domingo, 12 de enero de 2025

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 120

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 120

Continuación...

He visto a muchos orar y atreverse a decretar cosas como si nada y quedar al final avergonzados. Pero eso no es lo peor. Muchos achacan a Dios la responsabilidad de sus atrevimientos. Pero no es Dios, ha sido la irresponsabilidad e ignorancia de esas personas que hacen quedar mal al evangelio.  

Y no se les quita. Al tiempo siguen engañados consigo mismos y engañando a muchos dándose ínfulas de ser los grandes siervos de Dios, como si fueran la élite de unos pocos.

¡Qué falacia!

Muchos evangélicos se han tragado las mentiras que les han enseñado sin tomarse la molestia de ir a revisar en la Palabra la verdad de las cosas. Ellos creen que sus palabras tienen el poder de cambiar las circunstancias solo por declarar. Por ejemplo, si hay crisis, con sólo confesar bendición entonces la situación cambia como por arte de magia y la crisis desaparece. Dios no prometió eso en ninguna parte, porque la crisis lleva al cristiano a confiar en su Dios y creer en su cuido y fidelidad en medio de ella. Pero eso no quiere decir que la crisis se va. De hecho, Dios usa la crisis para su Gloria y esta forma a cristianos más fuertes y genuinos.

A los defensores de ese movimiento de la mal llamada super fe, los escucharás orando en voz alta y diciéndole a los demás lo primero que se les viene a la mente creyéndose eminencias super espirituales. Piensan que con pronunciar que algo negativo se tornará positivo milagrosamente porque ellos así lo declararon, el asunto está resuelto.

Pero eso no es fe, es ignorancia.

Se acuerpan en aquello de que “hay que llamar las cosas que no son como si fuesen” (Romanos 4: 17) sacando de contexto esa hermosa verdad de la Palabra, pero pésimamente aplicada. Revisémoslo.

Continuará…