domingo, 16 de febrero de 2025

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 125

Doctrinas y prácticas evangélicas en el ojo del escrutinio. Parte 125

Continuación...

Lo que pronunciamos con nuestros labios según la Palabra tiene implicaciones fuertes por ejemplo en el poder de la vida y de la muerte (Proverbios 18: 21) porque podemos producir vida por medio del aliento, consuelo y esperanza en quienes nos oyen o dejar muerte y miseria por la misma vía utilizando la mentira, el chisme, la calumnia o el desánimo; todo lo que el hombre hablare de ello dará cuenta a Dios (Mateo 12: 36); en edificar (Efesios 4: 29; 1° Tes. 5: 11); en bendecir (que concretamente es decir bien) o inclusive en hablar mal o maldecir (Santiago 3: 5-9); juicio (Matero 12: 37).

Eso nos coloca en una posición de gran responsabilidad respecto a cómo utilizamos el don del habla, lo que ya de por sí es bastante serio como para pretender tener además poder sobrenatural como muchos erróneamente creen. Realmente no saben lo que eso significaría. Dios es Sabio.  

Si revisamos en toda la Palabra los términos confesar, declarar, decretar, y otras tan mal usadas y aplicadas por esas doctrinas falsas, ninguna de esas expresiones tiene la intención que ellos quieren darle.

Así que ubíquese en la Palabra y no en las tendencias de gentes que por ganar adeptos para sí se meten en -y de nuevo lo digo- vagabunderías. Personas que ni tienen al Espíritu de Dios y que con sus falsedades arrastran a muchos, amando el dinero y las cosas mundanales.

 

Veredicto: Toda esta práctica errada no aparece en la vida de la iglesia neotestamentaria. No existe, ni nadie interpretó las Escrituras ni las enseñanzas de Jesús concluyéndolas de ese modo. Por lo tanto, forzar la Palabra y querer utilizarla para respaldar esas formas, evidentemente no compagina con el sano proceder de la iglesia de la Palabra. Debemos sacar esa basura de nuestras vidas.

Continuará…