por todos sus logros, y todo el mundo lo señale como un gran siervo e hijo de Dios, nada de eso lo hace hijo de Dios.

Continuará…